CAPÍTULO 35

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Ayer llegamos de el viaje, como estaba muy cansada, dijo Evan que mejor iríamos hoy a la cita, me quedé a dormir con él, pero hoy después de la cita me llevará a mi casa, es la primer noche que dormiré sola y no me acariciará la barriga, vamos en el auto directamente a el hospital, Evan se encargó de buscar a la mejor especialista en obstetricia y aquí estamos, miré la ventana, iba en silencio.

–¿Por qué tan callada mi cielo?

–Te vamos a extrañar mucho.

–Y yo a ustedes mi amor, pero no te preocupes, pronto estaremos juntos.

–Lo sé.

Recargué mi cabeza en el asiento y Evan siguió conduciendo, unos minutos después llegamos a él hospital, Evan bajó de el auto y me ayudó a bajar, entramos al área de obstetricia y apenas llegamos, nos mandaron llamar, estábamos muy emocionados, la primera ecografía, leí que sería transvaginal porque es muy pronto para distinguir al bebé.

–Señor y señora Hoult – sentí mis mejillas arder, Evan seguía diciendo que era su esposa, me sonrió. – tengo entendido que es su primer embarazo y también la primera ecografía.

–Así es, vinimos para saber el estado de el bebé y por supuesto el de mi esposa. – dijo Evan y tomó mi mano.

–Muy bien, primero comenzaremos con una revisión rutinaria.

Me pesó y me revisó para saber como estaba, después me dijo que me pusiera una bata que estaba en el baño para practicar la ecografía, cuando estuve lista, Evan me ayudó a subir a la camilla y me puse en una posición un poco incómoda, una que solo usaba cuando estaba con Evan, pero todo sea por el bien de mi bebé, la obstetra introdujo el transductor a mi vagina y apreté la mano de Evan, me sonrió, estaba un poco incómodo, se notaba, la obstetra movió el transductor dentro de mí, miramos la pantalla, estuvo en silencio por varios segundos.

–¿Está todo bien? – preguntó Evan.

–Efectivamente, está embarazada, no podía encontrar a su pequeño porque se esconde muy bien.

–Entonces ¿está bien?

–Así es, tiene cuatro semanas de embarazo y todo se ve muy bien, lo único es que debe alimentarse bien, está un poco baja de peso, le daré una dieta, algunas vitaminas y ácido fólico por supuesto.

–Yo me encargaré de todo eso. – dijo Evan – ¿Podemos tener una foto de nuestro bebé?

–Claro, ahora se la imprimo.

La obstetra la imprimió y sacó el transductor de mi vagina, Evan me ayudó a ponerme de pie y fui a vestirme, cuando salí, Evan me recorrió la silla para que me sentara, se quedó de pie detrás de mí y puso sus manos en mis hombros.

–Todo va muy bien con el embarazo, al ser el primer embarazo es necesario que tenga más cuidado, tiene que tratar de estar tranquila, no esforzarse mucho, cuidar su alimentación, dormir bien. Su cuerpo va a tener muchos cambios, puede que alrededor de las cinco semanas se sienta hinchada, los malestares matutinos, dolor de senos, cambios hormonales, fatiga, puede que vaya al baño seguido también puede que tenga cólicos, pero no tan severos, gases, poco a poco su cuerpo se irá adaptando para el crecimiento de su bebé.

Nos dio más consejos y cuando terminamos la cita salimos de el hospital, fuimos directamente al auto, antes de subir, me tomó de la mano suavemente y me jaló a él, choqué con su pecho y sonreí, puso sus manos en mi cintura.

–Te amo linda.

–Yo te amo muchísimo más.

–Gracias por hacerme tan feliz y por darme la oportunidad de ser papá. – acarició mi vientre suavemente.

–Gracias a ti por estar con nosotros.

–Estaré con ustedes en cada paso, trataré de ser el mejor papá para nuestros hijos y el mejor hombre para ti.

–Para mí, ya eres el mejor hombre y estoy segura de que serás el mejor papá, de eso no tengas duda. – lo besé suavemente y cuando interrumpimos el beso nos quedamos abrazados, Evan besó mi frente.

–¿Estás segura de que no quieres irte conmigo ya?

–Estoy segura cariño, hay que hacer las cosas como estaban planeadas.

–Está bien, los voy a extrañar mucho.

–Y nosotros a ti.

–Vamos porque tenemos que comprar todo lo que necesitas, tus vitaminas y el ácido fólico, te los tienes que tomar todas las mañanas mi amor, antes de el desayuno.

–Sí cariño, no te preocupes, me cuidaré muy bien.

–Es que me preocupo cariño, no quiero que les pase nada malo.

–Estaremos bien cielo, debes aprender a relajarte. – acaricié su mejilla y sonrió, me abrió la puerta de el auto y me ayudó a subir, después lo rodeó y subió al asiento de el conductor, encendió el auto y se acercó a mí, levantó mi camisa y acarició mi vientre suavemente, sonreí y puse mi mano sobre la suya, comenzó a conducir a la farmacia y se bajó a comprar todo mientras yo me quedaba en el auto a esperarlo, estaba cansada, el viaje de ayer me agotó mucho, estaba comenzando a quedarme dormida cuando Evan entró al auto.

–¿Tienes sueño mi amor? – Me preguntó.

–Un poco, estoy agotada.

–Tienes que descansar.

–Cuando llegue a casa dormiré un rato.

–Está bien, ya compré todo lo que necesitas, ¿se te antoja algo?

