The Witch Wolf [Teen Wolf III]

II

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La casa estaba vacía a excepción de nosotros dos. Hablar con Steve se sentía demasiado incómodo, como si lo forzáramos.

Desde que May nos había llamado diciendo que Marianne había sido secuestrada, cada vez que nos veíamos algo se sentía fuera de lugar. Steve insistía en que yo no le daba importancia a lo que pasaba, y que él creyera eso de mí me destruía.

Él fue mi primer Beta. El primero en creer en mí. ¿Qué había cambiado?

—¿Dónde está el cazador?

—Sebastian tiene su propia vida —respondí, evitando dar una respuesta concreta. Sabía dónde estaba y qué hacía, pero Steve no necesitaba saberlo—. ¿Para qué viniste? —pregunté.

—Derek no sabe nada sobre la manada —explicó, rascando su nuca.

Yo me crucé de brazos, sin sorprenderme.

Ni Derek, ni yo, ni absolutamente nadie iba a dar con el paradero de la manada si ellos no lo querían. Todo era parte de su plan, hacernos desesperar persiguiendo nuestras colas durante unos meses hasta que ellos creyeran que era momento de dejarse ver.

—Lo sé, Steve —el rubio me miró sin comprender—. ¿Qué crees que hice durante todo el verano?

El chico corrió la mirada, inseguro. No sabía qué responderme, pues su lobo se daba cuenta de que yo me estaba enfadando.

—También los busqué, pero estabas demasiado ocupado buscando problemas con Sebastian como para darte cuenta —espeté—. Decidí investigar a la manada que los tiene para cuando llegue el momento de enfrentarlos.

—¿Qué descubriste?

Me crucé de brazos y me acomodé para mirarlo mejor.

—Tendrás que perdonarme, pero no confío en la influencia que tiene Derek sobre ustedes.

Steve frunció el ceño, comenzando a enojarse. El chico era demasiado impulsivo, por lo que era muy probable que esto acabara en una discusión, pero no me arrepentía de lo que le dije.

Derek se había abusado de la desesperación de May por encontrar a su novia y del impulso que tenía Steve por proteger a los demás, y los manipuló para convertirlos en sus soldados. Era probable que todo lo que yo le dijera a Steve, él se lo contara a Derek, pero ninguno de ellos confiaba en mí lo suficiente para incluirme en los planes.