Capítulo 5

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    "¡Bienvenido a Miami Beach,            
                       Deku!"


Un suceso anormal tomaba lugar en la aglomerada Miami Beach, pues la carretera se hallaba completamente despejada, como si todas las personas que estaban allí para vacacionar hubiesen desaparecido de la nada, dejando solo a uno que otro residente.

En la radio del Jeep Wragler plateado sonaba constante Killing Boys, de Halsey. La voz de la chica resonaba melodiosa en sus oídos, compartiendo frases dulzonas pero agresivas a la vez.

El viento mañanero brindaba la frescura propia de un ambiente marítimo, este le generaba a Izuku una sensación de bienestar, y los rayos del Sol que impactaban en su piel como suaves besos celestiales lo hacia querer suspirar por la comodidad.

El escenario podría ser aún más maravilloso de lo que era si tan solo el cinturón ultraajustado del automóvil no le estuviese cortando la circulación.

—¿Era necesario amordazarme hasta con tu correa? —interrogó el pecoso. Algunas personas que caminaban por la acera veían con preocupación al joven amarrado en el asiento delantero— Ya te dije que no me puedo escapar mientras el auto esté en movimiento. Suéltame, Bakugō.

—Maldición, eres un quejica de lo peor. —Se quejó Katsuki, ignorando por cuadragésima vez las replicas del pecoso—. Te lo advertí, te dije que te haría entrar al auto quisieras o no. Era por las buenas o por las malas, tú elegiste las malas.

—Bien, bien, comprendo que fue mi culpa por minimizar tu amenaza. Ahora, por favor, suéltame.

—No. Mejor cállate, Deku.

—No me llames Deku, es incómodo. —Pidió, dejando llevar su mirada al amplio mar azulino que se erguía orgulloso a tan solo unos metros de distancia.

Katsuki guardó silencio e Izuku no pudo saber cómo interpretar esto. ¿Feliz, enojado, triste, alguna otra emoción? No lo sabía, pero no se sentiría culpable por su petición, después de todo, fue él quien pidió que cortasen lazos hace ya casi tres años.

—Te llamaré como me dé la perra gana. Tú no eres nadie para decirme qué hacer, hijo de puto —dijo, haciendo que los bellos de su cuerpo se erizaran en respuesta.

—¡Bakugō, ya no tenemos veinte años, no puedes comportarte así! —el reclamo de Izuku queda en el aire, pues la breve mirada que le dirige Katsuki es suficiente para que él pueda leer un "pruébame", y eso hace que apriete los labios frustrado.

«Sigue siendo tan volátil, tal y como en la universidad. »

Enojado, hace el esfuerzo y le muestra el dedo de en medio con un gesto hastiado.

La última vez que hizo esta seña tenía dieciseis y un odio inhumano al villano de su serie favorita. No se arrepintió de su actuar en ese entonces, tal y como ahora. Sin embargo, al sentir que lo único que evita que salga expulsado del automóvil son los múltiples cinturones, reconsidera todo lo que ha hecho en su vida para llegar hasta ese punto.

—¡¡POR ALL MIGHT, KACCHAN!! ¡¿QUÉ DEMONIOS PASA CONTIGO!? —Su alma a poco de salir flotando de su cuerpo y las manos perforando su asiento de cuero.

Está seguro de que estuvieron a segundos de derrapar, pero el otro no realiza más acción que apretar con fuerza el volante, con un obvio tic en su ojo derecho.

—... ¿Desde cuándo te salieron tantos huevos para levantarme el dedo? —la mirada rojiza cohibida pegada a la carretera.

El cabello, ahora más revuelto que antes, se mese con las frescas ventiladas semisaladas, mientras que toda su atención está en el conductor de aquel auto de la muerte.

◤El Stripper Gay Del Bar Hetero◢ [BkDk]Where stories live. Discover now