–No gracias, quiero ir a descansar.

–Está bien.

Encendió el auto y comenzó a conducir a mi casa, quería ir a descansar, pero al mismo tiempo no quería llegar, porque Evan se iba a ir, unos minutos después llegamos, Evan se bajó de el auto y abrió mi puerta, me ayudó a bajar, después bajó mi maleta, me dio las vitaminas y las guardé en mi bolsa, Evan me abrazó y me besó suavemente, le sonreí.

–Le daría un beso a bebé, pero casi puedo apostar que tu papá nos está viendo.

–Lo sé. – Evan besó su mano y la llevó a mi vientre, le sonreí. – Te extrañaremos.

–Yo los extrañaré más, una semana durmiendo contigo me fue suficiente para haberme acostumbrado a tenerte todas las noches.

–Te amo Evan.

–Yo te amo más. – me besó y me pegó a su cuerpo, sonreímos – No te olvides de todo lo que dijo la obstetra, y tomar tus vitaminas.

–Sí mi amor.

–Cualquier cosa quiero que me hables y si se te antoja algo, llámame, no importa la hora que sea, tendré el celular cerca.

–Tranquilo mi amor, no es como si estuviéramos en países separados.

–Así se siente. – reí – te acompaño para que no cargues la maleta.

–Está bien.

Evan tomó mi maleta y me acompañó a la casa, entramos, Andrew estaba en la sala y nos saludó.

–No creo que sea adecuado que te acompañe hasta tu habitación. – dijo Evan.

–No te preocupes Evan, yo le ayudo a cargar la maleta. – dijo Andrew.

–Muchas gracias. – dijo.

–No hay de que. – Andrew tomó mi maleta y la subió, Evan me besó una vez más y sonreí, se veía tan tierno preocupado por mí y por nuestro hijo, quería comérmelo a besos.

–Ya me voy. – dijo.

–Te amo, ve con mucho cuidado.

–Tranquila, estaré bien, cuídate mucho mi amor.

–Sí cariño, estaremos bien. – me besó y se iba a ir pero lo detuve. – cariño. – me miró y se acercó a mí nuevamente.

–¿Qué pasa amor?

–¿Nos llamaras para darnos las buenas noches?

–Claro que sí mi amor.

–¿Y los buenos días?

–También y te visitaré en el trabajo. Si te sientes mal quiero que me avises – asentí – no te esfuerces tanto y si no te sientes bien, no hagas nada.

–Sí mi amor.

–Ahora sí ya me voy.

–Está bien, te amo.

–Yo más.

Me dio un beso suave y salió de la casa, subí a la habitación, estaba cansada, necesitaba tomar una siesta, entré a mi habitación y estaba mi hermano sentado en la cama.

–¿Me estabas esperando? – pregunté

–Sí.

–¿Por qué?

–Quería saber como te has sentido.

–Estoy bien, gracias, solo un poco cansada, pero es todo, hoy fuimos a revisión.

–¿Y qué te dijeron?

–Que está todo bien, solo estoy un poco baja de peso, pero todo bien.

–Me alegro mucho de que todo este bien ¿cuánto tiempo tienes?

–Cuatro semanas.

–Vaya, se lo tenían bien escondido.

–Apenas nos enteramos, el día que llegamos a la playa.

–¿Y cuándo le dirán a papá y mamá?

–Esperaremos esta semana, Evan y yo estuvimos de acuerdo en esperar una semana.

–Bueno, si necesitan ayuda, no dudes en pedírmela.

–Gracias hermanito.

–Por nada, voy a tener un sobrino. – acarició mi vientre.

–Así es, su papá y yo estamos más que felices.

–Se les nota, Evan no sabía si irse o quedarse.

–Está nervioso. – bostecé.

–Yo también lo estaría, solo a un valiente se le ocurre embarazar a la hija de Logan Adams.

–Shhh, te escucharán. – se rió.

–Me voy para dejarte descansar.

–Gracias.

Andrew besó mi frente y salió de la habitación, fui a mi armario y me puse una pijama, me acerqué a la cama y me acosté, miré mi celular, tenía un mensaje de Evan, ya había llegado, le contesté y me cubrí con la cobija, comencé a acariciar mi vientre y me fui quedando dormida lentamente, más tarde desperté y ayudé a mamá con la comida, comimos todos juntos y cuando terminamos pase un rato con ellos, cuando me dio sueño me fui a la habitación, estaba lista para dormir, me acosté en la cama y tocaron mi puerta.

–Adelante. – entró mamá.

–¿Ya te vas a dormir mi amor?

–Sí mami, sigo un poco agotada de el viaje.

Mamá se acercó y se sentó a mi lado, sonrió y me besó la frente, le sonreí.

–¿Puedo hacerte una pregunta pequeña?

–La que quieras mami.

–He notado estos últimos días que has estado más cansada de lo normal, el día que llegamos a la playa te sentiste mal.

–Estoy bien mami, tranquila.

–¿Estás embarazada Alisa? – abrí los ojos como plato, ¿tan fácil es descubrirme? Miré a otro lado apenada y asentí. – ¡Felicidades mi amor! – exclamó susurrando y me abrazó, sonreí y la abracé. – Es lo mejor que te puede pasar cariño, ser madre es el mejor regalo de la vida.

Evan cuida a Alisa demasiadooooo, no quiere que nada malo les pase, pero aquí la abuelita ya se enteró de que viene un pequeño en camino, ahhh!!!

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora