iv. Nothing good

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CAPÍTULO CUATRO
NOTHING GOOD
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Dedicado a
AdrianaBatista675 lessbyers tobesorf
NagoreFuentes Maxxliv
jungwonieee_milktea <3


"Levántate, por favor"

"Lo siento"

"Billy"

"Lo siento mucho"

"¡Billy!"

Mary se despertó repentinamente, su cabeza dolía más de lo normal y sudaba frío.

Hoy definitivamente no tenía ganas de vivir.

Nunca, en realidad.

Se pasó las manos por la cara, preguntándose si de verdad valía la pena levantarse ese día.

De todos modos, sería la misma rutina de todos los días.

Mary pasó los primeros meses asustada por lo que le ocurría. Pasó algunos otros tratando de aceptar que esa era su nueva vida, que tenía que acostumbrarse.

Pero estaba cansada, cansada de todo, de no maldecir, de no cuestionarse a sí misma, de no llorar.

Ella tenía todo el derecho, tenía derecho a enojarse y preguntarse el por qué le pasaba esto a ella, de maldecir al mundo y a las personas que le hicieron daño.

Y lamentablemente, sabía que iba a ser así por siempre, no iba a fingir que todo estaba bien.

Mary se levantó perezosamente de su cama, con el mismo ánimo de siempre tomó las pastillas que se encontraban en su mesita de noche y se las tomó con agua que probablemente llevaba ahí varios días.

Cuando ya se había duchado, salió de su habitación en busca de su hermana, había descubierto que Max sabía hacer café jodidamente bien, ¡A ella ni siquiera le gustaba! Pero Mary estaba bien con eso, sabía que Max solo lo hacía para ver una sonrisa en su cara.

Cuando iba camino a la cocina vio la puerta de la casa abierta, frunció el ceño con curiosidad y se asomó. Al instante las sirenas policiales inundaron sus oídos.

Su madre y Max estaban paradas en la entrada, observando la casa del frente con intriga.

La casa de Eddie.

—¿Qué ocurrió?— esta se posiciona al lado de su hermana, Max se encoge de hombros.

Mary miró al frente.

Eddie solía meterse en problemas seguido, pero nunca llegaban más de una patrulla frente a su casa. Esta vez eran cuatro.

Eso era preocupante.

—Parece que ese tal Munson hizo algo otra vez— contesta Susan cruzándose de brazos.

Mary jaló un poco la manga del suéter de Max y movió su cabeza señalando hacia el frente, esta tomó su mano y ambas caminaron hacia la casa de Eddie.

Mary hacía lo posible para mirar por el espacio abierto que tenía la puerta, aparte de que un oficial las tapaba, la distancia no ayudaba mucho.

Pero, cuando ese espacio quedó libre, no creyó lo que estaba viendo.

 𝐌𝐀𝐘𝐅𝐈𝐄𝐋𝐃, Will Byers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora