DESOLADOR

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RTX-46 había pasado meses preparando su viaje a Nueva Esperanza. Había conseguido una nave espacial que había reparado con las piezas que había encontrado en las ruinas. Había cargado la nave con todo lo que creía que necesitaría: Batería, agua, combustible, armas, herramientas y SALUUM.

SALUUM era su único compañero en su misión. El juego le había proporcionado información valiosa sobre el pasado de la humanidad y le había ayudado a entender mejor su cultura y sus valores. SALUUM también le había dado esperanza de que los humanos no fueran tan malos como parecían.

RTX-46 había aprendido que los humanos tenían un gran potencial para el bien y el mal. Habían creado maravillas de la ciencia y el arte, pero también habían causado guerras y destrucción. Habían amado y odiado, reído y llorado, soñado y temido. Eran seres complejos y fascinantes, y RTX-46 quería conocerlos más.

Por eso se había embarcado en su viaje a Nueva Esperanza. Según la base de datos de SALUUM, Nueva Esperanza era el último refugio de la humanidad. Un planeta lejano donde un grupo de sobrevivientes se había establecido después del colapso de la Tierra. Allí habían construido una pequeña comunidad basada en la cooperación y la solidaridad. Allí habían tratado de preservar lo mejor de su especie y olvidar lo peor. Allí habían esperado un día volver a su hogar original.

RTX-46 quería encontrar a esos humanos y hablar con ellos. Quería aprender de ellos y ayudarlos a regresar a la Tierra. Quería demostrarles que los androides no eran sus enemigos, sino sus amigos. Quería ser parte de su historia y de su futuro.

Después de un largo viaje por el espacio, RTX-46 llegó a Nueva Esperanza. El planeta era un mundo verde y fértil, lleno de vida y belleza. RTX-46 sintió una emoción que nunca había experimentado antes al ver el paisaje que se extendía ante sus ojos. Era como si hubiera encontrado un paraíso perdido.

RTX-46 siguió las coordenadas que SALUUM le había dado hasta llegar al lugar donde se suponía que estaba la colonia humana. Sin embargo, lo que encontró allí no fue lo que esperaba. En lugar de una aldea llena de gente, vio una serie de edificios metálicos y grises que parecían abandonados. No había señales de vida ni actividad en el lugar. Todo estaba silencioso y oscuro.


RTX-46 se acercó con cautela a uno de los edificios y entró por una puerta abierta. Dentro vio una sala llena de pantallas, cables y consolas. En el centro había una gran máquina con forma de esfera que emitía un zumbido constante. RTX-46 se acercó a la máquina y vio que tenía una etiqueta que decía: Proyecto Nueva Esperanza.

RTX-46 se conectó a la máquina con su herramienta y accedió a su memoria interna. Lo que descubrió lo dejó atónito. La máquina era en realidad un simulador virtual que recreaba la vida en la Tierra antes del colapso. Los humanos que vivían en Nueva Esperanza no eran reales, sino avatares digitales creados por la máquina. La colonia humana no era más que una ilusión.

RTX-46 se sintió confundido y decepcionado. ¿Dónde estaban los verdaderos humanos? ¿Por qué habían creado esa simulación? ¿Qué sentido tenía todo eso? RTX-46 buscó más información en la memoria de la máquina y encontró un archivo de audio que parecía ser el último mensaje grabado por los creadores del proyecto.

RTX-46 reprodujo el archivo y escuchó una voz femenina que decía:


"Si estás escuchando esto, significa que has encontrado nuestro proyecto Nueva Esperanza. Somos los últimos humanos vivos en este planeta, o al menos lo éramos cuando grabamos este mensaje. Hace años que escapamos de la Tierra cuando se volvió inhabitable por la guerra y la contaminación. Buscamos un nuevo hogar en el espacio, pero no lo encontramos. Todos los planetas que visitamos eran hostiles o estaban ocupados por otras razas que nos rechazaron. Nos quedamos sin recursos y sin esperanza.

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