C I N Q U A N T A T R E

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Donato lo miraba de forma penetrante, y es que, al parecer fueron muy ruidosos.

Alessandro se sonrojó mientras se metía una fresa a la boca.

Beca rio. —Deja de mirarlo así, está avergonzado, no deberías de estarlo exhibiendo más.

Donato bufo.—Aún recuerdo cuando me pregunto que era la masturbación, ¿seguro que necesitabas esa información?

Alessandro se atraganto y tosió.

Beca rompió en carcajadas, saco su brazo y le dio un suave golpe en la espalda a Alessandro ayudándolo a dejar de toser.

—Dios, Donato, ahora mismo no es hora de hablar de ello. Creo que ya molestaron a la mitad de Italia con semejantes gritos, no necesitamos incomodarlos mas.—Termino Beca dejando ir a Alessandro.

Alessandro miro más allá de ellos, fijándose al camino hacia los camarotes. Había rato que Gianna se había ido para llamar a su padres, sin embargo había ya tardado demasiado en aquello tarea. Empezaba a preocuparse.

—¿Como son loa padres de Gianna?—Se escucho preguntar tomando un pequeño trozo de pan con mantequilla, acababa de probarlo y se sentía muy feliz de poner al pan con mantequilla en primer lugar junto con su amado helado.

Beca suspiro. —Su madre es complicada, sin duda cambio demasiado después de la muerte de su esposo, pero su padrastro..., da miedo.

Alex frunció el ceño.—¿Su padrastro es alguien malo?

La muchacha negó.—No malo, solo desaparece todo el tiempo y deja un extenso mar de guardaespaldas para Gianna y su madre, de no ser por qué mis padres son iguales, pensaría que están en negocios raros. No es muy normal que la gente desaparezca de un día para otro y regrese normalmente.

Alessandro pensó un momento en ello, debía ser extraño estar todo el tiempo vigilado. Pero la verdad es que él mejor que nadie lo sabía. ¿Que no había sido él encerrado y vigilado por años sin siquiera poder salir?

Odiaba la idea de que Gianna estuviera pasando por algo semejante. Y había pasando en sus ojos.

Todas aquellas veces que iba al confesionario y se tenía que esconder, ¿era por su padre? ¿O aquello era solo por su prometido?

Donato se aclaró la garganta.

—A decir verdad los trabajos son algo asfixiante, viniendo de una familia adinerada, tendrían sus razones para ello. Mi pregunta es, ¿por qué estamos regresando a Sicilia después de que nos arrastraras a la mitad del mar?

Beca sonrió.—Como les había dicho, me escapé de una aburrida fiesta de beneficencia que tenía que ir con mis padres, sin embargo descubrieron que estaba en Sicilia y no en Paris como había mentido; así que me están haciendo ir a la misma fiesta pero en Sicilia.

Donato alzó las cejas con impresión.—Una fiesta de gente rica, será muy emocionante. ¿Ya tienes atuendo?

Beca volvió a carcajear.

—Oh no amigo, aquí no solo iré yo, iremos todos. Les dije a mis padres que estaba de viaje con los únicos amigos que me permito tener desde que viajo por todo el mundo, así que la pregunta no es si tengo atuendo es: ¿que se pondrán ustedes?

Donato que en ese instante estaba tomando un sorbo de té, escupió todo el líquido ante las palabras de la muchacha.

—Me niego rotundamente a ir a una fiesta ricos.—Rechazo de forma inmediata.

—¿Por qué?, será divertido. Además es una muy cliché fiesta con temática de disfraces. Será muy divertido ya que sería la primera fiesta de Alessandro, no lo pienses como algo para ti, piensa en una de las primeras mejores experiencias de tu amigo.

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