Parte X

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Observó por sobre su hombro al escuchar movimiento en el salón de estar, sonrió sin hacer ruido al ver a John y Arthur entrar haciendo ruido de disparos mientras se apuntaban el uno al otro con sus armas.

– Ríndete ya, alimaña – Carcajeó Arthur escondiéndose detrás de la puerta de entrada.

– ¡Jamás! – John corrió por el salón lanzándose detrás del sillón al tiempo en que tomaba a su hermana lanzándola al suelo – Tengo un rehén – advirtió poniéndose de pie para apuntarle a la cabeza a Neè – Voy a matarla Arthur te lo juro.

– ¡Auxilio, ayuda! – Gritó Neè moviendo los brazos – ¡sálvenme!

Arthur salió de detrás de la puerta apuntando a John: "Bang" gritó, Neè carcajeó al escuchar a su hermano dar un alarido al tiempo en que retrocedía dejando caer el arma sobre la alfombra, colocándose la mano en el centro del pecho, se dejó caer de rodillas, recostándose con lentitud sobre la alfombra.

– Ya está a salvo señorita – Se rió besándola en la mejilla al tiempo en que John les lanzaba un cojín desde su lugar.

– ¿Cuándo van a crecer ustedes tres? – Polly entró por el salón riéndose a carcajadas – ¿Qué les pasa?

– Nos divertimos tía Pol.

– Levántate de ahí muchacho, ese traje es nuevo – Lo regañó acercándose a Neè para acariciarle el rostro – lávense, vamos a comer ya.

Solomons.

Sentí los silbidos y los susurros en el alambique, me giré sobre mi sitio para observar a mis espaldas, una sensación en el estómago me erizó la piel al ver la delgada silueta vestida con un enorme abrigo de piel gris, las estilizadas piernas envueltas en medias negras terminaban en unos preciosos zapatos de gamuza rosado ópalo.

Le entregue la tablilla donde iba anotando todo lo que salía a Ollie, para acercarme a ella alcanzándola a mitad de camino.

– Muestren respeto, maldición – Alcé la voz quitándome el sombrero delante de ella, su cálida sonrisa me hizo sonreír.

– Señor Solomons...

– Alfie, Alfie – La interrumpí bajando la mirada hasta ella – qué sorpresa verle por aquí, Neè ¿a qué debo esta visita?

– Lamento interrumpirlo – Dijo alzando su mirada a mi, el ala de su sombrero le hacía sombra sobre los preciosos ojos – pero quería saber si tiene un momento para ayudarme con algo.

– Me encantaría.

– Cómo sabe, mi hermano Thomas ha estado usando todas sus influencias para ayudarme a adaptar la mansión que he heredado de mi difunto esposo, y poder instalar allí a las niñas del orfanato de nuestra santa doncella de Orleans.

– Si, si.

– Esta tarde se supone que terminarían de llegar los muebles del salón principal, pero Tommy ha tenido que salir de urgencia a Windsor junto a mis demás hermanos, he llamado a los de la mueblería, pero al parecer, no tienen la capacidad de tratar con una mujer.

– ¿Me pide ayuda para que lleven sus muebles a la casona?

– Exacto, el dueño se niega a hablar conmigo puesto que el trato lo hizo con Thomas.

– ¿Quién es ese imbecil? – Respondí viendo cómo se quitaba lentamente los guantes transparentes, torció los labios con una sonrisa que no supe reconocer de inmediato.

– Justamente por eso también decidí acudir a usted, es alguien de su comunidad – Dijo encogiéndose de hombros como si aquello realmente me pareciese un problema – Moishe Cohen – suspiré evitando que viera mi gesto, efectivamente era un problema, la comunidad ya se había enterado de mi compromiso con ella, ¿Y cómo no? Después de la enorme fiesta que habían organizado para celebrar nuestra futura unión.

NavajaWhere stories live. Discover now