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Para Katsuki cada día que pasaba era un golpe crítico para su corazón.
Cuando Izuku dijo que no iba a lastimarlo, que era su tesoro y más cursilerías así, él no le creyó.
Porque, vamos, pensaba que Izuku solo le diría eso y después sería como su usual rutina. No se quejaba, esa rutina era perfecta.
Pero ahora, ahora no cree que sea capaz de conformarse con su anterior rutina.
Si en algún momento algo saliera mal, y alguien más llegará a su vida, no se conformaría con poco, porque Izuku le da todo.
Cada capricho, deseo, incomodidad, Izuku se encarga de dárselo, o arreglarlo.
No puede esperar menos de alguien, cuando Izuku le da una rosa cada mañana, le compra los chocolates o dulces que le gustan, o le cumple el más mínimo capricho.
Izuku se encarga de hacerlo reír todo el maldito día, haciendo hasta lo imposible para que nunca este triste, frustrado, etc.
Izuku lo está convirtiendo en un jodido chico mimado que ya no se puede conformar con poco.
Por ejemplo, Izuku está en el balcón de su ventana, con una mochila, ropa de dormir y su estúpida linda sonrisa.
¿La razón?
Simple.
Mientras hablaban por teléfono, Katsuki le dijo que tenía ganas de ver una película de terror, junto con dulces ácidos y pipocas mitad saladas, mitad dulces.
Vaya sorpresa al sentir una hora después como algo, o mejor dicho, alguien tocaba su ventana. Topándose con Izuku viendo su celular, aparentemente buscando una película que ver.
Y todo porque el no podía dormir y en su lugar prefiere ver una película. Algo raro de él por cierto.
— Deku, ¿Porque carajos?-
— Shhh — entra a la habitación, no sin antes darle un beso en la frente, dejando con las mejillas rojas al rubio — Traje tus dulces favoritos, también conseguí las pipocas, fue un infierno encontrar una tienda abierta a esta hora.
— Oh... ¿Fuiste a buscar a esta hora?
— ¿Mnh? Bueno, tenía guardados algunos dulces, pero las pipocas no, así que salí a buscar... A escondidas... Si, me escape, pero fue por una buena razón ¿Ok?
Katsuki no puede evitar soltar una risilla por la forma nerviosa en la que Izuku trata de excusarse.
— ¿Te quedarás conmigo toda la noche?
— Bueno — juega con su cabello nervioso — si quieres puedo quedarme a dormir, o también me puedo quedar hasta que termine la película.
El rubio asiente pensativo — hasta que acabe la película supongo...
