4 - Ignorar y celar

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Ambos esposos habían dormido juntos hasta el siguiente amanecer, en el que Dōma se despertó sonriendo dulcemente para abrazar a Akaza cariñoso.

--- Buenos días, mi amor. --- Saludo el menor dándole un beso suave en los labios. --- ¿Nos bañamos juntos?

Akaza bostezó estirándose y al mirar la hora decidió apartarlo. --- No, tengo que ir al trabajo.

--- Oh, entonces te hago el desayuno.

Dōma le sonrió amable levantándose para ir a la cocina, aún algo tembloroso por la agresividad del mayor tomó la decisión de usar una pastilla del día después. Al rato Akaza lo siguió tras vestirse viéndolo justo en el momento en que estaba tomándosela, aún sin mostrar todo su enojo se acercó a él posicionándose detrás.

--- ¿Por qué sigues tomando esas mierdas? ¿Acaso no quieres tener hijos conmigo? --- Obviamente sus palabras tensaron al menor al sentirlo detrás sujetando sus hombros mientras le preparaba el café.

--- Sabes que quiero, pero antes me gustaría terminar mis estudios y conseguir trabajo. --- Su respuesta, a ojos del mayor, lo "obligó" a empezar a apretar sus hombros con fuerza.

--- Tú siempre pones excusas con tal de no darme lo que quiero. --- Akaza comenzó a apretar más fuerte haciendo que su esposo intentará apartarse de él.

--- N-no son excusas mi amor, yo también quiero tener hijos. Pero sabes que mi sueño es ser actor, ahora tengo un empleo en un teatro y estoy a un año de terminar mis clases. Cuando ando me haya graduado me encantaría tener hijos contigo, pero aún no estoy listo. --- Akaza lo agarró por las caderas pegándolo a él impidiendo su huída. De una forma u otra Dōma jamás escaparía de él, en todos los sentidos.

Un susurro serio sale de la boca del mayor haciendo temblar asustado a su esposo. --- La próxima vez que te vea tomar eso vas a lamentarlo.

--- E-entonces estudiaré el doble para terminar antes la carrera.

Akaza rodó los ojos bufando molesto y lo soltó para empezar a tomarse el café. Tampoco importaban mucho las "excusas" que Dōma le diese. Si no quería, lo obligaría.

--- Hoy, aunque me escribas, no te responderé. Estaré con Kyōjurō casi todo el día.

Dōma no pudo evitar hacer un puchero. --- Está bien... Yo iré a desayunar con los chicos luego de clases y después iré al trabajo. Tal vez le pida ayuda a alguien en la tarde para estudiar y adelantar temas.

Akaza al escucharlo dio un fuerte golpe con el vaso en la encimera haciendo que su pareja diese un s. No llegó a romperlo, pero le faltó poco. --- ¿Para estudiar? --- Cuestionó celoso.

--- S-sí, así adelanto temas y termino antes la carrera.

Akaza aún no convencido apretó los puños cruzando los brazos. --- ¿Con quién?

--- No lo sé, hoy en el desayuno preguntaré quién está libre.

Un gruñido molesto fue acompañado de su paso hacia la puerta para irse. --- Me contarás cada puto detalle.

--- Claro que sí, cariño. Ten un buen día.

Tras la partida de su marido, Dōma fue a bañarse sin poder contener algunas lágrimas que caían por sus mejillas al llorar. Y eso que aún no sabía que en realidad Akaza no tenía que trabajar hoy, sino que le había mentido para irse con Kyōjurō.

Después del desayuno y del trabajo Dōma decidió ir a estudiar a casa de Kokushibō. Tal y como sabía que Akaza querría, le escribió para avisarle de que estaba con él. Akaza ignoró su mensaje lleno de celos y decidió hace como que se equivocaba de chat.

Akaza: Kyō, ¿Quieres que cenemos juntos? Yo invito.

Dōma hizo un puchero triste, a nadie le gusta que le "confundan" con su el exnovio de su pareja.

Dōma: cariño... Soy yo.

Akaza viendo que consiguió su objetivo sonrió de lado pensando unos segundos qué podía responderle.

Akaza: a veces es difícil distinguir a los rubios cejones.

Dōma no tuvo tampoco tiempo de pensar qué responder porque Kokushibō le habló, así que simplemente guardó el móvil. Akaza frunció el ceño viendo que lo había dejado en visto y volvió por la noche a su casa sin saludar.

--- Hola, amor. --- Para aún más desagrado de Akaza, Dōma estaba acompañado en la cena con su sonrisa dulce. --- Te presento a Kokushibō, mi compañero de trabajo en el teatro. ¿Tienes hambre? Te dejamos un trozo.

Akaza frunció el ceño serio negando con la cabeza. --- No, ya hablaremos.

--- De acuerdo. --- Susurró bajando la mirada triste.

Kokushibō los miró a ambos incómodo y se levantó tocando el hombro de Dōma. --- Ya me voy, Dō. Te veo mañana en el trabajo. Si tienes alguna duda puedes llamarme, ¿Vale? --- Y por si no había suficiente tensión, el de pelo azabache besó su mejilla. --- Fue un gusto conocer a tus "hijos" y a tu esposo. --- Tras ello se acercó a Akaza susurrándole serio. --- Él te ama con locura, eres muy afortunado. Pero si le haces daño que sepas que estaré para él. Hoy lloro porque no dejas de burlarte y tratarle mal. Si le llegas a hacer daño vendré por él. Me da igual que te ame, porque claramente tú no lo amas.

Kokushibō se fue dejando a la pareja sola. Dōma se levantó a recoger la mesa y limpiar todo viéndolo con curiosidad.

--- ¿Qué te dijo? --- Akaza lo ignoró por completo apretándolo para irse a la habitación a acostarse.

La reacción de Dōma fue hacer un puchero para seguir lavando los platos y vasos usados antes de ir a la habitación.

--- ¿Al final cenaste fuera? ¿Quieres que vaya a por un kebab?

Akaza resopló molesto sin mirarlo. --- ¿Qué te importa? ¿Que no ves que te estoy ignorando como has hecho tú hoy? Me dejaste en visto, piérdete.

--- ¿P-pero que querías que te dijese? Me confundiste y comparaste con tu ex. --- Responde cayéndole una lágrima. --- Hoy dormiré en casa de Gyokko. Estos días estuviste algo violento, creo que deberíamos estar un tiempo distanciados. --- Tras eso el menor baja la mirada triste y empiaza a coger ropa.

VIOLENTÓMETRO - Akaza × Douma +18 (1ª Parte)Where stories live. Discover now