xi

511 69 10
                                    

Seokjin había estado tan conmovido y pasmado al mismo tiempo que no se había detenido a pensar la razón por la cual Taehyung había aparecido, solo podía rememorar sus hermosos ojos, su estatura, su porte, la clavícula que dejó ver al intentar cambiarle la camisa.

Se golpeó en la frente con la pared intentando dejar de ser tan estúpido y bajó al primer piso luego de recordarse constantemente que Taehyung estaba casado, aunque no le había visto el anillo de matrimonio en la mano, él simple podía sacárselo y fingir por el mundo que era un hombre soltero para disfrutar de la misma manera en que durante años lo había hecho Yuna. Antes de que Tae estuviera con Seokjin, Jin veía muchos hombres desfilar por la casa, muchos buscando ayuda y pagando a la servidumbre por dejarles hablar con el hombre. Y es que Taehyung era precioso, no podía negarlo.

Es precioso, hasta el día de hoy.

Cuando llegó donde sus amigos, Yoongi lo fulminó con la mirada. Leía la verdad de todo en sus ojos, pero sus palabras no fueron en verdad todo lo que quería gritarle—¡Me dejaste con un apoyo menos, maldito depravado! —le lanzó con una mueca de enojo. Los ojos de los tres se dirigieron hacia Jimin, quién saca la lengua tímidamente, como si pidiera perdón.

Dios, no debió haber sido tan bruto.

—No te preocupes, yo me encargo del trabajo que le habías destinado a Jimin.

—Más te vale. —lo amenazó su mejor amigo, y Jin se acercó a su novio a besar tiernamente su frente antes de tomar a Yoon por el brazo.

—Ven aquí, tengo que hablar contigo.

Su amigo lo siguió a un apartado de la habitación en la que estaban preparando todo, los padres de Yoongi terminando de ordenar las comidas en las mesas y los amigos de Jungkook decorando: su hermano menor no se veía por ningún lado, aunque le había prometido que vendría.

El rubio todavía no despegaba la mirada de su novio, quién ahora acariciaba el cabello de Jimin con una ternura que jamás había visto entre ellos. No se preocupaba, realmente, porque si de algo estaba muy seguro era de que Hoseok estaba increíblemente enamorado de Yoongi. Él había salvado la vida de su amigo, él lo había acompañado en los peores momentos y tomaba su mano con un amor que solo había rivalizado lo que en algún momento tuvo con Taehyung.

—Yoongi... ¿de quién es el velorio?

El rubio sacó su celular y revisó algo que le habían enviado al correo. Con una voz trémula dijo: —De Kim Daehoo. No sé quién coño es.

Para disgusto de Jin, quién ya tenía una idea bastante acertada. Aun así, exclamó: —Mierda.

—Hyung...

—Debí haberlo sabido, soy un idiota. Un grandísimo idiota. —se alejó del toque de su amigo y comenzó a caminar de un lado a otro, intentando respirar y calmar de pronto su corazón latiendo a todo ritmo por su cuerpo. —Taehyung vino a mi habitación. ¿Cómo podía saber que estaba aquí, si no hemos hablado en más de tres años? Y su padre ayer apareció en nuestro departamento. ¿Cómo coños tienen nuestra dirección, si el departamento está ingresado a nombre de tus padres? Hasta donde tengo conocimientos, Taehyung no sabe de tu existencia.

Yoongi estaba pálido, más pálido de costumbre. —Nosotros ya éramos amigos cuando ustedes estaban juntos.

—Sí, pero nunca hablábamos... nunca te nombré.

—¿Por qué?

—¡No lo sé! Cuando estaba con Taehyung no podía pensar y lo único que quería era... —suspiró, pasando una mano por su cabello y apretando fuerte la otra en un puño. — Eso no es lo importante ahora. ¿Supiste lo de Koo, cierto?

Glimpse of us [Jintae/Taejin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora