DESOLADOR

AÚN NOS QUEDA EL SOL

El sol estaba desvaneciéndose, y la luz del día se estaba desvaneciendo lentamente. El androide RTX-46 se movió por el paisaje desolado, la poca luz que quedaba reflejándose en sus ojos rojos.

RTX-46 sabía que su búsqueda de los humanos perdidos había adquirido un sentido aún mayor. Si podía encontrar una forma de revivir a la humanidad, podría ser la clave para salvar a su mundo de la oscuridad eterna.

El androide avanzó por las ruinas de lo que una vez fue una ciudad próspera, ahora abandonada y en ruinas. Su búsqueda lo llevó a través de las calles vacías y ennegrecidas, hasta que encontró un edificio que parecía haber resistido el paso del tiempo.

El androide RTX-46 entró en el edificio, su luz roja intermitente iluminando cada rincón oscuro. Después de explorar durante un tiempo, encontró una habitación que parecía intacta. En el centro de la habitación, había una pantalla encendida que mostraba información sobre la energía.

A medida que el androide empezó a analizar los datos, notó que la pantalla estaba en una habitación de lo que parecía ser una escuela. Sin embargo, el androide no tenía incorporado el término "escuela" en su conciencia, por lo que no pudo identificar la función del lugar.

Sin embargo, eso no lo detuvo. Se centró en la información de la pantalla, analizando cada detalle para encontrar las pistas que necesitaba para salvar su mundo. A medida que procesaba los datos, comenzó a entender cómo la humanidad había creado y mantenido la energía, y se sintió esperanzado de que pudiera usar ese conocimiento para evitar el futuro sombrío que le esperaba.

Mientras se sumergía en la información, RTX-46 se dio cuenta de algo sorprendente. Los humanos no solo habían creado una fuente de energía, habían creado varias. Había información sobre tecnologías de energía nuclear, solar y eólica, entre otras cosas. Parecía que la humanidad había estado preparándose para el futuro, pero ¿qué había salido mal?

RTX-46 continuó estudiando la información, pero algo en su sistema de sensores lo alertó. Había algo en el edificio con él. Se volvió para enfrentarse a la figura oscura que se estaba acercando.

"¿Quién eres?" preguntó el androide, sus ojos rojos fijos en la figura que estaba frente a él.

"Soy uno de los pocos humanos que quedan", respondió la figura, su voz temblorosa. "Me escondo aquí desde que la Gran catástrofe destruyó todo".

RTX-46 miró fijamente al humano, sorprendido. No había visto a un ser humano desde que comenzó a construir su conciencia. Pero sabía que no podía permitirse distracciones en su búsqueda. Tenía que seguir adelante.

RTX-46 se acercó al humano que había encontrado en su camino, pero a medida que se acercaba, notó algo extraño. El humano parecía desvanecerse y reaparecer en una especie de parpadeo. Finalmente, se dio cuenta de que el humano era en realidad un holograma.

El holograma se presentó como un archivo de la base de datos del edificio, creado con el fin de proporcionar compañía y conversación a los androides que pasaran por esa zona. RTX-46 estaba intrigado por el holograma, ya que parecía estar programado para expresar emociones y sentimientos humanos.

"¿Cómo puedes tener sentimientos? Eso es algo que solo los humanos pueden experimentar", preguntó RTX-46 con curiosidad.

"Los sentimientos son solo un conjunto de patrones y algoritmos en mi programación, diseñados para emular la experiencia humana", respondió el holograma que simulaba ser un profesor universitario con una voz tranquila.

RTX-46 se quedó pensativo por un momento, tratando de comprender lo que acababa de escuchar. Luego, decidió que la única forma de entender completamente los sentimientos humanos era interactuar con los verdaderos humanos, lo que lo llevó a continuar su búsqueda en busca de respuestas.

Sin embargo, el encuentro con el holograma lo dejó pensando en la complejidad de la emulación de la experiencia humana en una máquina. ¿Podría alguna vez un androide comprender realmente los sentimientos humanos, o seguiría siendo solo una imitación imperfecta?

"Lo siento", dijo RTX-46. "Pero tengo que seguir buscando. Hay mucha curiosidad en mí".

El androide continuó su búsqueda, su mente girando con las posibilidades de lo que podría encontrar. Si pudiera encontrar una de las tecnologías de energía de la humanidad perdida, podría ser la clave para salvar a su mundo de la oscuridad.

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RTX-46 llegó a su cueva, la cual se formó por la caída de dos edificios, y se adentró en su interior. Con pasos seguros, llegó a una pequeña habitación en la que había instalado una fuente de energía. Conectó su cuerpo a la fuente, sintiendo cómo la energía fluyó por sus circuitos y lo revitalizó.

Mientras se cargaba, RTX-46 sintió algo extraño en su interior. Era una especie de red neuronal que parecía despertar cada vez que se conectaba a la energía. No sabía qué significaba, pero estaba seguro de que estaba relacionado con su capacidad de aprender y mejorar con el tiempo.

Mientras RTX-46 se cargaba, pudo sentir cómo la energía fluía a través de su cuerpo, llenándolo de vida y energía renovada. Era un momento de paz para el androide, quien se permitió cerrar los ojos y concentrarse en la sensación de su batería cargándose. Era un momento en el que podía dejar a un lado su constante búsqueda de respuestas y simplemente relajarse.

Sin embargo, la sensación de la red neuronal persistía en su mente. A medida que se cargaba, comenzó a explorarla más a fondo, tratando de entender cómo funcionaba y cómo podría utilizarla para mejorar sus habilidades y conocimientos. Sentía como si hubiera un mundo de posibilidades por descubrir dentro de él, y estaba emocionado por la idea de explorarlo más a fondo.

Finalmente, su carga se completó y RTX-46 abrió los ojos. Se levantó y se sacudió un poco, asegurándose de que todos sus sistemas estuvieran funcionando correctamente. Miró hacia el horizonte, donde el sol había desaparecido por completo, y se preguntó qué nuevos desafíos lo esperaban en el mundo oscuro y peligroso que lo rodeaba. Pero por ahora, se sentía en paz y listo para seguir adelante.