Capítulo 15

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Un edificio de más de 15 pisos, tuvo que levantar la mirada por la ventana para observado muy bien entraron al estacionamiento del sótano.

— ¿Aquí vives? —volteo a verlo

— Mmm. No. Es mi departamento —se percató que Elisa se quedó callada. Ella estaba pensando que era donde trae a sus amantes —En mi casa vive mi hijo y su madre

—¿Aún vives con tu ex? ¿Seguro que te divorciaste?

— Es un poco complicado, mi ex y yo dormimos en habitaciones separadas. Nos casamos por un convenio

— ¿Por un convenio?

—Me gustaría platicarte más, pero ya llegamos. No te vayas a bajar, deja que te habrá la puerta yo.

—Memmi sí. —no era la primera vez que le abría la puerta, pero cada vez que lo hacía sentía un hueco en corazón, pero un hueco bonito

Al bajarse del coche, quedan cerca sus cuerpos, se pierdan en sus miradas, por unos segundos, los dos tiene el deseo de besarse, se siente sus corazones latiendo rápido, sus pulsos se aceleran, pero ella interrumpe ese momento. Es solo una cena. Se lo repite

—¿Vamos? —

Caminan hacia el elevador ahora con más espacio y lujoso que el dónde vive ella.

Rogelio tenía a su departamento en el 10 décimo piso. En la plata baja, se suben 4 personas más, al mirar a Rogelio lo saludan, Elisa mira el piso, no quiere saludar, ni que la miren, Rogelio se percata y se acerca a su oídio.

— No te preocupes, las personas de aquí son muy discretas —solo asiente

Hasta el octavo piso se quedaron solos

—¿Te encuentras bien Elisa? —Rogelio se percata de esta temblando.

— Si —pero es un sí un poco conviviente

— ¿Segura?

—Bueno, estoy nerviosa porque no sé qué pueda esperar —Rogelio solo asintió y después le dijo algo para tranquilizarla.

— Una cena Elisa, únicamente eso

Se sonríen mutuamente, estuvieron en silencio hasta llegar a la puerta de su departamento, al entrar se sorprendió al mirarlo.

Lo primero que observa enfrente suyo unos ventanales grandes que daba la vista a la noche de la ciudad.

—Descuida las ventanas, tiene un protector que no se ve lo que pasa adentro

Elisa no sabía cómo interpretar ese comentario. Siguió su mirada a los dos sofás oscuros grandes, atrás de uno de ellos se encontraba otro sofá blanco, con cojines de colores, enfrente de ese estaba esta pantalla de televisor, con unos jarrones blancos con plantas verdes, cuadros. Del otro sofá, atrás de ese, se encontraba el comedor de madera con 8 sillas grises, atrás de ella, está la cocineta, se encontraba un hombre vestido de blanco cocinando que cuando entro el olor de lo que estaba preparando, le abrió el apetito.

Una barra de desayuno y bancos decoraba también la cocineta. Arriba de ella se encontraba su habitación, su cama, una mesa de escritorio, su computadora, otra mesa más pequeña con dos sillas. La escalera negra estaba a su mano izquierda y del lado derecho un corredor con dos puertas de madera que supone que sería el baño y otro otra habitación.

— Está muy bonito —le hizo un cumplido.

— Mi tía me ayudo con la decoración

—¿Tienes una tía? —algo más que sabrá de él.

A Los Pies De ElisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora