Cazando a un mercenario

6. La verdadera identidad

- Espera, espera, espera... Me estás diciendo que la mujer nerd, de anteojos, es la misma que la chica enmascarada – exclamó Weasel confundido.

Deadpool asintió frenéticamente.

- Estoy igual de sorprendido que tú, pero te aseguro que ese trasero es real... Sumamente real y es imposible que dos personas puedan ostentar semejante obra de arte – el mercenario agitó sus manos energéticamente y su amigo rodó los ojos-. Lo verás con tus propios ojos camarada, tarde o temprano... Tal vez más temprano que tarde ya que la invite a tomar algo.

- ¿La invitaste? ¿Tú? ¿A dónde?

- ¡Acá por supuesto! ¿A dónde más? – le respondió Deadpool mientras sus labios se movieron con rapidez bajo su máscara roja.

Weasel le dedicó una mirada anonadada.

- ¿Invitaste a una chica a esta pocilga?

El mercenario asintió y Weasel se sujetó el rostro con ambas manos, frustrado.

- El lugar no está tan malo.

- No me refería a eso y lo sabes.

Ambos ojearon al resto de los hombres presentes. Mientras Deadpool se encontraba sentado en la barra y su amigo atendía detrás de ella, el resto del bar estaba repleto de hombres grandes, musculosos, sudorosos que gritaban y bebían sin preocupaciones.

El mercenario se encogió de hombros y le restó importancia con un gesto de su mano enfundada en su guante negro.

- No creo que llegue, por lo que no hay de qué preocuparse.

Ambos se quedaron en silencio unos segundos, mientras el ruido de la música y las conversaciones continuó a su alrededor.

- ¿Crees en las coincidencias? – dijo Deadpool repentinamente-. Porque yo no lo hacía, hasta ahora.

Weasel frunció el ceño y se ajustó los anteojos.

- Podría considerarlo suerte o...

- ¿O?

- Una coincidencia demasiado sospechosa.

- No confías en ella – las palabras de Deadpool no fueron una pregunta, sino una afirmación.

- Me parece sospechoso que una mujer, que justamente está trabajando para SHIELD, pueda tener buenas intenciones y mucho menos que le "causes intriga" – replicó con ironía.

El mercenario volvió a encogerse de hombros.

- Ni siquiera da para considerarla una amenaza. Puede que tenga una fuerza fuera de lo normal, pero nada que una hermosa bala no pueda solucionar – e hizo un gesto de pistola con una de sus manos.

Su amigo rio entre dientes.

- ¿Ya estás pensando en poner una bala en mi cabeza? Y yo que pensé que nos habíamos llevado bien.

Deadpool se volteó, sorprendido mientras que Weasel se quedó como piedra y abrió la boca por la sorpresa.

Ambos se toparon con Valerie, la cual vestía unos pantalones y chaleco de color negros ajustados, botines oscuros y sobre sus hombros descansaba una hermosa chaqueta de cuero negra. Su atuendo destacaba su indiscutible belleza, el cual acompañado con esos anteojos la hacían lucir extremadamente atractiva.

¿En qué momento había ingresado al bar?, se preguntaron ellos.

El mercenario, sin embargo, no pudo evitar estudiar la figura de la mujer con detenimiento. ¿Era solamente su físico el que le llamaba poderosamente la atención? ¿O eran aquellas piernas tonificadas? ¿O esa mirada altiva? Ni el mismo lo sabía.