XVII. Tu culpa

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«Gulf»

Miércoles 23 de abril.

En casa de mis padres, es la una de la tarde y sonrío alegre al sacar el pastel del refrigerador, lo coloco en el centro de la mesa, la vela en forma del número cinco adorna la mitad del pastel color rosa, con flores del mismo tono que le hacen ver delicioso.

Mamá y papá van de un lado a otro, Dydy termina de colocar globos y grandes letras que dicen "Feliz cumpleaños", porque hoy es el día, el día en que mi pequeña polluela cumple cinco años, cinco, cinco años donde me ha echo la persona más feliz de esta vida, dónde daría todo por ella, e incluso hasta mi vida si pudiera verla sonreír para siempre.

Nayla está en la sala, con un vestido floral y su cabello suelto con una peineta, podría jurar que el color negro fue inventado por su bonito cabello, es hermosa, pero quiero que se quede pequeña para siempre.

Creo que es un sueño como el de todos los padres.

Camino lentamente hasta ella, Nayla juega con sus muñecas y aunque me sonríe, se que por dentro extraña mucho a alguien que no sabemos nada de él en seis días, desde esa noche, no se ha comunicado y haberle dicho por la mañana ese día a mi hija que Mew había salido del país, fue peor que decirle que sus muñecas se habían extraviado.

-- Cariño... -- le dije mientras le ponía el uniforme -- te tengo que decir algo pero quiero que sepas que esto no es tu culpa mi amor.. ¿Si? -- me veía -- Mew... Mew tuvo un problema con un amigo, y tuvo que volver a aquél país..

Sus ojitos se mojaron, abrió sus labios pero antes de que dijera algo, negué rápidamente.

-- Él vino anoche mientras dormías, dijo que te quería mucho y que iba a volver en unos días, ¿Bien? Lo que pasa es que su amigo mur... Se enfermó. -- corregí -- y como está solo tuvo que ayudarlo. Pero para nada esto es por las agujetas. Volverá en unos días.

-- Papá... -- sollozaba -- P'Mew ¿Se fue por mi culpa?

-- No.. te lo dije amor, un amigo está enfermo y fue a visitarlo..

-- Pero.. -- sus ojitos estaban rojos -- ¿Puedes llamarle y decirle que si vuelve aprenderé a amarrar las agujetas?

-- Volverá en unos días...

-- Es que... -- lloraba -- ¿Y si nunca vuelve?

Le abracé.
Ese día le apreté con todas mis fuerzas y fue difícil hacerla entender que nada de esto era su culpa.

Pero hoy, lo ha extrañado más que nunca, el teléfono suena, e inmediatamente levanta su rostro con la esperanza de que le diga que es él. ¿Podré asesinarlo a distancia?, Se que es idiota de mi parte ponerme así cuando él me dijo que esto iba a pasar, pero no puedo con los ojitos tristes que me piden de regalo de cumpleaños que Mew aparezca.

Desgraciadamente no puedo sacarlo de la bolsa de mi pantalón.

-- ¿Lista para soplar la velita y pedir un deseo? -- le veo

-- SIP. -- sonrió

Nos pusimos de pie, mi hermana estaba cansada por decorar todo a su paso y cuando menos lo imaginé, ya estábamos sentados frente a la mesa comiendo la deliciosa comida de mamá, el platillo favorito de Nayla estaba ahí, curry con pollo, y ella tenía las mejillas manchadas por comer deliciosamente.

Sonreí y limpié su regordete cachete.

-- ¡Pero que niña tan grande tenemos ahora! -- Dydy le aplaude -- ¿Has visto papá?, Vamos a tener que comprar perros guardianes para cuidarla de los zopilotes.

¡PAPÁ EN APUROS!Where stories live. Discover now