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Fratilagnia

Título: Fratilagnia

Pareja: Hitto Kakucho x Hanagaki Takemichi

Advertencias: Incesto, Omegaverse, Underage, Infantilismo leve, Secuestro referenciado, Matrimonio arreglado, Soulmates, Mpreg, Lactancia leve, Breeding Kink, Ooc.

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“¿Cuándo entenderá este tonto que tengo por hermano?” Murmuró entre dientes con total fastidio en su tono siendo acompañado por el enojo, y no era para menos.

Tenía más de una semana sin poder descansar en las noches ante la constante actividad que llevaba acabo su compañero de departamento que no era nada más que su hermano universitario de 24 años, las veces anteriores eran provocadas por las fiestas que constantemente organizaba donde parecía gastar todo su dinero en alcohol de todo tipo e inclusive puede asegurar que en drogas y ahora se trataba de una fémina ruidosa teniendo sexo con él.

Sus delgadas manos blancas tomaron con fuerza uno de sus peluches de felpa más cercano y lo comenzaron a sacudir con mucha frustración mientras soltaba leves patadas al aire con desden mientras soltaba leves quejidos con ansiosa furia comprimida.

“Juro que si vuelvo a escuchar otro ruido proveniente de esa mujer chillona, yo mismo la corro importando muy poco si se encuentra desnuda” Tal y como dijo eso, ningún sonido había sido emitido de ninguna parte solo su agitada respiración se oía en la pequeña habitación de color celeste. Sus delgados labios rosas se curvearon en una sonrisa para después soltar un gran bostezo y así acurrucarse con el dichoso peluche de pingüino en su delgado pecho que era cubierto por la camisa de su pijama de Pororo.

Solo tres minutos habían pasado cuando nuevamente los gemidos o más bien alaridos de aquella mujer llegaron a sus sensibles oídos desarrollados y de un salto salió de la cama ignorando por completo el mareo que le dió al levantarse de golpe, aún con el muñeco en la mano salió de su habitación rumbo a la que pertenecía al único Alfa con el que convivía de manera diaria desde hace un poco más de un mes.

La duda no se encontraba en aquel momento sobre su ser y con irá estrelló sus nudillos en la madera de la puerta –que prontamente se habían coloreado de un rojo suave–.

“KAKUCHO KUROKAWA, DEJA DE COJERTE A LA MUJER QUE YO TAMBIEN VIVO EN ESTE LUGAR” Su cantarina voz dulce no se encontraba y ahora era reemplazada por una más ronca por la falta de descanso que se le era imposible calmar ante la desfachatez de los mencionados “YA VA UNA SEMANA, E INCLUSO PUEDO DECIR QUE MÁS DE ESOS DÍAS QUE NO HE PODIDO CONCILIAR EL SUEÑO”

La puerta fue abierta de golpe mostrando la imponente figura de su mayor que soltaba enormes cantidades de feromonas masculinas mejor conocida como testosterona al igual que el interesante aroma a sexo que le hacía recordar a los peces del acuario que recientemente había visitado. Al ser solo un adolescente de solo 17 años recién presentado, los olores le provocaron un pequeño revoltijo en su vientre bajo.

“Ella debe irse en este mismo instante. No me interesa que sean las dos de la mañana, no la quiero aquí” Sus pequeños colmillos blancos resplandeciendo en advertencia observando de pies a cabeza a su contrario que solo soltaba una risa que le pareció de lo más estúpida queriendo borrarla de un solo puñetazo.

“No estoy bromeando en ningún sentido, Kakucho. Quiero dormir y no me lo permiten. Te soporto las fiestas que llegas a realizar porque supongo que las haces para beneficio de tu vida social, pero no tolero escuchar gemidos de una zorra, si tantas ganas se cargan vayan a un hotel o a su propia casa pero aquí no la quiero ya que no respetan mi propia presencia... y por amor a Dios deja de acomodarte el maldito pene dentro de tu pantalón, eres realmente un sinvergüenza” Cruzó sus delgados brazos dejando en el medio el peluche haciendo una mueca de asco al ver el desinterés del otro.