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Falofilia

Título: Falofilia

Pareja: Shiba Hakkai x Hanagaki Takemichi

Advertencias: Underage, Mpreg –mención–, Breeding Kink, Pollas grandes, Boypussy, Adoración de pollas, Exhibicionismo –mención–.

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Si le llegarán a preguntar al joven doncel Takemichi Hanagaki que es lo que le gustaba de la fisionomía de un varón. Él sin pena o algún rastro de vergüenza e incluso con una suave sonrisa radiante, respondería que le gustan los miembros viriles de estos mismos y más cuando son especialmente grandes con una glande cual seta de un tono sonrosado, con venas exaltadas en tonos verdes y azules recorriendo todo el pedazo de carne caliente.

Descubrió su amor por las pollas grandes cuando por accidente se adentro a una tienda de juguetes para adultos por culpa de uno de sus mejores amigos, Makoto. Aún recuerda las paredes rosas que hacían juego con las luces del establecimiento junto con los adictivos aromas de fresa, chicle y uva de los lubricantes que se exhibían como muestrarios.

En aquel momento sus ojos se dejaban llevar como si fuera la misma Alicia en el país de las maravillas pero con la excepción que en aquel país gobernaban los Dildos al igual que Vibradores y no una Reina roja obsesionada con cortar cabezas.

Si una persona llegase a entrar en su dormitorio se llevaría la notable sorpresa de no encontrar algún objeto en forma de falo tirado en alguna parte, ya que estos se encontraban bajo llave en un pequeño armario cercano a su cama. Apreciaba a cada uno de sus amados juguetes —los cuales eran 5 en total, que variaban en colores y formas— pero el más apreciado era aquel que de largo media 20 cm con 5 cm de anchura, aquel que siempre le robaba suspiros, jadeos y gemidos, además de que le daba los mejores orgasmo.

A pesar de ya haber insertado más de una vez un falo de plástico en su dulce flor aún poseía lo que se le llamaba pureza, no porque le gusten los miembros grandes y gruesos quiere decir que dejaría que cualquier persona le robara su virginidad como si fuera nada y probará su dulce fertilidad. Pero con el pasar del tiempo encontró a un posible candidato al cual dejaría el paso libre para que mancillara como quisiera su menudo cuerpo.

Con 1.83¹ de altura, un físico delgado pero muy bien proporcionado ya sea por unas largas piernas siempre enfundadas por pantalones ajustados, brazos acentuados y una ancha espalda. Apartando todo aquello de su mente lo mejor que había encontrado en él, fue la deliciosa anchura del pene que poseía y que mejor que el largo prometiendo que aquellos 29 cm le darían la mejor follada de su vida.

No lo mal piensen, nunca ha visto esa polla en persona pero con su experiencia en consoladores podía reconocer claramente el tamaño ya que los pantalones ajustados no dejaban nada a la imaginación, siempre logrando remarcar toda la gorda silueta y pesada.

Moría por tener entre sus labios rosas aquel pedazo de carne, solo pensar en poder lamerlo y probar el burbujeante esperma cálidamente salado que saldría de el, hacían que su coño escurriera en fluidos muy dispuesto a aceptar todo lo que se le introdujera.

Tenía algo en mente muy claro, tendría aquél enorme miembro si o si, llenando todo su ajustado interior con su gruesa carnosidad, incluso llenando su útero de semen y en el mismo proceso dejándolo preñado de todos los niños que quisiese darle. Claro, si es que el alto quería aquello.

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Valió la pena esperar más de medio año para poder tener comiendo de su mano a aquel chico que ahora titulaba como su novio. Porque si, en un principio solo quería probar aquella enorme verga que colgaba de su entrepierna pero con el tiempo se dio cuenta que se encontraba enamorado de ambos.

Tal vez se preguntarán ¿Por qué ambos? Porque si, él amaba tanto a su tímido y vergonzoso Hakkai como a su gran amiguito desvergonzado.

La primera experiencia que tuvo con él y su pene. Fue una mamada, una mamada de lo más húmeda y deliciosa que pudo haber realizado antes, aún cuando era la primera que hacía a un pedazo de carne pulsante con venas cargadas de sangre caliente y no a un falo de plástico o cuero sintético.

La oportunidad se dio en bandeja de plata ya que todo había iniciado cuando su pareja lo había sentado en sus largas piernas para darle cariñitos al igual que mimos en su cabello, mientras en el proceso regaba besos en su largo cuello de cisne y él con inocencia —claramente fingida, porque de inocente no poseía ni una pizca— se removía sobre el cuerpo ajeno haciendo así que la pija de su novio se pusiera dura como piedra y empujara sobre sus pequeñas pero esponjosas nalgas de burbuja.

Su novio entre jadeos le otorgo el derecho de hacer lo que le plazca con su miembro y él ni lento al igual que perezoso acato su orden, sus labios habían devorado con anheló la cabeza del prepucio, mordisqueando entre sus dientes con delicadeza está misma. El dulce sabor que abundaba en su lengua gracias al pre-semen era completamente delicioso y el solo pensar que sabor tendría su semen, si sería amargo o salado lo enloquecía mentalmente.

Al mismo tiempo que había engullido toda la "anatomía" del amigo de su pareja, su vagina se había humedecido como loca reconociendo asi que el Shiba era el único que tendría la oportunidad de estar entre sus gruesos muslos abriendo su estrecho pasadizo.

El semen de su menor –si, porque resultó siendo menor que su persona, pero lo recompensaba con su miembro– salió disparado de la uretra y cayó en su caliente boca, el sabor como lo había pensado era amargamente salado pero a sus papilas gustativas les encantó el sabor.

Su segunda experiencia sexual juntos, se dio en la biblioteca de su universidad. Recuerda como había incitado tanto al menor que terminó siendo empotrado sobre una de las mesas de estudió del lugar, con los pantalones abajo junto con ropa interior y su enorme polla clavada hasta lo más profundo de su coño manchando de sangre —la cual demostraba su ex-pureza— su propio miembro y la mesa donde reposaba. Nunca había visto aquella faceta en él y eso le provocó que se calentará aún más, sus gemidos de placer —y dolor— eran oídos por todos los habitantes del lugar desde la bibliotecaria hasta otros estudiantes. Tal parecía él no era el único con una parafilia sexual, a su pareja le gustaba ser un exhibicionista y lo comprobaban los calientes jadeos que salían de su boca cada que empujaba si pene contra su maduro útero.

Muchos creerán que su encuentro sería suave —ya que era su primera vez— pero fue todo lo contrario, sentía como aquella gruesa longitud abría cada vez más su anteriormente estrecho pasadizo. Los testículos contrarios golpeaban con pasión sus nalgas haciendo resonar un exquisito sonido de piel contra piel. El aroma a sexo era palpable, solo un tonto no se daría cuenta de esto.

Pero valió la pena haber sido señalado como una puta al consumar una relación estando fuera del matrimonio, valió la pena haber quedado preñado aún sin terminar sus estudios. Valió la pena todo eso ya que ahora tenía para sí mismo a alguien que le satisfacía de mil formas con su gran y gorda polla.

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N/A: Pensaron que me había olvidado de este libro ¿No es así? Bueno, están en lo cierto ehe...

N/A²: No pregunten si es posible mantener la virginidad incluso cuando has insertado algo grande dentro de ti, porque no es posible... Todo esto fue con fines de entretención no busquen respuestas científicas y no cuestionen a este humilde servidor.

¹: Es la edad real de Hakkai.