Las Berman pasan todos los veranos en la casa de los Fisher junto a ellos y los Conklin, pero este verano será diferente, todos han crecido y cambiado. Camilla se verá envuelta en un sin fin de complicaciones.
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DESPUÉS DE COMER Millie vuelve a subir a su habitación con la intención de no salir en lo que queda de día.
Sentada en su cama saca de su bolsillo un bolsa pequeña de marihuana que le había robado a Conrad de su habitación y después de liarse el porro lo prende para comenzar a fumar al lado de la ventana.
Diez minutos después unos golpes en su puerta hacen que esconda el porro detrás de una foto rápidamente.
— Camilla, hija. — habla Ela entrando en el cuarto.
— ¿Qué pasa, mamá? — dice Millie intentando aparentar que no hacía nada.
— ¿Estás bien? No has tocado la comida y sé lo mucho que te gusta la pasta de Laurel. — habla Ela preocupada por la falta de apetito de su hija.
— Sí, tranquila. No tenía hambre, solo eso. — aclara la morena sentándose junto a su madre en la cama.
— ¿Es por tu padre? Hace meses que no lo ves, si lo hechas de menos podemos invitarlo a la comida de mañana. — A Ela no le agradaba Robert por lo wow había hecho y Millie sabía eso.
— No. — responde enseguida la chica. — Creo que tiene novia y tampoco lo hecho de menos.
—¿Estás segura, Camilla? No te preocupes por mi, es tu padre y entiendo que lo quieras ver. — Millie al ver que su madre no quitaba esa idea de la cabeza agarro sus manos.
— Tranquila, mamá. Si alguna vez lo quiero ver te lo diré, pero ahora no.
Ela sonríe y abraza a su hija para poco después marcharse. Más tarde se hizo de noche y Millie se acabó el porro.
[...]
A la mañana siguiente todos estaban con los preparativos del cuatro de julio. John Conklin ya había llegado junto a su novia Victoria y más tarde llegaron las debutantes.
Millie con su bikini y un fino pañuelo de colores por encima de sus hombros sale a la piscina y camina a la mesa de la comida.
— Hola hola. — saluda sonriente poniendo sus gafas de sol sobre su cabello.
— Oh, Millie. ¿Te acuerdas de Shayla? — habla Steven presentando a su novia.
— Oh, Steven, la conozco mucho mejor que tú, claro que me acuerdo. — dice Millie divertida agarrando el brazo de la chica. — Si nos disculpáis, vamos a ponernos al día.
Millie arrastra a Shayla tras ella dejando a Steven con la palabra en la boca y escuchando las risas de las madres.
Las dos chicas deciden meterse a la piscina donde Conrad y Nicole están hablando, no con muy buena cara.
— ¿Qué les pasa? — pregunta Shayla extrañada.
— Creo que le están dando calabazas a Nicole. — contesta Millie burlona.
— ¿Y cómo sabes eso? ¿Acaso tú y Conrad...? — pregunta otra vez la chica con las cejas elevadas.
— Cállate, Shay.
— Oh por dios, Nicole se va. Te dejo con él.— habla la pelinegra emocionada saliendo de la piscina.
— ¡No, Shayla! — grita la morena viendo como su amiga sale del agua y Conrad se acerca a ella.
— Acabo de dejarla. — habla el rubio cuando está a su lado. — No ha ido tan mal, al parecer ella no me quería.
— Yo tampoco querría a alguien que me usa para distraerse. — dice la morena haciendo comillas en la última palabra.
— Sé que he sido un idiota con mucha gente, pero la única que me importa eres tú, Cami.
Millie se gira para mirarlo a los ojos sin poder evitar una leve sonrisa.
— ¿Qué? — dice él cuando la ve.
— Nada. — ella aparta la mirada hacia el frente.
— Oh, venga dilo. — habla él comenzando ha hacerle cosquillas en el abdomen haciendo que ella carcajease ruidosamente.
Así jugaron un rato más hasta que fue la hora de comer, pero lo que no sabían es que Belly no les había quitado el ojo de encima.
Después de comer los más jóvenes van a la playa y Belly llega con jugo de margarita.
— Ey, chicos. — saluda al llegar. — Aquí está mi especial. ¿Dónde está Nicole?
Millie y Conrad se miran antes de que el último carraspeara. — Ella se fue.
Para acabar el incómodo momento, sugieren jugar a un juego de beber. Después las chicas comenzaron a bailar y echar más alcohol a la margarita mientras los chicos jugaban con Millie a encestar los sacos.
— Dejad de llorar, os he dado una paliza. — dice Millie a los chicos empezando a caminar hacia donde las chicas estaban.
Más tarde todos ya estaban en casa para luego cenar, excepto Belly y Cameron que habían ido a caminar.
Millie caminaba aburrida por los alrededores hasta que escucha agua y se acerca.
— ¿Connie? — habla divertida viendo las algas que habían en un cubo cercano. — ¿Qué asquerosidad es esa?
— Pregúntale a Jeremiah. — dice él haciendo reír a la chica. — Oye, ¿todo está bien entre nosotros, ahora?
— Yo diría que si.
— Entonces no te importará si hago esto... — rápidamente el rubio pasa un brazo por su cintura atrayéndola hacia él y besarla.
Millie enseguida le sigue el beso pasando sus manos por la nuca del chico. Poco a poco Conrad mueve sus manos por todo el cuerpo de la chica queriendo más y Millie no se lo negaría.
La mano de la morena se cuela en el bañador del rubio mientras él cierra la puerta con pestillo y desabrocha la parte de arriba del bikini de Millie.
