CAPITULO 25

1 0 0
                                    

—Señorita su vestido ya está listo en su cuarto para que pase a cambiarse, su abuelo pasara por usted en media hora—Me dice y se da la vuelta.

No recordaba la maldita cita, pero no queda de otra este día será uno de los más largos, me quito las zapatillas y salgo descalza, en la empresa tengo un cuarto especial donde suelo descansar o a veces dormir y no irme a mi casa, nadie sabe la existencia de él más que Mau y mi secretaria que es de confianza, entro a mi lugar secreto y el aroma me da la bienvenida me recuesto en el sillón, cierro los ojos por un momento disfrutando del silencio, los abro y con toda la fuerza de mil mares comienzo a vestirme.

—Señorita su abuelo espera por usted.

—Gracias Linda.

El abuelo luce un traje de color azul marino oscuro no entiendo por qué tanta formalidad se supone que es solo es una cita que durara 10 minutos y es demasiado tiempo, tengo pensado dejar las cosas claras que no tengo la intención de casarme y mucho menos con lo sucedido, subo al auto y bajo la ventana.

—Sube la ventana Jeft. —Le ordena mi abuelo a su chofer mientras proseguía hablándome

— Luces hermosa esta noche sin duda uno de los mejores vestidos que he escogido en años, Mila tienes que comportarte de la mejor manera si las cosas marchan bien te casas a finales del mes que entra.

—No me casare, Abuelo espero que no vuelvas a retomar este tema, a finales de este mes me mudo ya no seguiré en la presa, toma esta cita como agradecimiento por dejarme estar contigo estos años—Le digo sin voltear a verlo.

Mi abuelo se queda sin palabras, pero me dio a entender que cuando estemos de regreso a casa hablaríamos del tema del cual no hay mucho de qué hablar no me casaré ya está decidió porque esta vida es mía y apenas me doy cuenta de ello y no permitiré que nadie más interfiera, al parecer llegamos al lugar es uno de los restaurantes más grandes en Nueva York tenía pensado invertir en él y tener acciones para que la empresa creciera en el ámbito de gastronómico, pero ya dejaré de pensar en ella a partir de hoy seré egoísta y pensaré solo en mí. Entramos y está vacío, los meseros nos esperan en la entrada uno de ellos nos indica el lugar al que debemos dirigirnos el tipo es muy rico y no se está quedando atrás con reservar todo el lugar me incomoda el hecho de que no podre distraerme al mirar a otras personas y pensar que es lo que ocurre en su cabeza o de que hablan queriendo formar parte de ellos, nos llevan a la zona VIP la eh estado visitando con frecuencia me considero una persona que tiene dinero, pero casi nunca entro a este tipo de zonas porque me aburren mucho, el cuarto es muy hermoso la iluminación es perfecta la luz te permite mirar todo a la perfección sin lastimarte la vista, tomo asiento en la primera silla de la mesa que es bastante grande para 3 personas y se encuentran ocho sillas supongo que mi abuelo se equivocó al pensar que el tipo quería casarse malinterpreto sus intenciones y cabe recalcar que me conviene que no quiera nada, como siempre llegamos primero a todas las citas el abuelo y yo nos parecemos un poco en cuestión de trabajo somos muy perfeccionistas, el tiempo pasa y el caballero ni en sus luces, me levanto para ir al baño estar sentada son nada que hacer con la incomodidad del abuelo y solo estar bebiendo champán mi pobre sistemas exploto y la cascada dentro de mí quiere liberarse, mis pies están torpes y miro todo en 3D la risa no tarda en salir, me sujeto de todas las paredes del restaurante para llegar al baño de damas, entro al baño como pude y por fin libero la cascada, salgo del retrete y lavo mi cara levantando la vista y no puedo creer lo que miro una mujer hermosa con un gran futuro claro, sacudo mi cabello y salgo modelando como si estuviera en la pasarela de Victoria Secretes con nos kilitos de más mis pies son inestables y mejor me tiraré en el suelo que me mira con mucho amor no puedo negarme, me dejo caer y envuelvo mis rodillas en mis brazos y escondo mi cabeza en ellos. —Señorita ¿Se encuentra usted bien? —Me dice una extraña voz masculina.

—Me encuentro al cien por ciento saludable así que piérdete.

—No me parece que este muy bien Señorita, además es peligroso que usted este en este estado sola—Me vuelve a decir está molesta voz.

—Que estoy bien, por favor piérdete—Le digo levantando mi cara.

No puede ser este es un día de suerte para mí, mi querido doctor está al frente mío con cara de impresión y sorpresa, pero como soy una dama independiente me levanto como puedo y lo saludo con educación o el intento hago, pero el mareo me impide estar de pie mi vista se nubla y pierdo el control de mi cuerpo, me golpeo con algo que es un poco blando, pero firme y mi conciencia dejo de funcionar.

—Mila ¡Despierta, despierta Mila! —Una voz lejana me hablaba.

Abro los ojos en media luna, pero la luz no me deja enfocar para saber en dónde me encuentro y quien es el que me habla, cierro los ojos y espero a estar más consiente, los vuelvo abrir y todo cobra sentido mi abuelo está sentado de rodillas tocando mi cara y un hombre está parado tras de él, pero no logro identificarlo, me levanta para intentar sentarme, miro a mi alrededor y recuerdo en donde estoy y quien es el hombre.

—Un placer en conocer la señorita Mila—Me dice el sujeto con una sonrisa.

Trágame tierra y escúpeme en la casa de la abuela, me vuelvo a recostar para fingir que me sigo sintiendo un poco mal para regresar a casa y el plan resulto a la perfección, el abuelo me ayuda para entrar en el auto, me acomodo y recargo mi cabeza en el respaldo, el abuelo se aleja para despedirse del caballero.

—Señorita espero volver avernos pronto que será muy seguido—Me dice el caballero que a la misma vez es mi doctor.

—Adiós, Buenas noches. —Me despido.

Sin más que decirle el carro arranca y trato de dormir en el auto no quiero escuchar regaños de mi abuelo solo quiero dormir y que este día sea eliminado de mi memoria y que la enfermedad solo sea un sueño del cual quiero despertar.

TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora