Prologo: Cambios.

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Cambios, cambiar, palabras que no dejaban de resonar en mi mente. Sin embargo, no todos los cambios son malos. Trataba de reconfortarme repitiéndome estas palabras de aliento.

Mi mente no procesaba el hecho de dejar atrás 15 años de mi vida, en los cuales viví felizmente en California, y 5 años en Canadá, un infierno helado.

Pensándolo bien, fue una serie de eventos lo que desencadenó este trágico futuro. Bueno, si lo veo de esta forma, suena un poco dramático. Al fin y al cabo, no estoy del todo sola; gracias a Dios, mi tía nunca me abandonó. Ella se quedó conmigo hasta el final. De igual forma, yo también voy a seguirla hasta el final.

Se las ingenió para llevarnos del país sin el permiso de mis padres cuando era más joven, con la edad de 15 años. Viajamos a Canadá y nos establecimos en la ciudad de Toronto. Ahí, mi tía se casó con un hombre horrible, una de las personas más repulsivas que he conocido.

Soportamos un infierno viviendo ahí: el constante abuso por el cual pasamos era de lo peor. Los insultos y golpes de él son cosas que jamás olvidaré. Cuando cumplí 18, planifiqué escapar de esa vida, un plan que postergué por un tiempo indefinido. Quería irme con ella, quería irme con mi tía de ese terrible lugar.

Pero ella no cedía. Tenía demasiado miedo de lo que ese hombre nos haría si nos escapábamos. Sin embargo, un día, a vísperas de mi cumpleaños número veinte, algo cambió en mi tía cuando este hombre casi la mató. Prácticamente la envió al hospital con varios huesos rotos. No soportaba el dolor de ver a la persona que más amaba pasar por tanta crueldad, y al mismo tiempo, ver a ese hombre comportarse correctamente frente a los demás mientras solo nosotras conocíamos su verdadera naturaleza, la naturaleza de un psicópata. Bien decía mi madre que el lobo se viste con piel de cordero.

Ella estaba postrada en la cama de un hospital inconsciente varios dias, y yo no podía hacer nada para cambiarlo. Estuve sentada a su lado sosteniendo su mano, rogándole que nos fuéramos, que dejáramos esta vida como lo habíamos hecho antes. Ella soltó un suspiro y al rato dijo "sí". Me cayeron un par de lágrimas de pura felicidad. Acaricié su pelo y me dirigí hacia afuera para informarle al médico del estado de mi tía. Todo era parte del plan, decía decirle al doctor que ella aún estaba en coma, acordamos eso para darnos más tiempo de planear las cosas.

De vez en cuando iba a la casa cuando este hombre trabajaba y limpiaba, cocinaba para no hacerlo enojar. En el tiempo transcurrido, iba haciendo las maletas básicamente. A la semana, el doctor le dio el alta. Llegamos en la tarde a la casa, tomamos nuestras cosas y los boletos, también tomamos el dinero de este hombre que tenía guardado. Cuando estábamos dispuestas a irnos, lo escuchamos, escuchamos el auto de este tipo estacionarse afuera de la casa. Escondimos todo, y mi tía se escondió en mi habitación.

Yo me dirigí a la cocina, escuché la puerta abrirse, escuché cómo se sentaba en el sillón y encendía la televisión, escuché cómo gritaba mi nombre, y yo acaté. Fui donde él y le pregunté qué necesitaba. Él avanzó y se puso frente a mí. Trague saliva y respire profundo, solo quería una cerveza, yo desapareci en la cocina y le traje un par. Para mi suerte se dio la vuelta y volvió a sentarse en ese repugnante sofá, pero mi suerte no duró mucho, apenas me dirigí a mi habitación para tratar de encontrar una forma de salir sin que el se diera cuenta. Pude escuchar como unos paso pesados se dirigían a mi habitación, un escalofrío me recorrió el cuerpo  cuando vi su figura atravesar el umbral de la puerta
"Que quieres" pregunte tratando de mantener la voz firme y el no tardó en responder. Con la voz más tétrica que he escuchado, me dijo "a ti". Me tomo por los hombros y me arrojo a la cama, intenté patearlo, pero no funcionó, me abofeteó, tomó mis dos muñecas y se dispuso a bajarme el pantalón. Sentía su aliento en mi cuello, apestaba a cerveza rancia y tabaco. Luego, mientras él desabrochaba mi pantalón, rogaba porque mi tía no hiciera nada, que no saliera del closet. Si este era el sacrificio que tendría que hacer para que nos pudiéramos ir, estaba dispuesta a hacerlo. Estaba hipervengilando, no podía mover ninguna parte de mi cuerpo y temblaba de terror y de un momento a otro. Solo sentí el peso de este hombre sobre mí. De inmediato lo quité de encima mío y vi a mi tía con el bate de béisbol de mi padre, autografiado por Frank Thomas. Recuerdo que era su posesión más valiosa. Cuando nos escapamos, decidí llevármelo. Ese bate que de niña me brindó tanta felicidad, ahora estaba cubierto de sangre.

Mi tía me sacó rápido del shock en el que estaba. Agarramos nuestras cosas y nos fuimos en el auto. Llegamos al aeropuerto, y por los parlantes escuchábamos que nuestro vuelo despegaría en unos minutos. Fue un milagro subir a ese avión a tiempo. Mi cerebro no procesaba que hace unos minutos casi fui violada. Yo solo quería descansar y olvidarme de todo. Mi cuerpo cayó dormido después de una semana agotadora y ni hablar de las últimas horas. Al poco rato, me despertó mi tía. Ya era hora de desembarcar. Bajamos del avión, y mi tía se había contactado con una amiga que vivía aquí en el Reino Unido. Ella nos prestó su auto para ir a nuestro nuevo hogar.


hasta aquí el prólogo, para empezar esto quería indagar un poco en el pasado de ella, ya que era para dar contexto alguna de su acciones, y para saber un poco más de ella, en todo caso no es tan relevante en la historia pero igual lo quería hacer,...

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hasta aquí el prólogo, para empezar esto quería indagar un poco en el pasado de ella, ya que era para dar contexto alguna de su acciones, y para saber un poco más de ella, en todo caso no es tan relevante en la historia pero igual lo quería hacer, se que también no está tan bien escrito, pero espero que si llegan a comentar solo críticas constructivas y con respeto^^.

eso es todo muchas gracias por leer <3

MyBOY. |Brahms Hellshire|Where stories live. Discover now