ㅤㅤㅤㅤ❝━━Usaré la oportunidad
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ que se me otorgó y
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ te haré vivir un infierno
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ en vida. ❞
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Roxanne adoraba tanto a su madre como hermana menor, incluso si sufrían de miseria y abundante pobreza, ella seguía conservando su...
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Caminar con total calma entre los pasillos le llevo al lugar que menos quería; toda la familia despidiendo a su cínico padrastro, era desagradable a simple vista ver cómo madre y hermana menor eran excluidas mientras el conde con la legítima, mostraban una amorosa escena de padre e hija— Es un regalo. —rodó los ojos fastidiada ante tal melosa voz viendo cuan orgullosa se sentía por un banal pañuelo bordado a mano, no lograba comprenderlo, ni lo haría, ella recibía constantemente ese tipo de cosas durante los eventos de caza gracias a unas cuantas señoritas nobles quienes desconocían su verdadero género.
—Oh, Mielle, este bordado es realmente hermoso. —le analizó en silenció sin entender nada, el bordado era simple, desprolijo y carecía notablemente de elegancia, los que ella recibía eran mil veces mejor.
Lanzó dagas venenosas por sus orbes a la rubia cuando le escucho soltar delicadas risas, claro, para ella sonaba como el vidrio molido siendo aplastado por las ruedas de un carruaje, desagradable— siempre tienes que llevarlo —dijo sacando relucir cuánta dulzura fuera posible en un ser humano tan falso y mentiroso como lo era Mielle ante sus ojos.
Frunció su ceño algo inquieta, Aria no sé mostraba bien al presenciar esa escena, podía ver cuan dolida se sentía con solo ver la expresión en sus dulces orbes verdosos igual al peridoto— Jojo por supuesto, es un pañuelo que tú me has dado. —el sonido desagradable provino de ella con solo escuchar eso, prefirió darse media vuelta y marcharse del lugar para no seguir presenciando tal acto.
Una semana después mientras salía de su habitación para dar un paseo en los alrededores mientras se recuperaba del incidente que ocurrió durante el entrenamiento, dicho contratiempo tuvo como resultado la expulsión de un caballero, además, dejarlo gravemente herido e incluso lisiado— Hmph, se lo merece por ser un bastardo que no conoce su lugar, debí haberlo matado, pero mi maestro se interpuso. —rasco con frustración la parte posterior del cuello deteniéndose al escuchar pequeños quejidos e incluso reclamos, se acercó a la puerta que daba al cuarto de Aria, para comprender cuál era la situación. Frunció su ceño insatisfecha e incluso dolida; la menor sostenía entre sus manos el bastidor mientras junto a ella, al parecer, una tutora le indicaba cómo debía hacerlo correctamente— ¿Por qué lo haces? No necesitas hacer todas esas estupideces para alguien que simplemente te hace sentir una mujer insuficiente, mi hermana, ante mis ojos siempre has sido buena...
Se sobresaltó cuando sintió un pequeño pie chocar contra el suyo provocando que clavara con más fuerza de la debida el trozo de carne en su plato, miro con leve reproche a Aria quien tenía una mirada maliciosa en sus orbes, ¡Lo había hecho a propósito! le fulminó con sus orbes, girando la cabeza al contrario, iba a ignorarla—Creo que es hora de encontrar un nuevo negocio. —le brindo tan solo una minúscula parte de su atención ante las palabras del hombre, ella mucho más disimulada que los demás, prefería observar antes de lanzar algún cebo, pero no le convenía ayudar al conde, lo conocía perfectamente; un perro capaz de morder la mano de quién lo alimento— Es hora de encontrar un nuevo artículo para vender a los nobles.
