Sus risas resonaron a través de las paredes y estabas segura de que tendrías múltiples quejas por el ruido de los vecinos de su dormitorio tratando de dormir por la mañana, pero en este momento, realmente no podría importarle menos.
Tú y harry estaban teniendo una de sus fiestas de pijamas, ocurrían incluso con más frecuencia ahora que estaban juntos, y no eran 'solo amigos' él venía a tu dormitorio la mayor parte del tiempo, elegían una película, asaltaban la cocina y usaban todas las mantas que encontraban en su habitación para acurrucarse juntos.
Él solo movió su mano a través de tu cintura ligeramente, ni siquiera fue intencional, pero te sacudiste de todos modos, y seguro que llamó la atención de tu novio.
"¿Estás bien amor?" te preguntó, inclinando un poco la cabeza hacia abajo para verte mejor.
"Estoy bien, lo siento, no sé qué pasó ..." le respondiste, inclinando un poco la cabeza.
Pero una vez más, su mano que descansaba sobre tu cintura, se movió, solo un poco, mientras reajustaba su posición, y te estremeciste, un sonido cercano a un chirrido salió de tu boca.
Se detuvo, pero luego, aunque no podías verlo, una sonrisa se abrió paso en su rostro.
Reprimiendo una risa, comenzó a jugar con indiferencia con el dobladillo de tu suéter, tus ojos aún en la pantalla viendo la película, movió su mano hacia arriba para que descansara en tu cintura debajo del suéter, masajeando ligeramente el área, relajándote, hasta que una fuerte carcajada salió de tus labios y te retorciste, parecías un ciervo a la luz de los faros, con los ojos muy abiertos y sorprendido mirando a Harry.
Tenía una amplia sonrisa, "¿Estás bien cariño?" se rió.
"No te atrevas, Harold, lo digo en serio, ya sabes, odio las cosquillas". Él lo sabe, se lo has dicho varias veces antes cuando ha hecho lo mismo, ¿le importa? no.
Simplemente comienza a hacerte cosquillas en ese lugar de tu estómago que te hace gritar y continúa.
Harry estaba sonriendo como un loco, las risas escapaban de sus labios casi tanto como los tuyos, estabas haciéndote cosquillas por todos lados, risitas llenas de gritos llenos de súplicas para escapar de la tortura de sus cosquillas.
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