"Solo con 8 letras puedo decir todo lo que me sucede contigo, pero ¿Por qué se me es difícil?"
Jeon Jungkook no sabe como expresar sus sentimientos hacia la única persona que nunca lo juzgó por sus errores pasados. Kim Milly es esa persona, su mejor...
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"CAPITULO FINAL"
Las estrellas adornan la azul noche, y la luna alumbra las veredas como la guía nocturna. Trato de buscarla, sé que no ha ido lejos, el bus recién llegaba cuando salí y no la vi subirse.
Tú me conoces mejor. Viste lo peor de mí, mis heridas, y aun así, no me juzgaste.
Esto es como un juego de las escondidas, un juego que no me atrevo a perder. Busco por el parque cerca a mi casa, los puestos de comida en las calles, hasta he llegado a confundirla con otras personas. No entiendo cómo es que ha podido ir tan lejos en tan poco tiempo. El frío es notorio en mi cuerpo, pero prometí a mi hermano no regresar a casa hasta hablar con Milly, y por la casa solo hay un paradero del bus.
Abriéndome y cerrándome de nuevo He sido lastimado así que no confío
Me cubro con mis manos, abrazándome a mí mismo mientras me maldigo por no salir con un abrigo. A lo lejos la tienda de conveniencia yace a simple vista, y no puedo evitar sonreír al recordar la vez que nos besamos bajo la lluvia; cada hormigueo, cada alteración de mi cuerpo que aumentaba mis nervios, fue la sensación más hermosamente aterradora del momento, porque de algo estoy seguro, es sin dudar, amarla por sobre todo. Y mi desconfianza, mi temor a perderla, solo evitó que pueda sincerar mis sentimientos.
Ya dije esas palabras antes, pero era una mentira. Y tú mereces escucharlas mil veces
Recargo mi cuerpo en la pared, las luces de la tienda me dan mayor visibilidad de quienes salen y quienes entran al lugar. Debería rendirme hoy e intentarlo mañana, pero el miedo es grande cuando hoy estás con todas las ganas de liberar tus emociones, sin saber que el mañana puede ser distinto a lo planeado. Prefiero arriesgarme hoy.
―No sabía que los conejos andan fuera de sus corrales a estas horas ―siento un cuerpo recargarse a un lado mío. Y por el olor, deduzco que sus ganas de fumar han vuelto y como la conozco, es muy mala para eso―. Dios, está mierda es bien difícil de inhalar.
― ¿Enserio, Milly? ¿Cigarro?
―Era eso o patearte las bolas ―vuelve a tomar un poco de humo por su boca, siendo otro intento fallido. Quito el cigarrillo de sus manos, dando con una mano mía, ligeras palmas en su espalda para ayudarla a respirar, o bueno, es lo que me enseñaron en el colegio sobre primeros auxilios.
― ¿Qué tienen que ver mis bolas con que fumes?
―Así tus futuros hijos no tendrán la mala suerte de tenerte como padre.
Nuestros hijos.
―Eso lo dudo, ellos me amarán. Que te puedo decir, soy bueno en todo, ser padre será pan comido ―rueda los ojos, trata de respirar profundamente para regularizar luego de atragantarse con el humo de un cigarro. Ganas de decirle novata, pero me matará si lo digo.
