Volver a vivir

3

— Estoy aburrido –dice Ace con aburrimiento recargándose sobre la mesita–

— Silencio Ace, la profesora Makino puede escucharnos –susurra mirando su cuaderno analizando las respuestas–

— Chasquea su lengua tomando la hoja entre sus manos– no entiendo nada, ¿Cómo quiere que lo resuelva?

— Lo sabrías si prestarás más atención.

— Esto es aburrido, no puedo evitarlo, además, Thatch está en la misma situación que yo –susurra señalando discretamente al niño frente suyo–

— No te fijes en los demás, concéntrate en lo tuyo, ¿Sí?

— Esta bien –dice tomando el lápiz y comenzar a escribir las "respuestas"– oye, Sabo.

– ¿Qué pasa? –pregunta sin dejar de mirar el papel–

— Mi mamá te invita a ir a mi casa –dice mirándolo de reojo–

— ... ¿Enserio?

— Si, me dijo está mañana que me tiene ganas de conocerte.

— ¿Le has hablado de mi?

— Claro, ¿Por qué no lo haría? –pregunta confuso– eres genial.

— Gracias Ace –dice feliz terminando con el trabajo– eres el mejor.

— Tú también eres el mejor Sabo –dice con una sonrisa–

— Niños, silencio por favor –regaña Makino erizando a ambos niños al verse descubiertos–

— Me encantaría ir a tu casa –susurra Sabo mirándolo con una sonrisa–

— ¡Genial! –exclama contentó recibiendo un nuevo regaño de la peliverde–

Roger sabe que es un mal pagado, lo supo desde que entró a trabajar en aquella fábrica y no dudo en aceptarlo.

¿Se arrepiente de no haber estudiado? Claro que no, gracias a eso pudo conocer a su hermosa esposa y formar una familia, además, desde joven supo que la escuela no era lo suyo, por lo que conseguir un trabajo fue su opción de vida. Con los años de experiencia que tiene trabajando en pequeñas empresas y negocios no sé le dificultó subir de puesto hasta llegar a ser gerente y administrador de la fábrica, por lo que tiene una "buena paga". Al menos lo suficiente para mantener a su pequeña familia.

Sonríe orgulloso terminando su trabajo mientras varios de sus compañeros lo miran con admiración, porque según ellos "nunca se cansa" y, aunque la mayoría de veces es cierto, está vez tampoco es la excepción, agradece tener una hiperactividad y resistencia impresionante.

— Terminó muy rápido Roger-san –dice uno de sus compañeros de equipo–

— ¡Impresionante cómo siempre Roger-san!