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Camino a la oficina del director deteniéndome afuera de la puerta y dando vueltas de un lado a otro mientras siento mi sangre hervir.

—Señor Nelson, ¿puedo ayudarle en algo? —escucho la voz del anciano y volteo a verlo con una sonrisa falsa.

—No —digo nervioso—. Solo buscaba los baños y me perdí.

—Oh... —dice—. ¿Su baño privado no sirve?

Mierda.

—Ah, s-sí —tartamudeo—. Solo quería saber dónde están los baños en caso de que el mío ya no sirva —miento nuevamente.

El director asiente y señala al fondo del pasillo.

—Está al final dando vuelta a la izquierda —me sonríe y luego hace un movimiento con la cabeza dándome a entender que se retira.

Pero antes que se vaya del todo toco su hombro como si fuese un niño pequeño.

—Director, me acabo de dar cuenta que en la segunda clase hay un chico que se quiere hacer el gracioso de una manera muy molesta —le digo.

El caballero me mira sorprendido y luego se voltea completamente hacia mí con las manos en las caderas y el ceño fruncido.

—¿Se puede saber a qué se refiere? Pondré orden ahora mismo.

Suspiro aliviado, me cruzo de brazos y continúo hablando.

—Hay un chico, C-Can... Car... Carajo, no recuerdo su nombre —digo haciendo una mueca.

—Le pediré que no use groserías dentro de la escuela —dice aún intrigado y yo lucho por no poner los ojos en blanco.

—De acuerdo —digo serio—. Spring, ese es su apellido, llegó tarde a clase tirando unos balones de basketball y... vestía unos shorts rosados y muy cortos —comento algo asqueado—. Tenía una diadema del mismo color y actúa como si fuera una niña, tímida y demasiado sensible.

El director niega con la cabeza y me mira más confundido que antes.

—Si llegó tarde creo que puede anotarle un retraso, no veo más problema señor Nelson.

—Se vestía como una chica —digo apretando aún más mis dientes.

—Sigo sin ver el problema —dice mientras se alza de hombros.

—Director... —digo cerrando los ojos.

—Señor Nelson —habla molesto—. Así como acepto que tenga piercings, tatuajes y tintes en el cabello acepto que los alumnos se vistan y actúen como quieran mientras no alteren el orden, esta escuela permite la libre expresión.

—Señor...

—¿Me está queriendo decir que es homofóbico? —pregunta—. Porque ese tipo de actitudes son las que quiero alejar de esta escuela.

Niego bastante rápido con la cabeza.

—N-no, director —miento—. Es solo que no es natural que un chico... Ya sabe, con pene.

El director niega con la cabeza y puedo apostar que le sale humo por las orejas.

—¡Señor Nelson! —exclama molesto—. Un comentario más de esa clase y no dudaré en buscar un reemplazo. Los jóvenes tienen toda la libertad de escoger sus gustos y vivir libremente su orientación sexual, ellos pueden ser quienes quieran mientras no alteren el orden.

Con eso se da la vuelta, muy molesto, entrando a su oficina y cerrándome la puerta en la cara, al mismo tiempo que me deja con las palabras en la boca.

—Bien —le digo a la puerta—. Pero si otros estudiantes hacen papilla a ese chico —hablo remarcando bastante fuerte la palabra chico—. ¡No me haré responsable! —digo para luego irme.

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With all my love and good vibes. ♥

Gabbb.

Gym || Heartstopper || ADAPTACIÓNWhere stories live. Discover now