Epílogo

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Araxa

{16 de julio 2031}

Han pasado años, algunos creen en la historia de mi vida, otros no. Otros me llaman como lo han hecho la mitad de mi vida, loca.

Cuatro letras, esas cuatro letras me han hecho dudar hasta de mi existencia. Hacerme dudar lo que pase, es lo que han hecho esas cuatro letras.

Pasar toda una vida encerrada en un psiquiatra no es la vida que una sueña de niña, no es la vida que te imaginas mientras lavas los trastos. He sido fuerte, he sido fuerte por ti, porque si fuera por mi desde hace años hubiera terminado con esto, sin embargo, aún no lo hago, algo me dice que no lo haga.

-Te extraño... Han pasado diecinueve años desde esa noche-Le digo mientras veo su nombre y números en su lapida Carlos Pérez 8 de julio 1997 / 16 de julio 2012 -Diecinueve años desde que te vi por última vez y hoy al fin puedo estar aquí, visitando tu tumba.

-¿Sabes? Tuve que portarme bien por años para poder tener esta salida-le digo mientras dirijo mi vista al enfermero y guardia que están a unos cuantos metros de mí.

-Lo inevitable está pasando, te estoy olvidando y no quiero que eso pase-Digo mientras varias lagrimas se me acumulan en mis ojos-No quiero olvidar el calor de tus brazos, no quiero olvidar los recuerdos que creamos juntos, simplemente no quiero olvidarte, no aún.

-No estoy preparada para dejarte ir y llámame egoísta por no dejarte descansar, pero me niego a dejarte ir, sin embargo, he de admitir que ya olvidé el sonido de tu voz... ya te estoy olvidando-digo mientras me arrodillo enfrente de su lapida.

A mis 36 años sigo enamorada del chico que conocí a mis 6 años de edad, sigo enamorada del chico que dio su vida por salvar la mía. Aunque, estar encerrada en un psiquiatra de por vida no se si lo llamarías vida.

-Últimamente he aprendido a soltar el pasado, me ha costado años hacerlo, pero lo estoy logrando gracias a las terapias que recibo casi a diario en el psiquiatra-le digo mientras me acomodo mejor enfrente de su lapida.

-Te escribí algo-digo después de unos minutos-espero y te guste...

Que no estés conmigo ha sido el castigo más grade que me han dado.

¿Hice algo malo en mi vida pasada?

Esa pregunta resuena en mi mente muy seguido. Una que no tiene respuesta, o al menos yo no tengo la respuesta.

Espero a ver pagado el precio de lo que hice en mi vida pasada, pues en mi siguiente vida prometo buscarte hasta cansarme, y ahí si poder amarte. Poder vivir todo lo que en esta no pudimos.

Voy a encontrarte, no importa cuánto demore, voy a encontrarte... es una promesa.

Las lágrimas no cesan, siento mi pecho apretarse a tal punto que tengo que agarrarme este mismo por temor a que se detenga.

-Prometo ya no llorarte tanto para que tu puedas descansar, prometo soltarte, pero también prometo que te amare en esta y mil vidas más si es posible-me recuesto en su tumba por un momento y cierro los ojos para intentar sentir algo que se, que no sentiré, su presencia.

Me permito estar así por minutos, quizás un par de horas, no lo sé, solo quiero que el tiempo se detenga por un momento, solo quiero estar así un rato más.

Escucho los pasos de una persona acercarse, para luego escuchar la voz del enfermero.

-Debemos irnos Araxa, el tiempo termino-le escucho decir.

-Dame cinco minutos más, ya voy-No dice nada y lo escucho alejarse.

Me arrodillo de nuevo enfrente de la lápida de Carlos y unas cuantas lagrimas rebeldes salen sin permiso.

-Cinco minutos no son suficientes-susurro mientras toco con delicadeza su lapida.

Me doy el tiempo de observarla porque sé que jamás la volveré a ver.

-Espero me perdones por no perdonarme por lo que te paso. Se que estas molesto porque aún me siento culpable, pero es algo que jamás me perdonare. Por favor... nunca olvides que te amo.

Me levanto y empiezo a caminar hacia el enfermero y guardia. Antes de llegar a ellos me giro y miro por última vez la lápida-

Cariño, te dije que mi amor hacia ti algún día nos haría daño.

-una última lagrima rueda por mi mejilla y ahora si me voy del lugar. No miro atrás, porque temo que si lo hago ya no salga del lugar.

Antes de subirme al auto en el que venimos susurro solo para mi...

-Hasta pronto Carlos... hasta nuestra próxima vida.

«--------------»

Narrador en tercera persona.

¿Alguna vez has escuchado hablar de las siete vidas que una persona tiene o de los universos paralelos?

Nadie sabe si hay vida después de la muerte, nadie puede asegurar que abra un después de la muerte, pero si puedo asegurarte esto.

Araxa dio su último suspiro en este mundo después de años, después de años de estar encerrada en una habitación con paredes de color blanco. Le llego su inminente fin y de alguna manera ella lo quería.

Su ultimo pensamiento fue su gran amor, su último suspiro tenía nombre, era Carlos. Ella murió, pero no sufrió, ella ya no merecía sufrir.

Pueda qué años después de la partida de Araxa en algún universo paralelo allá dos niños conociéndose en una noche de año nuevo. El vino de visita a la casa de su tía y ella vivía en esa calle, pueda que accidentalmente ella le quemara la campera al niño, haciendo que el notara a la bella niña morena, que tan solo era un año menor que él.

El quedo flechado al instante de ella, de sus ojos café claro. Y ella de el, lo que mas llamo la atención de la morena fue una marca que el niño tenia en el cuello.

 Ella sintió una sensación rara al verlo, una sensación de que ya lo conocía, sin embargo, quedo en eso, una sensación.

Pueda, tan solo pueda, que esos dos niños sean Araxa y Carlos intentando, nuevamente vivir su amor.

Ese año nuevo fue testigo de como ese sentimiento llamado amor pudo romper todas las leyes de la física. 

Lo que ustedes crearon {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora