Capítulo 54

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—      ¡Muchas gracias, bonita! ¡Que tengas un buen día! —Exclama la mujer que acaba de comprar una de las famosas tartas que se hacen en esta pastelería, Donna es toda una artista y gracias a ella, yo he desempeñado una buena técnica modelando el...

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— ¡Muchas gracias, bonita! ¡Que tengas un buen día! —Exclama la mujer que acaba de comprar una de las famosas tartas que se hacen en esta pastelería, Donna es toda una artista y gracias a ella, yo he desempeñado una buena técnica modelando el fondant.

— ¡Gracias y vuelva pronto! —Me despido con mi mejor sonrisa hasta que sale por la puerta con la bolsa.

Entonces me doy cuenta de que Kenzie es la siguiente en entrar y me muestra una sonrisa que ilumina por si sola mientras carga con su bolso en uno de sus brazos. Arrugo las cejas ante tanta alegría por su parte y pregunto qué será lo que le está rondando por la cabeza

— ¡Kenzie! —Saludo desde el otro lado del mostrador.

— Hola, guapa. ¿Cómo va el día?

— Bueno, un día más, tampoco es nada especial. ¿A qué se debe tanta sonrisa? ¿Te ha pasado algo bueno?

— No es por mí, querida amiga. Vengo a hacer que tu día sí sea especial, como siempre —presume echando su melena hacia atrás.

— Vale... —entrecierro los ojos—. ¿Qué puede ser lo que haga de un día rutinario, un día especial?

— Esto —comienza a rebuscar en su bolso, entonces saca un sobre blanco y simple, entregándomelo con una sonrisa aún más amplia.

Pestañeo un par de veces antes de cogerlo, aun no sé de qué puede tratarse esto, pero tengo tanta curiosidad que comienzo a abrirlo. Hay una hoja que contiene algo escrito a mano, y al comenzar a leer solo la primera frase, mi corazón se sobresalta llevándome el papel al pecho, observando a Kenzie con incredulidad y ella se limita a asentir con emoción.

— ¿Esto es cierto? —No sé muy bien por qué he hecho esa pregunta tan absurda, pero estoy demasiado nerviosa como para formularlas con coherencia.

— Claro que sí. Te dejaré para que la leas tranquilamente y cuando tengas una contestación, puedes dármela a mí.

Estoy tan emocionada, llevaba días sin saber nada, no desde aquel fin de semana y recibir esta carta ha sido totalmente inesperado. Me encanta demasiado la idea, a fin de cuentas, no tenemos otro medio y hacerlo de esta forma lo hace especial.

— ¡Te quiero, Kenzie! —doy pequeños saltos de alegría.

— Lo sé. Anda, corre a leerla. He de volver al trabajo.

Salgo del mostrador para darle un fuerte abrazo y beso su mejilla a modo de despedida. Entonces, cuando me quedo sola, le pido a Donna que se encargue de los clientes unos minutos para poder meterme en el baño y leer la carta con total tranquilidad. Desdoblo el papel de nuevo y comienzo a leer:

"Hola, Sacher.

Se hace raro escribir esto sin recibir una respuesta inmediata. Jamás había escrito una carta para comunicarme (aunque el correo sea Kenzie), así que, vas a ser la primera. Sabes que por ti haría lo que estuviese en mi mano y creo que hacer esto será divertido además de que es una buena forma de mantenernos cerca, no sé, siempre que estés triste puedes leerla o abrazarla. Es como si fuese yo, en cierto modo, porque son mis palabras escritas a mano.

Hace unos años, quién me lo diría, yo escribiendo este tipo de cartas. No me malinterpretes, lo he hecho, he escrito alguna que otra carta de amor, pero solo eran cosas de adolescentes. En aquella época estaba ilusionado por tener novia, pero ya sabes que a esa edad las apariencias es lo que más importa, tanto como conseguir que alguien te acompañe al baile de invierno. Después de aquello, no es que yo cambiara adrede, mi vida dio un giro y me di de bruces con la realidad. Entonces entendí que los líos de adolescentes eran solo un juego, una forma de pasarlo bien. De repente solo me encontraba con personas puramente falsas que quizás merecían a otro tipo de persona, porque yo no estaba dispuesto a ser lo que querían que fuera. Así que, terminé por convertirme en alguien con una coraza de acero. Nadie podía ver qué era lo que había en mi interior, y a mí nada me importaba, era lo mejor para no sufrir daños.

Entonces apareciste tú, que quisiste atravesarla, y para serte sincero al principio no pudiste porque no te dejé hacerlo. Tú buscabas amor, y yo no podía ofrecértelo. Sabía que podía hacerlo porque tenía todo lo necesario, pero aún desconocía a quién se lo ofrecería porque tenía demasiado. Ahora te doy las gracias por no rendirte, y en hacerme ver que tú eras la persona que merecía todo el amor que yo guardaba. Sobre todo, porque sé que mi vida no es fácil para la gente de mi alrededor y a pesar de eso, soportaste lo peor solo por mí.

Nunca me enamoré de nadie, ahora lo sé. Tampoco escribía cartas de amor, porque en esta estoy expresando lo más puro y sincero que hay en mí. Es bonito cuando te das cuenta que te has enamorado.

Se me hacen muy pesados los días sin ti, es como si me faltara algo, como si formaras parte de mi respiración y eso genera una desestabilización en todo mi cuerpo. Llegaste a formar parte de mi alma, has estado dándome calor en mi interior desde el día que te conocí y manteniendo viva la llama. Hasta que alguien se atrevió a arrebatarte de mí sin compasión, y mi alma comenzó a morirse. Pero, espero que, con el tiempo, consiga encontrarte, consiga encontrar esos sentimientos que tanto anhelo y que juntos formaban algo que no puedo describir con palabras. Así que, no me moveré, no dejaré de esperar por ti, con la esperanza de que algún día vuelvas conmigo y si no es así, que por lo menos seas libre y feliz, eso es lo que espero.

Detesto cómo la vida se encarga de arrebatarte aquello que quieres, quizás sea cosa del destino, quizás nuestras vidas están escritas y nosotros separados. Pero, si hay algo que puede romper el orden, es el caos, y soy capaz de hacer que todo arda por ti.

Al igual que no te rendiste conmigo, Sky, no te rindas contigo. Hay gente que piensa que no hay salida, pero la realidad es que sí que existe, solo si tú quieres. Eres poderosa, pero aun desconoces cual es la función de tus poderes y cómo controlarlos. Estás a punto de descubrirlo, solo debes levantarte, abrir los ojos y darte cuenta. Entonces no habrá quién te pare los pies.

Quiero que sepas que, si no consigues salir de ahí, estoy dispuesto a entrar para sacarte yo mismo, aunque existan consecuencias, eso no me importa. Y si resulta que después de todo, no podemos estar juntos, te prometo que te seguiré queriendo y me seguirás teniendo. Porque eres el amor de mi vida, Sky. Y siempre lo serás.

Te quiere, Star."

















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