CAPÍTULO 45

7.5K 463 12
                                    

Es mi último día de trabajo, tengo cinco semanas y media de embarazo, me paro en el espejo y no se me nota nada, ya quiero que se comience a notar el bebé, estaba viéndome en el espejo como todas las mañanas, saqué un poco la barriga, pero después me puse en al posición normal, Evan se rió y me giré a la puerta de la habitación, estaba recargado, traía una camisa blanca y estaba terminando de abotonarla.

–¿Cuánto tiempo llevas mirándome?

–Lo suficiente para ver los gestos raros cuando te desesperas.

–Yo no hago gestos raros.

–Es verdad cariño, tú no haces gestos raros.

–Pero sí hago.

–¿Haces o no haces?

–Sí hago. – le saqué la lengua y sonrió, me acerqué a él y lo ayudé a abotonar su camisa, me sonrió y besó mis labios suavemente.

–Te amo.

–Yo te amo más.

–¿Estás lista para tu último día?

–Estoy lista, iré a preparar el desayuno.

–Yo puedo prepararlo si quieres cariño.

–No te preocupes, me encargo yo.

Fui al baño a hacer mis necesidades y después salí a la habitación para ir a la cocina, Evan se paro en la puerta de la habitación, con mis vitaminas y un vaso de agua, le sonreí, todas las mañanas se encargaba de que me las tomara.

–Esto es para usted señorita.

–Que amable señor. – deposité un beso suave en sus labios. – Gracias. – tomé mis vitaminas y Evan sonrió, lo abracé y enterré mi cabeza en su pecho.

–¿Qué pasa mi amor?

–Nada, solo quiero un abrazo.

–Te doy mil abrazos cariño. – me abrazó y me reí.

–Te falta algo.

–¿Qué?

–El perfume. – se rió.

–Ahorita me pongo perfume señorita.

–Está bien, iré a preparar el desayuno.
Besó mi frente y fui a la cocina, preparé el café de Evan, yo hice un licuado de frutas para mí, hice huevo con hot cakes y tocino, cuando estaba sirviendo, entró Evan a la cocina.

–Huele delicioso.

–Gracias.

Llevé los platos a la barra, le di el café a Evan y tomé mi licuado, nos sentamos a desayunar.

–¿Sabes algo? – dijo Evan.

–¿Qué?

–Amo el café que me preparas.

–¿Te gusta?

–Me encanta. – le sonreí.

Continuamos desayunando, cuando iba a probar el tocino, me dio asco, hice una arcada, iba a continuar desayunando pero no pude soportar el olor de el tocino, cubrí mi boca con mi mano y me levanté rápidamente al baño, entré y comencé a vomitar en la taza, Evan corrió detrás de mí y tomó mi cabello con su mano mientras la otra frotaba mi espalda circularmente, cuando terminé de vomitar le bajé al baño y bajé la tapadera, me senté sobre él baño.

–¿Estás bien mi amor?

–Estoy bien, no te preocupes.

–¿Qué ocurrió?

–El tocino.

–Tienes que desayunar cariño.

–Tengo el estómago revuelto.

–¿Qué harás? No puedes andar con el estómago vacío cariño.

–Apenas me sienta mejor, comeré algo.

–Pero mi cielo.

–Tranquilo cariño – acaricié su mejilla – Estaremos bien.

–Está bien. – besó mi frente y me ayudó a ponerme de pie, me enjuague la boca y salimos de el baño, fuimos a la cocina y el olor de el tocino inundó nuevamente mis fosas nasales y me dio asco.

–Lo siento cariño, pero no podré acompañarte a desayunar.

–No te preocupes mi amor, si quieres descansa un rato. – acarició mi mejilla.

–Te esperare en la sala.

–Está bien cariño. – me besó suavemente y fui a la sala, me senté en el sillón a esperar a Evan, unos minutos después salió de la cocina, tomamos nuestras cosas y salimos de el apartamento, nos iríamos juntos, Evan entrelazó nuestras manos y caminamos al elevador, cuando las puertas se abrieron salimos al estacionamiento y nos dirigimos a la camioneta, Evan abrió la puerta para mí y me ayudó a subir, después la rodeó y se subió a él asiento de el conductor. – Pasaré por ti a la hora de la salida. – dijo.

–Tendré todo listo.

–Espérame en tu oficina para ayudarte a cargar todo lo necesario.

–Solo es una pequeña caja mi amor.

–Aún así, debes cuidarte muy bien, cualquier cosa quiero que me llames.

–Respira cariño. – me reí de su histeria.

–Estoy tranquilo.

–Se nota.

Llegamos a la empresa de mi padre y Evan se bajó para ayudarme a bajar, me acerqué a él y puso sus manos en mi cintura, me besó suavemente.

–Te amo Alisa.

–Yo te amo más.

–Suerte en tu último día mi amor.

–Gracias. – se inclinó a mi vientre y depositó un beso suave en el.

–Suerte pequeñín, no hagas que mami se sienta mal ¿Okay? – le sonreí, Evan se puso de pie y me besó nuevamente, acarició mi mejilla – ¿Estás segura de que te sientes bien? ¿No quieres ir a casa?

–Estoy bien cariño, trata de calmarte.

–Es que me preocupan.

–Si me siento mal, prometo llamarte.

–Pero lo prometes.

–Sí, lo prometo.

–Está bien, te amo, cuídate mucho cariño.

–Yo también te amo, vete con cuidado.

–Sí mi amor.

Me dio un beso y entré a la empresa, fui directamente a mi oficina, comencé a preparar todo para entregar a mi papá un último reporte para el siguiente gerente. Estaba a la mitad de mi trabajo cuando tocaron mi puerta.

–Adelante. – miré a la puerta y entró papá, no había hablado con él desde que le dimos la noticia.

–Hija, ¿podemos hablar?

–Solo no quiero pelear.

–No, no, lo prometo.

–Está bien.

–Sé que te lastimé con mi reacción y con todo lo que te dije, lo lamento muchísimo, también quiero decirte que me alegro mucho de que hayas decidido luchar por tu sueño, desde hace tiempo esperaba ver el día que lo hicieras.

–Espera ¿tú lo sabías?

–Leí varios ensayos, pero había uno en especial “Las llaves a otros mundos” – le sonreí, era un ensayo que había escrito sobre libros, sobre leer y sobre escritura.

–¿Por qué nunca dijiste nada?

–Porque era tu decisión, no la mía, pero ahora sé que Evan te dio la fuerza para luchar por tu sueño. – sonreí, Evan me ayudó a comprender que no tiene de malo ser escritora si es lo que me gusta. – también vengo a decirte que lamento mucho mi reacción por tu embarazo, no me lo esperaba, nunca creí que fueras a decirme que estás embarazada, sabía que estabas con Evan, pero no que fueran tan en serio, si ustedes lo decidieron porque saben que es lo mejor para ustedes, no me queda más que apoyarlos y alegrarme por ustedes y su felicidad. – le sonreí y me puse de pie. – Felicidades por tu bebé pequeña – me abrazó y correspondí a su abrazo.

–Gracias papi

–Lamento todo lo que te dije.

–No te preocupes papá, sé que tenias que procesar la información.

–Te aseguro que tu bebé será un pequeñito muy querido por todos, tu madre está más que feliz, dice que hace tanto no carga un bebé y ya cargará de nuevo uno, a su nieto. – reí.

–Se emocionó mamá.

–Y Andrew, dice que será el tío favorito.

–Ahora habrá guerra entre tíos.

–¿Por qué?

–Porque estoy segura de que la hermana de Evan dirá lo mismo. – me reí y papá se rió.

–Traje algo para mi nieto. – le sonreí.

–No tenías que molestarte papá.

–Quiero hacerlo, es mi primer nieto, el primer hijo de mi princesa. – le sonreí, me extendió un regalo envuelto.

–Gracias papá. – lo abracé.

–Ábrelo.

Fuimos a la sala y me senté a abrirlo, era un osito de peluche, era hermoso.

–Es precioso papá, gracias. – sin poder evitarlo comencé a llorar.

–No llores pequeña, no quería hacerte llorar.

–No papi, es que me emocioné, son las hormonas que me hacen llorar por todo. – sonrió.

–Tu mamá era igual ¿Cómo te has sentido?

–Solo son las náuseas que no me dejan en paz, pero no importa, vale la pena.

–Y las hormonas tal parece.

–Esas también.

–¿Y cómo va el bebé?

–Va muy bien, ya tengo cinco semanas y media de embarazo. – sonrió.

–Nunca creí que estuviera tan cerca este momento.

–Yo tampoco, pero es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

–Me alegro mucho pequeña.

–Este osito es el primer peluche de el bebé.

–¿En serio? – preguntó.

–Sí, el bebé sabrá que suavemente abuelito le dio su primer peluche.

–¿Y Evan te cuida bien? Porque si no lo hace, puedes regresar a casa y nosotros nos encargamos de ti y de el bebé.

–Papá.

–Valía la pena intentarlo.

–Me cuida más que bien, a veces creo que exagera.

–No hay exageraciones cuando debe cuidarte.

–Creí que apoyarías a tu hija.

–Por primera vez estoy de acuerdo con Evan. – me reí.

–¿Mi papá está de acuerdo con mi novio?

–Aunque te sea imposible creerlo. – escuché que tocaron a mi puerta, me levanté para abrirla, era mi secretaria, tenia una bolsa de papel y un ramo de rosas.

–Esto es suyo señorita.

AHHHHHHHHHHH ABUELITO VA A SER CONSENTIDOR CON SU PRIMER NIETO!!!!!

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora