IV

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La dependencia emocional es un estado constante donde toda tu estabilidad emocional la tiene una persona o dos personas.
Puede parecer una tontería, pero una palabra mala o una mirada distinta de esa persona puede hacer que todo tu mundo se caiga en pedazos. Es sentir la necesidad de tenerte la aprobación de esa persona constantemente, el dar todo de ti y pensar que no es suficiente.
La dependencia emocional es quizás el peor sentimiento que puedes tener hacia una persona, incluso peor que el odio.
La ansiedad es mala, la depresión es horrible, una anorexia es lo peor que te puede pasar y una dependencia emocional es una bomba en tu corazón, pero si una persona se tiene que enfrentar a todo eso solo, encontramos una destrucción en su vida.
Y Heather estaba en ese punto de su vida donde estaba colgando de una fina cuerda y, si se movía demasiado, caería al fondo y nunca se volvería a levantar. Pero esta cuerda era tan fina que nadie podía notarla. Pobre Heather, no supo pedir ayuda. O quizás la pidió, pero nadie la escuchó. La noche era larga, Heather estaba en una fiesta junto con Michelle y nuevamente con el dúo de Jack y Mateo. Heather se sentía fuera de lugar, tenía una copa de agua y un chicle en la boca para engañar al hambre. Michelle llevaba varios trozos de comida, y se los comía con tantas ganas que daba ganas de unirse a ella. La diferencia entre ella y Heather era que Michelle nunca engordaba y se veía hermosa llevase lo que llevase, sin embargo Heather necesitaba horas y horas para sentirse aceptable con su cuerpo, porque nunca estaba totalmente a gusto con ella misma. Jack se acercó a ella y le tomó de la mano, solía hacer eso. Heather dejó la copa de agua en una mesa cercana, Jack sonrió y esa sonrisa le transmitió una paz interior que sirvió para que al menos unos minutos su mente estuviese estable.
Jack la giró sobre sí misma, la atrajo hacía él y enterró su cabeza en el hombro de Heather. Esta sentía su respiración y le causaba ternura.

-Es una bonita noche.- Le susurró Jack en el oído.

-Sí, una bastante hermosa.- Contestó ella.- Jack, ¿Alguna vez has sentido que algo está muy cerca de ti y al mismo tiempo demasiado lejos?

-Sí, algunas veces, ¿Por qué?-  Porque en ese momento ella sentía eso con él. 

-Pura curiosidad- Zanjó Heather. -Deberíamos ir con los demás. -Michelle y Mateo habían desaparecido de su vista y solo habían desconocido alrededor de ella y Jack.

-Yo estoy muy bien contigo aquí ,a solas ,en un lugar donde solo somos tu y yo. - Heather sentía el corazón acelerándose y un calor inundando su cuerpo. Solía sentir eso con Jack, pero esa vez era muy fuerte y, sin darse cuenta, su respiración se había vuelto más rápida y fuerte. Sus cuerpos estaban más cerca de lo recordado, pero aún así mantenían una distancia prudente. Jack al contrario tenía una respiración bastante relajada para la situación.

-¿Heather, te cuento un secreto? - Heather asintió, ya que no sentía la necesidad de habla. Jack se quedó en silencio como si estuviera pensando algo, pero antes de qué él dijese algo, la apartó de él y se quedaron unos instantes en silencio y separados por una distancia bastante amplia en comparación en como estaba antes. -Mejor olvídalo. - terminó por decir Jack.

Heather se sentía vacía y sabía que fuese lo que fuese lo que le iba a decir Jack era importante, pero era mejor así, sentenció mentalmente después de un tiempo. Heather vio como Jack se marchaba de su vista y poco a poco ella comenzó a sentir un vacío que sabía que sólo podía rellenar con comida, pero no quería dejarse llevar por impulsos y mucho menos si esos impulsos la llevaban a engordar. Se sentía mareada e intentó recordar cuál fue la última vez que comió. Había sido quizás hacía un día, en la cena. Se había tomado una ensalada y un bocadillo y, desde ese día, no había comido nada. Era lo mejor si quería verse normal, pensó mientras avanzaba hacia la habitación donde recordaba haber visto a Michelle entrar.

HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora