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Renjun solía destacar los aspectos de su tipo ideal libremente frente a sus amigos. 

Sin embargo, más que ser una ventaja para Jaemin, solo lograba hundir sus esperanzas cada vez un poco más debido a que desde que tenía memoria siempre hizo lo que estuvo a su alcance para asemejarse a ellos, comparando cada característica con su persona.

Asique tal vez se decepcionó un poco cuando Huang regreso de Seúl con la noticia de que tenía una pareja ahora, con una radiante sonrisa en su rostro.

Cuando tenían doce, Jaemin recuerda perfectamente a Renjun depositando todo su interés en lo que Jaehyun y los demás niños mayores hacían más que en él. Y si bien eso podía pasar desapercibido para cualquiera, pudo entenderlo un par de años después.

Jeno era mayor que Renjun, lo que el mayor había confesado le atraía con las mejillas sonrojadas una noche mientras que él siempre había sido tratado como un hermano menor.

Aunque claramente no se dio por vencido únicamente por eso.

A los dieciséis, escuchó a Renjun mencionar que le agradaba como se veía el tono natural y lo sano del cabello de Jisung. Aquello significó una larga noche en su baño dudando en sí deshacerse de su tinte rosa fantasía sería buena idea, intentando convencerse de que ni siquiera le quedaba del todo bien para que no le costase tanto.

Aquel brillante color fue reemplazado por un tono negro que no se acercaba ni un poco a verse natural debido a su decisión impulsiva de querer hacerlo en casa. Al final del día no se sentía ni un poco conforme con el resultado y para colmo, fue Renjun mismo quién llego a recomendarle tratamientos para su cabello dañado.

Una noche cuando Jaemin insistió en quedarse en su casa a dormir y se encontraba sobre aquel improvisado -y conocido- colchón sobre el suelo, pudo observar algo que era completamente nuevo para él, a un lado del lavamanos y con la puerta entreabierta, Renjun comenzaba a seguir una larga rutina de pasos para el cuidado de la piel ¡Justo antes de ir a dormir!

Le tomó un tiempo bastante largo a decir verdad pero Jaemin, quién no conciliaba el sueño, observó con curiosidad y atención cada uno de los pasos. Pensó en que tenía sentido después de todo, su piel era casi tan perfecta como la porcelana.

Aquello le hizo pensar que Renjun podía fijarse en esos aspectos también y pudo confirmarlo cuando observo por casualidad el fondo de pantalla en su teléfono, una foto de ambos mayores juntos... y vaya que Jeno lucía como un verdadero modelo de publicidad.

Jaemin por otro lado era descuidado en ese aspecto, su piel adquiría pequeñas pecas en la zona de su nariz y mejillas en verano, aunque solo se había percatado de ello cuando se miro a sí mismo con atención al espejo la noche siguiente.

Definitivamente había cambiado algo en él.

El pelinegro reafirma el agarre de la valija entre sus dedos y el GPS que recién había encendido en su teléfono le indicaría como llegar al lugar donde se quedaría por esas semanas. Na salió del aeropuerto caminando por aquella gran entrada y
no era algo extraño que nadie esperase por él. Estaba acostumbrado a viajar solo.

Según la información que había logrado quitarle a Chenle, el hotel en el que se quedaría no estaría muy lejos de donde Renjun se hospedaba... y si las cosas salían bien, tal vez finalmente lograría confesar sus sentimientos.

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—¡Mamá, ya me voy! —un emocionado Jaemin sale de su habitación con solo dos prendas entre sus pequeños brazos, tomando el barandal para poder bajar por las escaleras.

—Cariño, ¿Solo llevarás eso? —interrumpe su madre, intentándole hacerle entender por sí mismo que aquello no era suficiente para pasar dos noches fuera de casa, aunque pronto su hijo menor solo asiente ante su pregunta y continúa su camino hacia la entrada—Mhm... que extraño, no estás llevando a Ryan contigo—dice a sabiendas de que Jaemin nunca deja a su peluche en forma de oso en casa.

Él parece pensarlo por algunos segundos, pero pronto niega—Ocupará mucho lugar en la cama de Renjun—explica con seguridad—Y no es muy grande...—razona, haciendo reír a su madre levemente.

—Está bien, pero hazme caso y empaca esas cosas en la mochila—señala las prendas a juego que utiliza para dormir, notando que ha elegido su favoritaTe ayudaré—dice para luego tomar su mano, aún con la mueca un poco desanimada de su hijo—Estás olvidando tu cepillo de dientes también-

La mujer le mira y Jaemin parece perdido en su cabecita, era curioso cómo no le importaban mucho sus pertenencias cuando de ir a la casa de Renjun se trataba. Su hijo era realmente alguien muy aferrado a sus juguetes y generalmente le gustaba jugar solo, solía verlo regañar a otros niños por ensuciarlos o "no jugar de la forma correcta" con ellos.

Sin embargo, el único hijo de los Huang parecía caerle bien, o eso asumió cuando le vio entregar su figura de acción favorita para calmar el llanto del pequeño.

Creyó que aquella amistad era algo bueno para Jaemin debido a que Jaehyun no solía jugar mucho con él por la diferencia de edad que ambos tenían.

Asique ahora, le concedían el permiso de quedarse las noches que la familia de Renjun estuviese de acuerdo.

━Seoul boyfriend.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora