La Emperatriz del mal.

Capítulo 1.

Brina.

Caos.

Sed de venganza.

Y mucha ganas de partir cabezas.

Si de tontas hablabamos, aquí tenemos a la mayor de todas y ahora es mi momento de poner mi plan en marcha. Thomas subestimó mi carácter, porque estoy segura que no tiene idea que voy detrás de él.

El que las hace las paga.

Mientras a él llevó alrededor de tres meses investigar sobre nosotros, seis semanas tener mi confianza y dos días para atacarnos. A mi me fue mucho más fácil, llamar a las personas correctas, dar órdenes necesarias y en mis manos tenía toda la información sobre el bastardo de buena polla. No se llamaba Elias Brancatelli, no era gerente de hoteles, tampoco manejaba un alto poder adquisitivo sino que era todo lo contrario un sucio y traicionero agente del FBI, con el sueldo minimo, muchas deudas además de un nombre difícil de olvidar, Thomas Morton.

Todo sobre su vida estaba en mis manos y sabía cuál es su punto más debil, su dulce hermanita. 

— Cada calle, autopista e intersección de la ciudad está creando una copia — me informa Enzo.

Enzo Salvatore, es mi primo. Heredero de Camorra, mafia napolitana que hoy en día se encuentra en manos de mi tío y padrino, Daniel, el hermano mayor de mi padre.

— El camión y su custodia pasará en una hora por esta zona — marca mi primo.

— Entonces ese es nuestro punto ciego — afirmo.

— Nuestro punto ciego y de ataque — confirmo mi padrino.

— La idea es bloquear la salida, batir a los policías y rescatar a mi padre — repito mi plan.

Mi cabeza no dejaba de pensar ideas para resolver cada uno de los desastre que hice y todo por un hombre.

— De ahi subirlo a un auto y al aeropuerto de Calabria para irse a Irlanda — agrega tio Brandon. Él es lider de la mafia irlandesa, hace años lidera la mafia más ruda de todos los tiempos.

— Dudo que quiera — acota tio Vanni suspirando.

— No importa si quiere o no, lo subiremos a ese auto — sentencio con seguridad.

Papá podía ser el lider de Apulia, pero ahora necesito protegerlo y que este en exilio junto a mamá, cuidando a Caeli, es la mejor opción de todas. Mi obligación como causante de este caos es restablecer el orden, asi ellos volverían para tomar el lugar que les corresponde.

— Suerte con eso — se burla uno de mis tíos.

Luego de discutir y tratar todos los cabos suelto del plan de rescate de mi padre, mis tíos se fueron cada uno a su posta mientras con Enzo tomábamos la nuestra.

— Activado virus de duplicación — me informa Enzo. Mi primo es un jodido genio en el tema de la informática y había instalado un virus que dejaba a Italia sin conexión a nada durante unos minutos.

— Perfecto — afirmo mientras acomodo mis zapatillas negras.

Él sonríe de lado marcando con su cabeza que de lejos podíamos observar como el camión de seguridad acompaña de sus custodias se acercaban a nosotros.

— Llego la hora de jugar — declara él sin poder borrar su sonrisa macabra. 

Acomodo mi cabello mirando como nuestros hombres hacen volar el auto de la custodia y Enzo encierra el camión de traslado donde llevan a mi padre. Tomo la metralladora y él la suya, justo cuando ellos quieren atacarnos empezamos a disparar a quema ropa contra esos hombres y ambos sonreímos al ver nuestra hazañas.