Capítulo 15

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@Malekivocada te dedico este capítulo narrado por tu amor. 

Federico.

Este fin de semana ha estado más aburrido de lo habitual, la casa es un lío porque la señora Aidana no está. 

A duras penas nos dan comida decente a mi hermano y a mi. Somos exigentes con lo que nos llevamos a la boca y nada nos satisface, sólo la mayor conoce nuestros gustos.

Alzo la cara y veo a Katherin con el cabello desparramado en la almohada, se quedó a dormir aprovechando mi embriaguez y rompió la primera regla de follamos y cada uno se va a una diferente. No somos pareja, debe tenerlo claro.

Me levanto y voy a la ducha, termino de bañarme y el móvil suena en el cuarto, de reojo apreció que la mujer se despierta y pretende responder mi teléfono privado, al que ella no tiene acceso y es eso lo que me emputa.

Que hago cosas que nadie le ha pedido.

Salgo con rapidez del cuarto de baño y le arrebató el aparato antes de que ella pudiera apreciar el nombre del interlocutor.

—Reporte.

No saludo, no lo necesito y el agente sabe que no ando con formalismos.

Señor, el presidente del partido es él abogado y ella se convirtió en consejera, hace parte de la mesa directiva.

—Entiendo, mañana a primera hora llévame el reporte a la oficina.

Sí señor.

Corto la comunicación inmediatamente.

—¿Quién te llama a esta hora?

—Que te importa.

—No seas grosero.

—No hagas preguntas que no te incumben— respondo cortante.

—Está bien, lo siento.

Ya me enojé y me calenté con la mención de cierta persona, la dureza surge de inmediato y solo quiero desahogarme con lo que tengo a la mano. No es lo que quiero, pero sirve para el propósito al final de cuentas.

—De rodillas.

—Pero...

—De rodillas ¡Ya!

Duda y le agarró con fuerza el cabello.

—De rodillas.

Le ayudo halando y causando dolor en el cuero cabelludo de la mujer, pero obedece y así es como quiero tenerla.

Estoy completamente desnudo y la mujer repara lo que tengo entre las piernas, está duro y lo mira con anhelo, se saborea y quiero que se lo meta ya a la boca. Llevo mis dedos a su mandíbula, hago presión obligándola a abrir  y me entierro de un solo empellón en su garganta.

Unos ojos amarrillos están rondando en mis pensamientos, unas piernas torneadas con piel marfileña y suave. Me imagino como su rebeldía haría que se vea mil veces más candente que la mujer que me chupa la polla, por el simple hecho de ser la mujer que quiero tener en mi cama, capricho tal vez, no lo niego. Pero, lo que quiero lo tengo, me vale un culo si tengo que obligarla o engañarla para conseguir mis propósitos.

La mujer que está de rodillas me intenta llevar el ritmo, mi fuerza y mis arremetidas la hacen atragantarse con su propia saliva. 

Deseo descargarme en la boca de esta mujer y me empeño en ello, no importa si la mujer disfruta o no, quiero mi liberación, necesito mi descarga.

Arremeto con más fuerza dando estocadas duras y rápidas en su garganta. Ella pone los ojos en blanco, intenta alejarme, pero me entierro más con los chorros que salen de mi miembro cuando logró la eyaculación.

Ministro +21Where stories live. Discover now