Capítulo 26.

709 73 4
                                    

"Dominio".

"Dominio"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Kira.
Llegó a una fiesta bastante asfixiante a decir verdad, el humo de los cigarros crean una atmósfera bastante pesada, el honor a quemado llega a mi nariz haciendo que inconscientemente mi cara adopte un gesto de asco.

No me suele molestar el humo de los cigarrillos pero al ser un lugar con puertas cerradas y al ser muchas personas fumando todo se siente invasivo.

Busco entre la multitud al lobo, mi vista vaga por todo el salón expectante ante cualquier detalle, una chica pasa frente a mí con una bandeja con tres vasos, tomo uno y lo bebo de un solo trago para luego dejarlo de nuevo en su lugar.

Sonrió cuando lo veo, tenía en su regazo a una chica morena, muy guapa a decir verdad con unas hermosas trenzas africanas.

«Tan bella y con alguien tan … él, que pena».

Camino cerca de ellos pero hago de cuenta que no vi al lobo, me concentro en la música y me pongo a bailar intentando no pensar en lo asqueroso que me parece este lugar, personas metiéndose mano a más no poder, otros ya tiene el trabajo más avanzado y alguna que otra chica caminando en ropa interior entre la multitud.

Muevo mis caderas como si estuviera bailando para mí misma, sin nadie cerca.

«Esto solo es un juego, concéntrate».

Me obligó a tragarme el asco que siento finado alguien se para detrás de mí y me toma por las caderas obligándome a retroceder y acercarme a su cuerpo.

«Si necesitas sacartelo de encima sabes cómo hacerlo» me recuerdo y eso me trae bastante tranquilidad, agradezco que Canesh en su momento me enseñó a descargarme con el boxeo, luego cuando se fue lo tomé como mi terapia personal y ahora es mi modo de defensa, mi defensa más grande soy yo misma.

Me doy la vuelta encontrándome con un hombre de unos 60 años.

«¿Enserio pesqué un Juggar?». Luchó con todas mis fuerzas para no reírme ante mi mala suerte y lo único que se me logra escapar es una sonrisa.

Él hombre me mira serio.

—Sigue bailando puta —me dice.

Instantáneamente borro mi sonrisa.

—No hombre, ella no es de nuestras acompañantes —Le dice el lobo golpeándole suavemente el hombro. —Es una invitada de la casa.

—Esta con tus putas así que eso lo convierte en una, sino porque estaría aquí.

—Porque me veo hermosa vestida así y no soy una rehén como para pasar encerrada.

—No se porque dices que no es puta, si hasta su lenguaje corporal lo dice.

«Hay querido si tan solo supieras lo bien que ganaba por ser puta y eso que solo era por escuchar mi voz, seré puta pero una muy inteligente».

—Ya te he dicho que no, buscate a otra —Dacost me sujeta por el brazo alejándome de ese hombre, camina hasta su mesa y prácticamente me empuja hasta el sillón donde él estaba anteriormente con la sexy morena.

—¿Se puede saber qué mierda hacías? Ya te había advertido que no te metieras con ninguno de mis invitados.

Hago morritos para servirme de la botella que tenía en su mesa, tomo un vaso que se encontraba vacío, compruebo que no tenga pastillas ni nada por el estilo antes de servirme un trago.

—¿Es que acaso me castigaras por desobedecer daddy? —Apoyo mi mano derecha en su pierna y me acerco a él. —Quisiera ver eso.

—¿A que juegas? —él me toma por el cuello y me aleja de él.

Sus fríos anillos hacen presión en mi cuello y por alguna razón me gusta, despierta mi lado masoquista.

Mantengo mi vista en sus ojos y eso parece cansarle, porque me suelta, vuelvo a sonreír.

«Quien tenga miedo a morir, que no viva».

Termino mi trago aún observándolo, él se centra en mirar la fiesta.
Muerdo mi mejilla interna antes de servirme otro trago y darme ánimos para lo que estoy a punto de hacer.

«Perdoname Canesh, pero es ley de supervivencia y lo sabes, ya tendré tiempo de recompensarte».

Me pongo de pie y me siento en el regazo de Marcus, este me mira intentando entender qué es lo que quiero, tomo la botella y sirvo otro trago, pero esta vez se lo doy a él.

Dudoso lo toma, cuando lo termina me sirvo otro para mí y así estamos durante un rato largo, un trago para mí, otro para él hasta que la botella se termina.

—¿Me dirás qué es lo que tramas? ¿O seguirás intentando emborracharme sin sentido alguno?

—Solo es un tiempo de pausa, he tenido una semana complicada como tú entenderás y pues saco mi estrés bebiendo.

—Si y yo de estúpido te creo.

Él hace una seña y en segundos otra chica trae otra botella.

Me bajo de su regazo y me siento en el sillón pasando mis piernas por encima de las suyas, mi vestido se sube un poco pero hago de cuenta que no lo noté.

Él abre la botella y me arrebata mi vaso para servirme un nuevo trago.

Lo tomo mirándolo a los ojos y él se sirve otro.

—Mierda —murmura cuando paso mi pierna derecha sobre su miembro, Marcus posa su mano sobre mi pierna desnuda, al principio creo que intenta quitarla para evitar el rose de mi pierna con su miembro pero termina por subir su mano desde mi tobillo hasta la mitad de mi muslo.

—Mmm —murmuro para luego servirme otro trago y acabarlo de una.

Rápidamente me toma por las caderas para subirme sobre su regazo, pero está vez pasa mis piernas por sus costados, situando cada una de mis piernas alrededor de su torso.
Me empuja hacia abajo haciendo que nuestras partes íntimas choquen aún a través de la ropa.

—¿Esto es lo que quieras no es así Digory? —pregunta pero no le respondo solo muerdo mi labio.

Me estiró hacia atrás para intentar alcanzar la botella, no alcanzó la botella cuando siento que corren mi ropa interior de encaje y un dedo entra de mi, me muerdo el labio para no gemir ante tal intromisión, me agarró del brazo de Dacost para volver a sentarme correctamente, sujeto la mano de él para intentar quitarla pero él no me deja, así que le mantengo la vista en sus ojos, comienzo a moverme sobre su dedo creando una mayor fricción entre mis piernas y sus dedos.

—benvenuto nel mio gioco (Bienvenido a mi juego).

Él retira su dedo, para luego tomarme por la mandíbula nuevamente.
Comienza a repartir besos en mi cuello mientras yo aún me sigo moviendo sobre él.

—¿Sabes que ya no parare no es así? —pregunta sujetando mis caderas para pegarse aún más a él.

—No he dicho que pares —murmuró. —Pero ya que lo mencionas —lo empujó un poco para que caiga sobre su espalda y cuando está un poco desprevenido me pongo de pie. —Lo siento no me gusta que sean dominantes conmigo, quien decide cuando parar soy yo. —Tomó la botella dispuesta a caminar pero me doy cuenta que estoy medio mareada.

No recuerdo cuando fue la última vez que bebí tanto.
Me siento en el sillón individual a medio metro de Marcus, quien aún sigue acostado pero termina por sentarse.

Deseo Italiano ✓ (Pacto de Almas).Where stories live. Discover now