UN PAR DE DÍAS HABÍAN PASADO y ya habían dado de alta a Esmee. Había mejorado bastante y en unos días volvería a la escuela, en muletas. Ya que sus piernas habían sido las más afectadas.
Lydia la había ido a visitar varias veces para que no se sintiera tan sola. Además de poder hablar más el tema del Hale y de lo que tenía pensado hacer en un par de años. Era una decisión seria, pero respetaría cualquier camino que tomara.
—¿Esmee? —dijo Scott entrando a la habitación— ¿Qué querías hablar?
—Primero siéntate, ocupo que estés tranquilo.
Desde que el incidente de la bala la castaña pensaba si decirle la verdad a su hermano. Se carcomió la cabeza por semanas hasta que al final decidió que lo mejor sería decir la verdad tranquilamente, o a medias.
—¿Recuerdas las historias del abuelo?
—Amm, ¿sí?
—Bueno. Hubiera sido mejor si la abuela estuviera en el país... Mira, ¿recuerdas la de la Luna y los humanos?
—Sí —dijo nervioso.
Esa historia contaba, de una manera infantil, los orígenes del hombre lobo. Y al final de ella, el abuelo les decía que esos seres seguían existiendo, solo que estaban escondidos. Y ellos, siendo unos niños, le creían.
—Pero solo eran cuentos para niños —dijo Scott disimulando su nerviosismo.
—Sé que eres un hombre lobo, Scott —soltó por fin la chica.
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—Sea lo que sea que te haya dicho Stiles...
—No me lo dijo Stiles. Es que no eres nada discreto, hermanito. Rasgaduras en tu ropa sucia, tus guantes agujerados de las uñas, dejas más cabello que yo en el baño, no me visitaste cuando hubo luna llena, mágicamente ya no tienes asma y te convertiste en cocapitán de lacrosse. Y bueno, Derek me lo confirmó.
En todo lo que estuvo hablando Scott se fue frustrando, pero cuando mencionó a Derek su confusión se agrando.
—¿Desde cuándo hablas con Derek? —preguntó creyendo que desde que la lastimaron.
—Éramos... cercanos antes de ir a la casa Eichen.
—¿Ce-cercanos? ¿A qué te refieres a... cercanos? —susurró lo último como si fuera algo prohibido.
—Pues cercanos. Pero ese no es el punto. A lo que quiero llegar es que ya no me tienes que esconder cosas. Sé lo del alfa, sé que quieres matarlo para ver si te conviertes otra vez en humano. De ahora en adelante yo también te ayudaré.
