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Alina se despertó a las cinco de la mañana en su propia cama y, por un momento, se quedó tendida allí, mirando a su alrededor, confusa. No recordaba haberse quedado dormida, solo estar en los brazos de su padre por una razón desconocida y despertar aquí, sin zapatos y con las palmas vendadas, pero aún con la ropa de la noche anterior. Manchas de sangre cubrían la tela, haciéndola mirarse las palmas de las manos vendadas. Debe haber sangrado por todos lados anoche.
Y entonces Alina recordó por qué, exactamente, había estado en los brazos de su padre, y por qué, exactamente, sus palmas estaban sangrando, y todo la aplastó de nuevo, el pesado peso de la muerte se cernía sobre la casa, presionándola contra el suelo. Tenía la boca amarga, los ojos hinchados por todo el llanto que había hecho y eso, probablemente, ni siquiera se comparaba con cómo se sentían Lucas, Dustin y Mike.
Alina recordó a Eleven, afirmando haber sabido dónde está Will y, en cierto modo, guiando a los demás directamente hacia él. Pero Once había dicho que estaba vivo, había dicho que se escondía. Del Demogorgon, el monstruo no identificado que no era un mal hombre del laboratorio, sino algo completamente diferente.
Once dijo—
Los ojos de Alina se abrieron como platos y apartó las sábanas, deslizándose fuera de la cama. Eran las cinco de la mañana, lo que significaba que Brandon Fairgrieves no estaba del todo despierto. Lo que significaba que cierta oficina estaría disponible para sus robos. El dolor latía a través de ella, dándole un propósito, por lo que Alina se encontró saliendo de su habitación, bajando silenciosamente las escaleras.
Vivir con Linda le enseñó a Alina cómo llegar a los lugares sin hacer ruido. Un día, cuando estaba sola en casa, Alina marcó cada piso que crujía en toda la casa, creó un mapa de dónde pisar un trozo de papel. Solía llevarlo consigo a todas partes, practicando ir de una habitación a la siguiente sin hacer ruido, antes de memorizar la lista y no necesitarla más.
Así fue como Alina se las arregló para pasar por delante de la habitación de su padre con apenas un susurro, agarrando dos sujetapapeles en sus manos. Bajó las escaleras, pasó junto a Skywalker dormido, que se veía tan adorable que no pudo resistirse a detenerse para acariciarlo, y se dirigió a la oficina de su padre.
