Once

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—¿Vienes a ver a Cleo?— Elodie estaba sorprendida, muy sorprendida.

Eros asintió. Estaba fuera de la casa de Thea esperándola y al ser su vecina se encontró con su hermana menor jugando fuera y ella no dudo en correr a verlo. Buscó alguna otra piedra que se viera en buen estado para dársela a Elodie ya que estaba recolectando algunas para entretenerse.

—Que bueno que la visites porque a mí ya no me quiere contar nada— se cruzó de brazos.

Eros frunció el ceño levemente ante las palabras que ella había dicho. Le entregó una pequeña piedra blanca que estaba un poco enterrada en la tierra, tuvo que sacarla con una rama caída del árbol que estaba al lado de ambos.

—¿Por qué?

—Me dijo que es porque son peleas de adultos. ¡Me trata como si fuera una niña!— bufó— Como si la casa fuera tan grande como para que yo no escuchara nada.

—¿Peleó con tu tío?— la duda no lo había dejado tranquilo desde el día anterior.

Elodie negó.

—Con mi mamá, quiere conseguirle un esposo.

La respiración de Eros se le había atascado en la garganta. Incluso había dejado de buscar piedras. No podía concentrarse si era completamente honesto. Su mente seguía divagando en las palabras pronunciadas por su hermana menor.

—¿Y... Y ella como se siente respecto a eso?

Si a ella le agradaba la idea y estaba de acuerdo, lo entendía. Si ella estaba feliz, eso era suficiente para él, más que suficiente. Siempre la había querido ver ser plenamente feliz, pero parecía ser que ese no era el caso. No tenía sentido alguno que peleara con su madre si le agradase la idea de contraer matrimonio.

—No muy bien— Elodie súbitamente dejó de jugar también para mantener sus ojos fijos en el suelo— No quiero que un hombre me aparte de Cleo.

Dejó las piedras que estaba guardando en el suelo. Sabía que cuando una persona se casaba, se apartaba de su familia porque se iba a vivir con su esposo y pese a que se seguían visitando, ya nunca volvía a ser lo mismo. Cleo era quien la acompañaba todo el tiempo, bromeaba con ella, lloraba con ella, compartían mucho tiempo juntas.

—No lo harán— alborotó con suavidad el cabello de Elodie en un intento de hacerla sentir mejor— No dejaré que lo hagan ¿de acuerdo?

No hasta que encontrara a alguien con quien realmente quisiera estar, deseaba que esa persona la tratara muy bien y considerara también el gran cariño que le tenía Elodie a Cleo.

—De acuerdo— se encontentó en cuanto lo escuchó, porque Eros nunca le había fallado cuando le prometía algo.

~ • ~

—¿Llevas mucho esperando?— murmuró, estaba frente a él así que no era necesario levantar la voz.

Él negó. Se esforzó por dar una sonrisa, quería hacerla sentir mejor, se había hecho ese propósito desde que Elodie le había dicho lo ocurrido en su vida.

—¿A dónde quieres ir?

—Dónde quieras esta bien.

No podía simplemente ignorar el desánimo de Cleo, no podía pretender que no se daba cuenta. Quería que hablara de eso con él, así que pensó en que iba a ser buena idea que fueran al mismo lugar retirado al que ya habían ido en una ocasión. Comenzaron a caminar en pasos pequeños, ninguno de los dos decía absolutamente nada.

Eros | Timotheé ChalametWhere stories live. Discover now