CAPITULO 19

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MÍA

En el aeropuerto, Pablo y Benito se habían ido a comprar los pasajes para Buenos Aires, Marizza se había llevado a Candela a comer algo, y Mía y Manuel esperaban a los demás sentados en la zona de espera.

El viaje en autobús había dejado a Mía bastante cansada, pero no les había contado nada a los demás para no preocuparlos. Se estaba quedando dormida pero un nuevo ataque de tos la despertó, como el resto de ocasiones se puso el pañuelo en la boca, y al retirarlo Manuel observo la sangre.

- Tranquila amor, en cuanto lleguemos a Buenos Aires buscaremos al mejor doctor. –dijo Manuel

- Si, ya verás que todo va a estar bien. No te preocupes. – respondió Mía

El médico le había dicho que su enfermedad no tenía cura, pero intentaba mostrarse optimista delante de los demás. Necesitaba que las personas que tenía alrededor no la trataran de forma diferente, y así poderse mostrar lo más natural posible para que cuando faltase la recordasen tal cual era, y no como una enferma.

Se apoyó en las piernas de Manuel para intentar descansar un rato, pero se veía tan cerca de Buenos Aires, que lo único que consiguió hacer fue recordar porque se había marchado.

Había pasado un mes desde que Franco recibo la llamada que cambio todo. Los chicos habían seguido intentando averiguar algo, pero sin ningún resultado, ni tan siquiera Rocco había conseguido el trabajo de becario. Franco se había ido a un pequeño departamento con Marina y Mía, Sonia se quedó en la casa nueva con Hilda y Marizza, y Lujan se alternaba entre las dos casas. Manuel se había arrendado un departamento que más bien parecía una habitación con cocina, había dejado el colegio y se había puesto a trabajar en la tienda de cámaras y fotografías.

A los pocos días de poner en marcha el plan de Manuel, Marcos le comunico que seguiría investigando por su cuenta, pero que debía mantenerse alejado de todos ellos por petición de Lujan.

Desde que sus padres se habían separado, Mía y Marizza se juntaban en el receso largo en la cafetería del colegio para poder pasar algo de tiempo juntas, Franco seguía prohibiendo salir a Mía. Ese día se sentaron en la mesa que estaba junto a la puerta.

- No puedo creer que dentro de dos días sea nuestro cumpleaños y por fin seamos mayores de edad.- Dijo Mía

- ¿Te acordas de la fiesta de quince? Ojala pudiéramos volver a aquella fiesta y que todo esto fuera un mal sueño.- respondió Marizza

- Si, ojala. Este año no tengo ganas de hacer nada, mi mama insiste en que es un cumpleaños especial, pero... ¿Qué tiene de especial si no puedo celebrarlo con la persona que amo?

- Te entiendo, a mí me pasa lo mismo. Lo único que voy a hacer es cenar con Hilda y mi vieja, ni tan siquiera mi papa puede venir. Por cierto, ya que lo mencionas, ¿qué pasa entre tus viejos?, mi mama anda como loca pensando cualquier cosa.

- Nada que ver. Mi padre duerme en la sala. Además mi madre se marcha a Santa FE la próxima semana, le salió un laburo allá y se va a lo de una amiga.

Pablo entro por la puerta, se acercó a la mesa donde estaban las chicas y le dio un sobre a Mía.

- Toma, es de Manuel.- Dijo y se fue a la barra

- Se dice hola por lo menos. – le grito Marizza, pero Pablo la ignoro.

- Por lo que veo las cosas siguen mal, ¿no?- le pregunto Mía

- Si, yo diría que peor que mal. He intentado hablar con él varias veces, pero siempre que me acerco me corta el rostro, terminamos discutiendo y echándonos cosas en cara... Además me han contado que anda tranzando con las de cuarto y quinto, suelta una y se agarra a otra. Volvió el Pablo de tercero.

- Lo siento mucho Marizza, ojala pudiera hacer algo.

- Ya no importa Mía. Ayer recibí una carta, me han preseleccionado para la escuela de canto que te comente.

- ¿Te vas a ir a España? – pregunto Mía asombrada

- Si, si paso la preselección claro, me iré cuando terminemos las clases, y si no paso pues me ire con mi papa a Bariloche y lo seguiré intentando. Ya lo hable con Sonia y le parece bien. Acá solo me quedan Hildita y mi mama, y con la llegada del bebe van a estar muy ocupadas.

- ¿Y qué pasa con Manuel y conmigo?

- Si bueno, también estáis vos y Manuel, pero con su plan de huida casi que pueden venirse conmigo y vivimos los tres junto a tu mononeurona.

Ambas rieron, a pesar de que sus padres se estuvieran divorciando, se seguían teniendo ese cariño especial de hermanas, y esa era su forma de mostrarse cuanto se querían.

- ¿Y qué pasa con Lujan? – Pregunto Mía

- Eso ya fue. Además mi mama me conto que la aceptaron en la Universidad de Córdoba asique también se va – Marizza se sentía derrotada – Te dejo que leas tu carta, tengo que ir a que Michí me prepare un informe para la escuela.

Mía no soportaba ver a Marizza así, por eso cuando su esta última salió, Mía se levantó y se fue directa a Pablo.

- ¿Vos sos un gil o que te pasa? ¿No te das cuenta que si no haces algo la vas a perder?

- ¿De qué estás hablando Mía? – respondió Pablo

- ¡De Marizza! Recién me acaba de decir que al terminar el curso...

- No me interesa nada que tenga que ver con ella. – La corto Pablo – Eso ya fue, ahora yo estoy a otra.

- ¡Si claro! ¡A tranzar con unas y otras! Vos veras pero si no reaccionas pronto cuando lo hagas será tarde.

Mía se fue dejando solo a Pablo. Se sentó en el banco que había fuera del aula y saco la carta de Manuel.

"Hola amor. ¿Qué tal estas? Yo estoy bien, adaptado a mi nueva vida y encontré una nueva afición las grabadoras de videos, todas las noches te grabo uno contándote como fue mi día. Te los mandare el día de tu cumpleaños para que me sientas cerca. Estuve pensando sobre nuestro acuerdo, aunque en dos días seas mayor de edad es mejor esperar a que se acabe el curso para no complicar las cosas. Te amo mucho, Manuel"

Cuando termino de leer la carta, recibió una llamada de Sonia para comunicarle que iba a hacer una cena el sábado por el cumpleaños de Marizza y que le había pedido a Franco que la dejase ir para festejar el de ambas, por supuesto invitándoles a él y a Marina. A Mía le gustó la idea, aunque no pudiera estar con Manuel el día de su cumpleaños, por lo menos estaría con las personas que quería y que habían sido su familia en el último año y medio.

ERREWAY: 4 CAMINOS Y 1 DESTINOWhere stories live. Discover now