45. PROFECÍA

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Las alas de Tomura golpeaban el escudo de Kota, quien le pasaba una espada hecha de los cimientos que flotaban por los aires, siendo Bakugo quien atacaba a diestra y siniestra.

Las ráfagas de electricidad se colaban por los postes de luz que flotaban, los cuales salían disparados contra los únicos salvadores. Una paso cercas del hombro del rubio, enterrando el filo de la espada en el brazo del hombre que lo lanza contra un autobús. 

El hechicero antes Shinigami, confronto al dios con una ráfaga de explosiones para usar el humo como distracción, enterrando flechas de hielo en su espalda que se convierten en liquido. Tomura lo toma del cuello para levantarlo y estrellarlo contra el suelo, una y otra vez. Es interrumpido por la espada de Bakugo que le rebana el brazo, pero en menos de un segundo se regenera y le da una patada en el estomago al humano. El hechicero le manda una capa azul similar a una burbuja, amortiguando los daños colaterales. 

Es lanzado contra el rubio, saliendo ambos rodando a varios metros topándose a orillas del bosque. 

—Este siempre ha sido su destino. ¿De qué sirve detener algo que nunca parara? —dice el hombre tomando a ambos del suelo para elevarse al cielo oscuro—. Este mundo siempre ha tenido este desenlace. Nunca podrán parar el final de todas sus vidas, siempre pesaron que con todos sus esfuerzos podrían hacer algo, pero no. No pueden. Son insignificantes. 

Sale disparado contra los arboles pero ni el escudo de Kota logra proteger a Bakugo de los golpes y rasguños. Siendo nuevamente, lanzados a un mar de tierra de césped amarillento a orillas del río, al filo de un acantilado desplomándose. 

La espada de Bakugo se parte en dos por la fuerza de Tomura, quien se acerca con las manos estiradas, rodeadas por mantos de energía viniendo del portal sobre el pueblo. 

—¿Están listos para el final de sus vidas?

Kota intercambia miradas con Bakugo. Forja una daga con la tierra y se la pasa rápidamente al levantarse. De pie, ambos caminan lentamente con el camino detrás de ellos, hundiéndose sobre agua en movimientos salvajes. Con dificultad mantienen la postura de sus espaldas, sabiendo que en toda su vida nunca habían estado al borde de la muerte como hoy, al filo de una profecía que una antigua amiga les dicto: Un río y una muerte, sin día y sin fecha.

Se abalanzan sobre el Shinigami que arremete con sus alas. Una se clava en la pierna de Bakugo quien se la quita de encima para clavársela en la mano, aprovecha esa distracción para cortar el abdomen de Tomura, mientras Kota forja dos picos de tierra y los manda sobre las alas del hombre. Lo alzan a dos metros y los extienden como objeto en exposición. Lo cual resulta inútil ya que él mismo se arranca las alas para bajar de inmediato, atacando a puño limpio. 

Da un golpe al pecho del rubio que arremete con una patada en la sien, pero el hombre le entierra los nudillos en la mejilla, mandándolo al suelo a orillas del acantilado.

Kota lo defiende y igualmente resulta herido, pero se mantiene parado con los puños envueltos en llamas. 

—Sabes que no nos rendiremos.

—Lo sé y es una pena. ¿Por qué no se detiene? Es inevitable su final.

—Somos humanos testarudos, ¿qué te puedo decir?

—Y débiles. —dice a su espalda enterrándole en el pecho una pluma afilada. 

Cae de rodillas tocando la punta del arma sintiendo ardor por dentro, siente sus pulmones funcionar pero si se saca el arma, morirá de inmediato. Tendría que esperar a que Eri le sanara su herida porque de esa forma, podrá sobrevivir. Mira a Tomura con lagrimas en los ojos, sabe que él matara a Bakugo mientras da la vuelta y se dirige a él. 

Cute Wolf - BakudekuWhere stories live. Discover now