Las Berman pasan todos los veranos en la casa de los Fisher junto a ellos y los Conklin, pero este verano será diferente, todos han crecido y cambiado. Camilla se verá envuelta en un sin fin de complicaciones.
Millie los siguió en silencio escaleras arriba y una vez Conrad dejó a su madre en la cama, ambos fueron a la habitación del chico.
— Pilla. — Conrad le lanza una camiseta que cae justo en la cabeza de la chica provocando la risa de ambos.
— ¡Ey!
Los dos se desvistieron para ponerse ropa más cómoda pero la chica vió algo fuera, en la piscina.
— Connie. — la morena le hace un gesto con la mano para que se acerque.
Cuando los dos están mirando ven a Belly y Jeremiah dándose un beso dentro de la piscina.
La pareja sonríe y decide que es hora de dormir.
[...]
A la mañana siguiente, cuando Millie despierta Conrad ya se ha ido así que sale de la habitación encontrándose con Jeremiah y Belly recién salida de la ducha.
— Eh, hola.
— ¿Qué hacías ahí? ¿Esa camiseta es de mi hermano? — las preguntas de Jeremiah quedan en el aire una vez que la morena sale corriendo tratando de evitar las preguntas o a Belly.
La realidad es que no había hablado con ella desde su discusión. Millie la evitaba para no volver a pelear y arriesgarse a que Beck o alguien las oiga.
Jeremiah y Belly se miran y sonríen.
Millie baja a la cocina y comienza a desayunar. Unos minutos después su mejor amigo entra.
— ¿Me vas a contestar? ¿Por fin os habéis liado? — pregunta Jeremiah sonriendo.
— ¿Y tu con Belly? — dice ella sonriendo igual.
Ahí, sin nada más que decir, ambos se confirman todo y ríen.
Mientras Laurel y Belly recogían a Taylor, Beck llamó a Millie para pintar el retrato de ella igual que había hecho con todos los demás.
