Capítulo 37

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Capítulo 37

Después de que Rogelio dejo a las tres hermanas. Elisa entró directo a su habitación, se sentó en la cama con la luz apagada. Empezó a pensar sobre Rogelio y su falta de fe en Dios. No se despidió del cómo en otras noches. Rogelio entendió que tenía que reflexionar y ella lo estaba haciendo.

¿Había algo que podía hacer con esa situación? La falta de fe en Dios.

Ella lo quería demasiado, lo deseaba y con él, se sentía muy feliz. Y de solo suponer en que la puede dejar por otra mujer con pies bonitos, ardía en celos y sufría demasiado.

No se iba a casar con él, ni quería una familia, solo lo quería para ella. ¿Entonces es muy importante que no crea en Dios? No se podía contestar esa pregunta en ese momento. Solo quería dormir y por un momento olvidarse de todo.

Rogelio llegó a su casa. Ya todos estaban dormidos. Subió las escaleras lentamente mientras que estaba pensado si fue una buena idea decirle a Elisa que no cree en Dios. Sabiendo que ella si cree. Si quería seguir con este llamado relación tenía que decírselo.

Al día siguiente Elisa fue a la oficina, sería su último día del año. Regresaría hasta el nueve de enero. Por alguna razón quería que se acabara el día rápido. Se encontró con Pamela en su escritorio alterada.

—Buenos días ¿Te sucede algo? ¿Quieres que te ayude? — Pamela levanta la mirada

—No, solo necesito meter esta información en las tabletas. Penélope decidido adelantar la junta para el día de hoy. Me falta y citar a todos a las once. Se tenía planeado la junta para el doce de enero

—¿Por qué se adelantó? —Elisa nunca había estado en una junta de trabajo. Empezó a estar nerviosa solo espera que Penélope no la requiera.

—Anoche le marco Amelia que cambio de planes que hoy sería la junta

— ¿Y de qué va a tratar la junta?

—Sobre el cierre de la zapatería de Francia. La liquidación de la mercancía. Quiere empezar esta misma semana. Eso es una locura, nunca se habría hecho algo así

—¿No se puede hacer nada como último recurso? —Pamela negó

—Tienes que preparar. Espero que ya le sepas más a la Tablet que te di ayer. Porque la vas a ocupar —Elisa hizo un gesto de preocupación,

Con lo que paso ayer y la cena no tuvo tiempo de aprender con la Tablet. Pamela se percató de que Elisa aún seguía en no saber nada.

—Ok no te preocupes, yo estaré en la junta, te apoyaré, pero necesito que tú me apoyes a mí ¿Sí?

—Claro que si cuenta con eso Pamela

—Aún no llega Penélope, pide su café y reserva en su restaurante, favorito a la una de la tarde, serán dos reservaciones, una para ella y Otra para su esposo

—De acuerdo —Elisa deja su bolso y la Tablet en un cajón en el escritorio de Pamela.

Mientras que está haciendo la llamada al restaurante, llega Penélope. Vestida con un pantalón blanco y una blusa rosa con su cabello recogido y aun usando lentes de sol.

—Buenos Días ¿Ya tienen todo listo? Espero que si

—En eso estamos Penélope — se quita los lentes y nos mira fijamente a los dos molesta.

—Ya sabes Pamela, quiero todo perfecto. Maldita Amelia. ¿Qué quiere que haga yo? Son los franceses que no les interesa los Gangli. Recuerda Elisa firmaste un acuerdo de confiabilidad. Que no se te olvide. —no debo de decir que le dijo Maldita a su jefa.

A Los Pies De ElisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora