CHAPTER TWENTY-EIGHT

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"¡NO!"

Alina cayó de rodillas, la sangre goteando de su nariz. El grito final de Mike había desgarrado el aire después de su caída, y luego no hubo nada. Inquietante silencio, cuatro voces silenciando simultáneamente la enormidad de lo que Mike Wheeler acababa de hacer. El único ruido que se escuchaba en la Cantera era el canto de los pájaros desde arriba, sin darse cuenta de lo que acababa de pasar abajo.

Alina podía escuchar los pasos de Troy, James y Dustin corriendo hacia el borde del acantilado, y se obligó a ponerse de pie, siguiéndolos, y miró por encima del borde del acantilado, esperando ver las ondas donde Mike Wheeler se estrelló contra el agua, sus ojos se cerraron y exhaló su último aliento. Esperando ver un cuerpo roto flotando en la superficie, piernas y brazos en ángulos extraños, el cuello torcido. Pero eso no fue lo que ninguno de ellos vio. No fue lo que vieron en absoluto.

En lugar de flotar muerto en el agua, Mike Wheeler estaba vivo, suspendido sobre ella, agitando los brazos salvajemente. Incluso desde aquí arriba, Alina podía oír sus gemidos aterrorizados al darse cuenta de lo cerca que había estado de la muerte, de lo que habría hecho para salvar a Dustin del dolor.

"Mierda", respiró Dustin, justo antes de que Mike comenzara a levantarse, siendo jalado por una fuerza invisible. Sus gritos resonaron alrededor de la cantera mientras subía, subía, subía, hasta que flotó boca abajo sobre las cabezas de Alina, Dustin, Troy y James, luciendo tan sorprendidos como los cuatro. Luego lo dejaron caer sobre la grava detrás de ellos, cuatro mandíbulas cayendo simultáneamente mientras lo miraban.

Y luego Alina se dio cuenta de que Mike no había sido el que había hecho nada de eso, y se dio la vuelta justo cuando el tirón se enganchaba en su estómago.

Once caminó hacia ellos, sus pequeñas manos apretadas en puños, una fea mirada en su rostro dirigida a Troy y James. La sangre brotaba de su nariz, y aunque todavía vestía su vestido rosa y su chaqueta azul, aunque ahora estaba cubierta de suciedad como el resto de ella, la peluca rubia ya no estaba, mostrando su cabello real.

ACATALEPSY-Lucas Sinclair (1 libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora