VI. Reencuentro

135 15 3
                                    

Quizás volver a recordar tu pasado es algo que no muchos quieren hacer, pues hay cosas dolorosas en él. Pero algún sabio dijo una vez: "No está mal ver hacia atrás, mientras lo hagas para tomar impulso para seguir andando hacia adelante". Sin embargo, la reacción es diferente cuando te encuentras con personas del pasado.

Puede ser que estas personas te traigan agradables recuerdos a tu vida, que lleguen para recordarte quién eres, o te dejen una lección de vida. Y aunque no todas las veces estos encuentros sean agradables, una visita del pasado, sin duda, te mueve por completo de tu armonía.

Después de ver a Lan Zhan, Wei Ying no sabía cómo sentirse al respecto de él. Luego de haber entregado su libreta a Wen Ning, todo su mundo comenzó a cuestionarse, lo que había pasado, ¿había sido una especie de señal? Durante un año o más, Lan Zhan no se había presentado ni por error en su vida y ahora solo habían sido 30 segundos, pero 30 segundos que habían traído consigo un efecto de más tiempo. Incluso al llegar a su departamento, la nítida imagen de Lan Zhan estaba allí.

- Su cabello... lo dejó crecer un poco. – Wei Ying se sentaba en la orilla de su cama con los pensamientos confusos. – Se ve que está siendo... feliz

Una expresión menos agradable se formó, quizás le estaba dando demasiadas vueltas al asunto. Era claro que Lan Zhan estuviera feliz, estaba estudiando lo que amaba, podía compartir sus ratos libres con su preciado hermano y quien sabe, quizás ya hasta tenía a alguien especial esperando por él todos los días.

Esas últimas ideas en el pensamiento de Ying no fueron del todo agradables, pero no tenía más remedio que aceptarlo. Cada uno había hecho sus vidas, había tomado decisiones que los habían llevado lejos el uno del otro. Raro hubiera sido que siguieran siendo las mismas personas desde la última vez que se habían encontrado.

Eso fue lo único que Wei Ying necesitó para arreglarse y salir por la puerta rumbo a la universidad. No tenía por qué detenerse, ni tenía que dejar que su pequeño vistazo con Lan Zhan lo perturbara. Nunca más se dejaría desconcertar por el Lan, ya había visto que eso no le traía nada bueno, además estaba tan bien ahora consigo mismo y su familia como para crear un conflicto que había elegido evitar tiempo atrás.

Sin embargo, hay una diferencia muy grande en lo que nuestro cerebro nos dice, manda y trata de convencernos y lo que nuestro corazón empieza a sentir. En una guerra entre la razón y el sentimiento del corazón ¿Quién era más fuerte?

Toda la tarde restante, Wei Ying continuó preguntándose ¿qué significaba todo esto que le estaba pasando? ¿Debía de restarle importancia? ¿O es que debía seguir adelante para confirmarlo?

- Por supuesto que tienes que ir a verlo otra vez. – dijo Yan Yue. – No lo has visto ni por error en todooo este tiempo y ahora que vas para algo completamente ajeno a él, lo encuentras ¿no crees que es parte de los planes del destino?

- ¿Tú crees eso?

- Por supuesto, hay que saber ver las señales

- ¿Pero de que señales hablas? Solo lo vi unos 30 segundos. – rió Wei Ying

- Pues allá tú, pero yo si fuese al menos una segunda vez. – Yan Yue sonaba bastante seguro de lo que decía. – Ya sabes lo que dicen, una vez es coincidencia, dos es casualidad, pero tres, definitivamente, es el destino.

- ¿Tres veces eh?

-      ¿Tres veces eh?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora