CAPITULO 5

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PABLO

El nuevo amigo de Benito les llevo hasta el taller de Tonco, allí un señor de unos 50 años, con el mono de trabajo habitual, alto, musculado y sin pelo, les indico que la pieza que buscaban para la casa rodante ya no se fabricaba y, por lo tanto, no tenía arreglo.

- Si quieren podemos ir con la grúa a por ella, la traemos aquí y la desmontamos para vendar las piezas. Yo les doy una buena lana por ella para que puedan ir al aeropuerto y pagarse los boletos a Buenos Aires – dijo el señor amablemente.

- ¿Pero y las chicas? No cogemos todos en la grúa y ellas no pueden caminar tanto, y menos con la beba en brazos. – respondió Manuel

- Os puedo prestar mi carro. Uno de ustedes se viene conmigo en la grúa y los demás en el carro.

- Yo voy con vos...ni viejita me dejo varado...Quiero permanecer con ella hasta su descomposición- Contesto un lacrimógeno Benito.

Y con ese acuerdo emprendieron el viaje de vuelta a la casa rodante. Manuel conducía el vehículo y Pablo comentaba la escena de Benito, ese loco le recordaba un poco a cierta rebelde que tan feliz le hacía.

Pasaron por el lugar donde el señor les recogió de camino al pueblo, y en la radio sonaba Es por amor de GIT. Esa canción le transporto al día en que todo cambio, el día que desencadeno en su ruptura con Marizza, el día que loco, rabioso y dispuesto a jugarse por lo que más quería, la música y, por ella, le hicieron subir a la casa rodante de Benito y emprender ese viaje.

Marcos cogió un remis y se despidió, iba a ver a su madre al sanatorio, como cada domingo. Pablo miro a su lado, estaba feliz por tener a las dos mujeres más importantes de su vida caminando junto a él. Una de ellas, la que le dio la vida, la que se jugó por el apartándose de su lado, aunque eso la rompía en mil, para que él fuera libre y feliz, y la que regreso a su lado cuando el más tuvo que luchar para conseguir ese propósito.

Y por otro lado, esa rebelde que tan loco le había vuelto, esa que llego para alterar su mundo, romper su burbuja y demostrarle quien era él de verdad, que le enseño a ser rebelde, y lo más importante, lo que era el amor.

Mientras iban en el coche, en la radio sonaba Es por amor de GIT, a Mora la llamo una amiga para invitarle a tomar un café, por lo que dejo a los chicos cerca del departamento que alquilo para ella y Pablo, y se fue.

El departamento no era muy grande, entrabas y daba directamente al salón con cocina americana, al lado el baño, y al fondo las dos habitaciones, la derecha la de Pablo y la izquierda la de Mora.

Pablo abrió la puerta y dejo entrar a Marizza, después paso él, cerró la puerta y se giró, Marizza no le dejo pensar mucho, se abalanzo sobre él, devorando sus labios y entregándose a un apasionado beso.

El beso se fue intensificando, Marizza agarro el pelo de Pablo, para hacerle girar un poco más la cabeza y hacerlo más profundo, Pablo bajaba sus mano por la espalda de Marizza hasta que llego a sus nalgas y las apretó con fuerza para atraerla más consigo.

Cuando Pablo le quito la camiseta a Marizza, se separó un poco para observarla.

- ¡Sos tan hermosa! Te amo, me volves loco.- Dijo Pablo lleno de amor y deseo

- Yo también te amo.- Contesto Marizza en la misma situación que Pablo

Poco a poco se fueron desplazando hasta la habitación de Pablo, mientras iban desprendiéndose de la ropa que llevaban. Una vez dentro cayeron sobre la cama, ardientes de pasión, recorriendo cada parte de sus cuerpos, ansiosos por entregarse el uno al otro como tantas veces habían hecho.

El teléfono de Marizza comenzó a sonar, lo que hizo que se separasen un poco. Pablo le pregunto si iba a contestar, a lo que ella respondió que no, atrapándole otra vez con sus labios.

La llamada se cortó, pero de inmediato volvió a sonar otra vez.

- Dale contestar, si insisten tanto seguro que es urgente. – dijo Pablo mientras se quitaba de encima de Marizza.

Ella resignada se levantó y fue a por el teléfono, que ya había parado de sonar, y volvía a entrar otra llamada. En la pantalla ponía "Casa"

- Seguro que es la tarada de mi vieja tan oportuna como siempre. - Expuso Marizza mientras descolgaba. – Dime ma, ¿Qué plato se te rompió ahora? –Mantenía su carácter de siempre- Perdona Lugi, pensé que era mi vieja, ¿Qué paso?

Lujan le contó a Marizza los acontecimientos ocurridos desde que ellos salieron de la casa. Marizza daba vueltas por la habitación, y mientras iba contestando a Lujan "¿Pero eso no puede ser? ¿Se le fundieron las neuronas? ¿Es un pelutodo como va a creer algo así?", mientras Pablo la observaba e intentaba comprender que pasaba.

- Voy para casa. – Dijo Marizza mientras colgaba el teléfono - Amor, tengo que irme a la casa, paso algo groso con Manuel y Franco, y Mía esta remal.

- ¿Pero qué fue lo que paso? – Contesto el rubio mientras le iba pasando ropa a su novia

- No entendí muy bien a Lujan, pero algo de que Manuel arruino a Franco por algo de un desfile.

- Pero eso no puede ser, Manuel jamás haría nada en contra de Mía. – Pablo no podía creer que su amigo hiciera algo así – No puedo ir con vos, tengo que terminar el trabajo de literatura, pero con lo que sea me llamas y me cuantas.

Marizza se fue del departamento, dejando a Pablo preocupado por la situación. ¿Qué estaba pasando? ¿Cómo podía Franco creer todo eso de Manuel?

Pero esa llamada no iba a ser la que más perturbase a Pablo ese día, para él iba a ir destinada otra que cambiaría por completo su vida, que daría pie al comienzo del declive de su relación con Marizza, y que le llevaría a tomar la decisión de irse al viaje que le marco su nuevo camino.

ERREWAY: 4 CAMINOS Y 1 DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora