Wabi Sabi (Pedri González)

Capítulo 2

Cuando crucé la puerta del comedor enseguida noté la mirada de unos cuantos chicos que se giraban para ver a mi padre y a mí, sus miradas eran de interrogación y curiosidad, y por eso algo dentro de mí se sintió muy raro.

Con esos sentimientos acompañándome en el cuerpo decidí seguir a mi padre que se dirigía en dirección a una mesa.

-Hola, chicos - Les saludó mi padre- Os presento a mi hija Lara.

-Hola-Dije muy tímida.

-Lara nos va a estar acompañando durante toda la Eurocopa y he pensado que le iría bien conoceros un poco, así que, ¿Os importa que coma con vosotros?

Yo estaba helada como el hielo, tenía mucho miedo, sabía que me iban a tomar por tonta cuando no supiera ni mantener una conversación con ellos por miedo.

Mientras el miedo se apoderaba de mí y mis pensamientos negativos me nublaban la mente, un chico, concretamente, el que lucía el número 11 en la camiseta de la selección se levantó y dijo:

-Yo no tengo ningún problema, siéntate aquí - Dijo señalándome un lugar en la mesa con una sonrisa amiga.

Yo miré a mi padre que me asintió con una sonrisa y me decidí a sentarme junto a ellos, después de eso se marchó.

Sentía un hormigueo por gran parte de mi tripa que se extendía hacía mis manos.

-Hola, Lara - Dijo el chico que se sentaba a mi izquierda, Pau Torres.

-Hola...- Dije en un pequeño aludido que el chico no paso por alto.

-Mira, el chico de enfrente tuyo se llama Unai, el de su izquierda Eric, el de su derecha Mikel u Oyarzabal como quieras- Pau, siguió presentándome a todos los jugadores de la mesa para que después ellos me mandarán sonrisas y unas pocas palabras amistosas hasta que nos topamos con una silla vacía.

- ¿Y Pedri? - Preguntó Pau.

- Estaba hablando con su familia- Respondió Ferran- Ahora bajará.

- ¿Lara quieres venir conmigo a por la comida? -Me preguntó Marcos Llorente.

-Vale.

Seguía un poco sorprendida porque no me esperaba la reacción que estaban teniendo los chicos conmigo. Nadie se había burlado de mí, y no me habían apartado, sino que, me intentaban unir a su grupo para hacerme sentir incluida.

Estábamos en las brasas del buffet, la verdad, todo tenía muy buena pinta, pero yo me había decidido junto a Marcos por unas pechugas a la plancha que olían genial.

Después de que nos las dieran seguimos dando unas cuantas vueltas por los expositores de comida hablando sobre nuestros platos favoritos y la comida del buffet, en uno de los aparadores vi unas patatas fritas que tenían muy buena pinta, pero, me dio miedo cogerlas porque en mi mente paso un recuerdo, uno muy malo.

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Hoy para comer, como cada viernes, tenías la elección de escoger el menú especial, que consistía en una hamburguesa con patatas fritas.

A mí me encantaba este menú, aunque la hamburguesa llevará muchas salsas, no me importaba porque estaba para morirse.

Llegué como cada viernes a mi mesa, rodeada de mis amigos.

Casi todas las chicas estaban comiendo una ensalada sin nada de aceite o sal, supuestamente, porque querían perder peso para el vestido del baile.

-Lara, una hamburguesa, ¿en serio? - Dijo la chica rubia - En dos semanas es la graduación y tú tienes una talla L, no te entrará nada -Dijo riéndose.