Capítulo Treinta y siete.

41 6 0
                                    

24 de noviembre del 2017.

Tres semanas después…

Podré decir que estas semanas han sido muy lluviosas, el cielo completamente nublado y más frío de lo normal. Me encantaba.

Tres semanas en cama por orden de mi padre, no quiere que mueva ni un solo pelo, realmente es un poco estresante. Hanna y Zoe están encima de mi día y noche al igual que papá, solo me libero de él cuando Heidi viene a casa después de sus turnos, hace tiempo no voy al hospital, lo último que me hicieron ahí fueron simples estudios para ver si lo mejor era seguir con el tratamiento o dejarlo de una vez por todas. Y hoy papá y yo iremos por los resultados finales.

Converse a mis hermanas para que no fueran fue un gran reto, muchas súplicas por parte mía y de papá y muchas negaciones por parte de ellas, al final aceptaron por que dije que si iban no les dirigía la palabra por dos meses, las dos se sintieron muy indignas por mi chantaje.

Respecto a papá se que solo les dijo que no fueran para evitarles el mal rato, el sabe que esos resultados serán decisivos. Y yo solo quiero que esto se termine de una vez por todas. Aaron no tiene ni idea de todo esto, él viene cada día después del colegio, es divertido y lo es más cuando justo a él viene Cameron, que sea tan torpe es más divertido de lo que pensé.

—Puedes por favor dejar de tocar eso, lo vas a dejar caer—la voz de Aaron se escucha un poco ronca.

Cameron no hace caso alguno mientras observa el pequeño tocador de música que le pertenece a Hanna.

—No seas llorón, no le pasara nada, yo lo sostengo—le responde sin levantar la vista del pequeño objeto, el cual observa como si su vida dependiera de ello y como si quisiera descifrar algo.

—Por eso lo digo—dice Aaron y hace una pausa—tus manos son peor que la mantequilla—dice provocando que yo suelte un pequeña risa.

Cameron levanta por uno segundos la vista para dedicarle una mala mira para luego soltar un pesado suspiro.

—No seas exagerado idiota, solo lo estoy mirando—dice y vuelve su vista a sus manos —Harper calma a tu novio, te lo pido por favor —dice y yo rio.

Estoy apunto de decir algo cuando el ruido de algo cayendo contra el suelo me hace cerrar la boca de repente. Todo queda en silencio.

Dirijo mi mirada hasta Cameron y quiero reír por la cara que tiene, miro de reojo a Aaron y estoy muy segura que esta contando mentalmente para no perder la paciencia y también quiero reír porque es algo que yo hago.

—Lo pagare—dice Cameron en un susurro mirándome.

Muerdo mi labio inferior para no reír. Vuelvo a ver de reojo a Aaron quien ahora mata y entierra a Cameron con la mirada.

Sonrío y niego con la cabeza.

—Ya no serbia tranquilo—le digo a Cameron y suelto una risa al ver su cara de alivio.

—No te vuelvo a traer—le dice Aaron cuando Cameron se sienta en mi escritorio y comienza a observar.

—¡ey!—se queja—no soy un niño—dice.

—Te juro que hasta un niño se comporta mejor que tu—le dice.

Cameron de la una mala mirada, suelto una carcajada llamando la atención de los dos.

—Claro, ríete—dice Cameron.

Río aún más pero mi risa es interrumpida por una tos ronca y un dolor punzante en mi pecho, Aaron acerca el pequeño cesto de basura hacia mi y escupo cuando lo tengo delante de mi, siento como Aaron posa su mano en mi espalda y me da leve caricias de arriba abajo, con su otra mano toma el cabello que esta cerca de mi cara y lo coloca a un lado de cuello. Vuelvo a escupir y vuelvo a toser.

Hasta que uno caigaWhere stories live. Discover now