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/Bakugo/

Paso la toalla por mi cabello y luego la dejo colgada en mi cuello. Salgo al balcón de mi habitación y me siento en la orilla mirando el cielo oscuro, dejando que mis pensamientos vayan a la decisión que mi padre insiste que debo aceptar.

¿Cómo si hubiera otra opción?

Ni siquiera he dicho un comentario, pero eso parece molestarlo más. El hecho de que no muestre interés en esto, lo saca de quicio y aunque en un principio era divertido, ahora comienza a cansarme. Y mi mamá....

-Podrías decir algo, ¿no?

-¿Qué esperas que diga?-suelto serio-sabes que no me importa. Y de todas formas, él no espera mi opinión, nunca lo hizo.

-Katsuki...-dice alargando mi nombre con pena, algo que me molesta más.

-Es una orden, ¿o no?-cuestiono molesto por su tono-se debe cumplir y ya.

Niego molesto. Al menos, la distracción que he tenido de ese tema ha sido decente. Los ojos grises de la chica y su tono insolente casi me hace reir.

-¿Empece yo?

¿Qué clase de excusa de niños es esa?

Yo ni siquiera soltaba ese tipo de cosas cuando pequeño, no es que hubiera podido, pero de todas formas jamás cruzó mi cabeza.

Al menos si me ayuda en lo que dijo. Tenerla ahí esperando instrucciones para su mapa, me mantiene con media atención en el combate y otra intentando recordar bien el orden del castillo.

Siempre he sabido que conozco mi casa como a mi mismo, pero tener que explicarsela a otro mientras me llueven golpes, es más difícil de lo que esperaba.

Un par de golpes en la puerta me traen a la realidad.

*¿Qué?-suelto de forma seria.

*Príncipe tenemos algunos datos que nos pidió sobre la chica-me levanto y voy hasta la puerta rápido.

Lo sigo en silencio hasta los laboratorios, al entrar, todos guardan silencio y hacen una reverencia. En un rincón, veo la nave en la que Ariza llegó, y sobre el mesón que está a un lado, su espada.

*Bueno la nave no nos dice gran cosa-confiesa el hombre-son naves de viajes cortos y su dirección de origen fue en un lugar en el que no hay planetas.

*Eso quiere decir que expulsada de una nave-él asiente-¿se puede saber hacía dónde iba?

*Eso seguimos intentando-dice rápido y a modo de disculpa-la nave recibió muchos golpes y aún no podemos obtener toda su información.

*¿Qué hay de la espada?-digo poniéndome frente a ella.

*Estudiamos su composición, y la esencia de ella se asemeja mucho a la del satélite natural del planeta Idalia.

*¿Idalia?-suelto confundido-¿ese planeta no fue destruido hace años?

*Sí príncipe, Azael fue quien llevó a cabo la destrucción-frunzo el ceño.

*¿Informaron esto a mi padre?-él niega.

*Nos dijeron que está ocupado con su madre-dice rápido-pero se lo diré...

*No-digo serio-todavía no.

*Pero príncipe...-suelta con un tono asustado.

*Si se entera, yo me haré cargo-digo para tranquilizarlo-pero guarda ésta información por un tiempo. Si él no te llama, entonces tú no vayas a él, ¿entiendes?-asiente-¿ese satélite sigue ahí? ¿cuánto me tomaría llegar a él?

Princesa perdidaWhere stories live. Discover now