Capítulo 11.-

141 9 84
                                    

Dos días después

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dos días después...

—¿En serio tenemos que ir a ese lugar? —preguntó Daren por quinta vez, que Seph sintió un poco de desesperación al escucharlo.

—Joder... —Soltó negando con la cabeza.

—Eso mismo digo yo, joder —estuvo de acuerdo Daren, quién dirigió su vista al objeto extraño que tenía en la mano, era algo muy valioso para ellos que tenía entendido que no debía perderlo, sin embargo, empezó a jugar con él, lo lanzó un par de veces al aire y justo antes de que cayera, lo atrapó.

Aunque la última vez, apenas y pudo alcanzarlo.

Se trataba de una pequeña esfera, la cual brillaba de manera tenue, tenía un color no tan llamativo, como las estrellas. Era una clase de escudo, capaz de activarse al toque de la oscuridad.

No habían podido encontrar a Yue por la mañana así que, tuvieron que improvisar, por no decir que robaron.

Seph entró a la sala en la que la chica trabajaba, en la que tenía prohibido entrar, con la esperanza de encontrar a Yue ahí, pero lo único que pudo ver fueron pergaminos antiguos e investigaciones sobre las protecciones de Celesty.

Había uno en particular que lo hizo tardar más de lo debido y era de que hablaba sobre una princesa, una princesa de luna, lo que lo hizo fruncir el ceño.

Con pasos cautelosos avanzó, pasando las manos sobre las estanterías, curioso por lo que estuviera escondido en los libros viejos, los cuales parecían recuperados de la antigua biblioteca.

Las estanterías se extendían por la pared, dónde no había ni un lugar vacío.

Seph esperaba que nadie lo descubriera husmeando en ese lugar, tenía que confiar en su mejor amigo quién vigilaba.

Seph observó las esferas que se encontraban en el rincón, en uno de esos escritorios de madera, había un máximo de diez de ellas esparcidas por todo el lugar. Las reconocía porque cuando era un querubín llegó a usar una, así que sin dudarlo más tomó la más cercana y salió de ahí.

Un escudo mágico tenía entendido que era, el cual se usaba cuando la chica de la luna no estaba presente, una protección que si se llegase a romper se iba a esparcir la maldad o lo que sea que estuviera dentro de ella.

—Dame eso —Seph le quitó el escudo a Daren después de regañarlo. —Nos vas a dejar sin protección y entonces sí, estaremos jodidos —guardó la esfera en una de esas bolsas de cuero que solían llevar por sí necesitaban llevar algo. —Relájate, Daren —lo intentó tranquilizar, dándole un par de palmaditas en la espalda. —Ni siquiera hemos llegado y ya estás de mal humor.

Daren pasó una mano por su rostro.

No era por la misión por la que estaba así, sino que la noche en la que encontró a Irina pensó que todo saldría como lo había planeado, pero no fue así. No pudo ni siquiera dormir.

DarephWhere stories live. Discover now