Capítulo 9: Confrontación

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— Considero que deslindarnos del CUN puede ser mayormente perjudicial para nosotros. Pertenecer a este nos brinda una garantía de comercio y alianzas fundamentales; las buenas relaciones que habíamos construido podrían verse afectadas.

Conversaba Elsu con sus mentores. Desna y Eska parecían no estar preocupados por su decisión, aun sabiendo la situación tan delicada que atravesaban.

— Entendemos tu preocupación, pupilo, pero todo eso está arreglado. —pronunció Eska.

— Prepárate para la reunión con el jefe Ivik. —ordenó Desna—. Mantener la relación con la tribu del Sur es esencial.

— Y tal vez podamos convencerlo de cambiar su voto. —concluyó Eska.

Seguidas de aquellas palabras, Qin entró presentándose como el nuevo Rey Tierra. Los diligentes del Reino Tierra y la Tribu del Norte firmaron formalmente su alianza. Durante toda la junta Elsu los había espiado, pues según su criterio, Qin no era un hombre en quien podía confiar.

Al dar por finalizada la junta, Desna y Eska preguntaron, por cordialidad, si podían hacer algo más por él; a lo que Qin respondió "tengo una prisionera, me gustaría resguardarla en sus celdas por un corto tiempo." En cuanto Elsu supo que se trataba de Taima intentaría ayudarla.

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Horas antes de llegar a la tribu del Norte.

El dolor en sus huesos y la migraña lo atormentaron todo el trayecto. El medicamento ya no hacía el mismo efecto; debía aguantar el dolor y mantenerse tranquilo durante la reunión que tendría con el jefe Ivik. En su alcoba, recostado sobre la cama, cubría sus ojos con su antebrazo evitando que cualquier rayo de luz impactara contra su rostro, trataba de tomar una siesta para olvidar el dolor.

— Cuando dijiste que te encargarías, no pensé que fueras a dejarme un problema más. —dijo Qin en un suspiro—. Espero que me traigas buenas noticias.

— El jefe Ivik está vulnerable, será más sencillo abordarlo.

— ¿Para qué necesitamos a la chica? —cuestionó irritado.

— El Avatar estará ocupado buscándola, debe sentirse culpable por perderla. No se interpondrá en nuestros planes, por ahora. —respondió Ek.

Sin poder alegar más por su migraña, prefirió cambiar de tema.

— ¿Cuándo tendré a mi ejercito?

— Cuando el momento llegue. Por ahora solo puedo entregarte esto.

Un oni dejó sobre el bufete un pañuelo amarrado por sus bordes. Qin lo tomó y comenzó a desatarlo: en su interior contenía un collar plateado con una piedra azul marino que parecía brillar; dentro de la piedra había un pequeño reloj de arena.

— ¿Qué es esto?

— Con eso podrás controlar a mis oni por un corto periodo de tiempo.

Qin permaneció observando cada detalle del obsequio, esa pieza no solo brillaba, sino que parecía moverse, como el humo del fuego se mueve, prefirió no preguntar y aceptar el regalo.

— Una cosa más. —dijo el espíritu—. Después de liberarme, tu enfermedad será sanada; solo cumple tu parte.

Concluyó desapareciendo. Qin se colocó el collar, permaneció sentado todo lo que quedó del trayecto; pensando si hacía lo correcto.

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Ivik fue informado justo después de la desaparición de su hija, pasaron toda la noche pensando en donde podría estar, pero sin un rastro de ella era imposible saber su posición. La ausencia de Kuttar fue preocupante para todos, pero Aye-Aye había insistido en que estaba meditando para encontrar a Taima; aunque solo se encontraba durmiendo en una habitación, había sido un día complicado para todos, sobre todo para el Avatar.

AVATAR. La Leyenda de Kuttar. Libro 3: Yin YangTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang