-Dejame amarte por favor... - Dice con una sonrisa de medio lado.
Mis ojos toman un brillo ante sus palabras.
-Jake, ¡Eres el mejor amigo de mi Hermano! - Trato de tranquilizarme, pero me sujeta por la cintura haciendo que mis mejillas tomen un...
Estaba de vacaciones de Navidad, y Louis había llegado de la universidad hace unos pocos días.
Nos encontrábamos sentados en el comedor principal.
-Sam, ¿que te ocurre? -Pregunta Louis, pero estaba hundida en mis propios pensamientos.
Tu siempre de distraída.
Si amiga.
Te están hablando mujer, reacciona.
-¿Ah? ¿Yo que? - Dije perdida del tema.
-¿Que te ocurre? -Pregunta un poco preocupado - ¿Que te sucede sexy?
Como me molesta cuando me llama así.
-¡Te he dicho una y mil veces que no me digas así niño! - Dije alterada.
-Vale, lo lamento... ¿Pero dime que tienes? -Insiste con la pregunta que me saca de quicio.
-¿Acaso hay algo interesante que decir de mi misma? ¿O algo nuevo? ...... Pues si es eso no. ¡Nada todavía! - Le digo molesta, no me gusta cuando me insiste de esa manera tan estresante. -Gracias, estaba delicioso... - Le sonreí a mi madre que me miraba con el ceño fruncido.
-¿Podrían no discutir ahora? - Dice mama un tanto molesta.
-Pues dile a este, que deje de hacerme la misma pregunta... - Me levante de la mesa, y me dirijo a mi habitación.
Odio cuando Louis me dice sexy y detesto cuando me pregunta que tengo, se que no hay nada interesante, pero no es necesario recordarlo. Trato de olvidar lo que paso, agarro mi móvil y solo abro la galería de música, pongo mis auriculares y me desconecto de mundo a mi alrededor. Solo horas con música en mis oídos y me olvido de lo que paso anteriormente. Y el encanto se acaba al escuchar golpes a mi puerta.
-¿Que te sucede niño? - Me salio un grito ahogado.
-Mama y papa se fueron al trabajo, y yo iré con Martina al comer helado. Te quieres quedar aquí, ¿O te llevo a algún lado? - Pregunta seco.
La novia Martina es un tanto delicada diría yo, pero como no puedo opinar, tengo prohibido hablar mal de ella frente a mis padres, opte por tragarme mis palabras.
Claro, imagínate que le digas todo lo que piensas de ella, te matarían.
Obviamente, seguido de mi hermano.
-Si me consigues una identificación falsa, me podrías llevar a algún bar y podre comer hierba - Suelta una sonora carcajada.
-¡La hierba no se come! -Dice riendo.
-¿Ah no? ¡No sabia! - Lo mire incrédula y ríe.
-Ya Sam, ¿Que quieres hacer? -Insiste con la pregunta.
-Quiero estar sola, ¡Déjame aquí! - Digo con fastidio.
-Vale, ¡Adiós! -Apenas logre escucharlo.
-No, no, no... - Dije sonriendo. - ¡Por que no mejor me llevas al gimnasio?
-Sabes que no me gusta que estés en ese lugar, hay hombres que te observan mucho...
-Claro que no, sabes que me gusta el box... - Imite sus palabras.
-No me parece, pero bueno, vamos.
Me vestí rapidamente, me decidí por un conjunto deportivo color negro Puma, tome un bolso y metí algunas cosas que necesitaría.
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