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Guardo mi celular en el bolso, el cuál dejo tirado a un lado del sillón para luego salir de mi oficina y caminar al gimnasio.

Según vi en algunos papeles tengo cuatro meses y sesenta y algo de alumnos para formar el equipo de basketball. Es demasiado poco para entrenar a tales inútiles a los cuáles veo al abrir la puerta y entrar al gimnasio directamente.

Paso la lista atrasándome apropósito en Spring y luego les ordeno hacer una línea recta en la orilla de la cinta que está al lado de algunas pesas.

—Solo tengo tres grupos y de esos escogeré a veinte y de ahí, quince —digo sin rodeos mientras camino al frente de ellos sin mirar a nadie.

—Si están aquí es porque creen tener lo necesario para jugar bien —vuelvo a hablar mientras miro a Spring de pies a cabeza e intento ocultar mi risa—. Como sea, esto es para hombres —digo volteándome.

—¿Entonces las chicas no podemos participar? —habla... Tara.

—Diez vueltas a la cancha —digo sin mirarla—. ¡Ya!

La escucho trotar y contengo mis ganas de sonreír, adoro tener ese poder.

—Y respondiendo la pregunta de esa chica. Sí, pueden participar las mujeres. Habrá equipo varonil tanto como femenil pero para ahorrar tiempo se entrenarán juntos y luego haré los equipos por separado y participarán ambos géneros.

Veo a una chica rubia levantar la mano y la dejo hablar.

—¿No es algo injusto? Hombres contra mujeres. —dice masticando chicle.

—Tire eso —digo señalando su boca—. Y me alegran dos cosas, uno; levantaste la mano antes de hablar sin que tuviera que pedírtelo, muy bien. Dos; quiero que algo les quede muy claro a todos —digo parándome frente a Spring a propósito—. No es por ser machista, pero un hombre no se puede controlar así que sí, de cierta manera sería injusto. Pero será un partido amistoso dentro de la misma escuela —miro al chico de cabello rizado a los ojos—. Por lo que usted, y se lo digo antes que me lo pida, no estará en el equipo femenil.

—P-pero... —comienza a tartamudear.

—Quince vueltas a la cancha —digo frunciendo el ceño.

—¿P-por qué...? —me mira con miedo.

—Veinte vueltas —digo haciéndome a un lado para que comience a correr—. Vuelves a hablar sin mi autorización y serán cinco más.

Pocos segundos después comienza el trote y siento la mirada de todos sobre mí. Un chico levanta la mano y le doy la palabra.

—¿Si tienes pene o vagina define en que equipo estarás? —asiento con la cabeza—. Pues Charlie deberá estar en el equipo femenil, me sorprendería que tuviera huevos.

Medio grupo ríe y quiero reír con ellos pero solo agacho mi cabeza mordiéndome el labio para no hacerlo.

La pelinegra, Tara, se para enfrente de mí con un poco de sudor en la frente y levanta la mano.

—¿Qué necesita? —contesto de mala gana.

—¿No le pondrá un castigo? Ofendió a un compañero.

Pongo los ojos en blanco y miro al chico.

—Da cinco vueltas.

—¡Cinco vueltas nada más?

El chico comienza a correr esas vueltas con una sonrisa en el rostro.

—Al menos no me interrumpió como usted justo hace unos segundos, Tara —miro a la chica—. Diez vueltas más.

Abre la boca claramente molesta pero no vuelve a decir nada más y se va a completar las vueltas mientras yo le digo a lo que resta del grupo el ejercicio que haríamos hoy.

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With all my love and good vibes. ♥

Gabbb.

Gym || Heartstopper || ADAPTACIÓNWhere stories live. Discover now