t h r e e

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Finalmente era Lunes.

Comenzaba a amanecer cuando Renjun llegó a Seúl y pudo observar el bonito cielo anaranjado a través del cristal. Afuera el pronóstico era de tan solo siete grados por lo que procuro desembarcar con algún abrigo, de otra forma, tendría que lidiar con un resfriado luego y no quería que eso arruinara su viaje. 

Prácticamente no había dormido nada cuando el piloto anunció la llegada, tan solo era un vuelo de seis horas pero los nervios no lo habían dejado tranquilo durante el viaje. La imagen de Jeno –de la última vez en que se vieron– se atravesaba por su mente cada vez que cerraba los ojos, provocando que sus mejillas tomaran color y tuviera que desviar su rostro hacia la ventanilla y centrarse en observar el paisaje para calmarse a sí mismo.

Definitivamente habían detalles que podría notar mejor en persona que a través de una simple pantalla. La idea de su reencuentro se hacia más real en cada minuto que pasaba y solo podía pensar en cómo actuaría ¿Realmente Jeno lo había extrañado tanto como él?

Sin embargo y afortunadamente podría decir, su atención también se había centrado en la mujer a su lado, más específicamente en el bebé entre sus brazos.

—¿Tampoco tienes sueño verdad?—Renjun jugó con las pequeñas manos de aquel adorable niño y la mujer que se había presentado como Joohyun volteó hacia él, sonriéndole al notar la forma en que los ojos del pequeño lo observaban con atención. Afortunadamente no se había topado con uno escandaloso, al contrario, ese pequeño era realmente encantador hasta el punto en que Renjun llego a encontrar triste el hecho de ser hijo único.

—Parece que le agradas.

La madre del niño era una mujer muy amable y se veía demasiado joven como para la edad que había mencionado tener, Renjun hubiera pensado que tal vez se llevaban tan sólo unos dos o tres años de diferencia.

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—Que tengan una buena estadía— Renjun hizo una reverencia hacia la mujer cuando era el turno de separar caminos—¡Adiós, Jisung!—el pequeño bebé le mostró sus únicos dos dientitos soltando una risita como despedida.

—Viaja con cuidado, Renjun—la mujer de cabello oscuro se despidió de él, correspondiendo con una sonrisa y un asentimiento mientras acomodaba el cabello de su hijo.

Aquel bebé le recordaba a su amigo en demasía además de compartir3 el mismo nombre, ambos eran realmente adorables. Una vez que perdió a ambos de vista, Renjun fue nuevamente consciente del motivo por el que había viajado hasta Seúl y los nervios volvieron a él.

Se aferró a su valija cuando se la entregaron, como si esta le diera el valor para no salir corriendo y respiró profundamente cuando tuvo que atravesar el gran pasillo de aeropuerto para llegar a la zona donde Jeno estaría esperándolo. Tras cruzar aquella gran puerta de vidrio, frente a él algunas escenas de reencuentro se hicieron presentes.

Buscó al mayor entre el grupo de personas que esperaban por los pasajeros que viajaron en su mismo vuelo, había demasiada gente, mucho más de la que imaginaba para la hora que era y por un momento temió no encontrar a Jeno, a quién por cierto no veía por ningún lado.

¿No había llegado aún?¿Lo había olvidado?  Si se trataba de Jeno, ninguna de las opciones eran factibles pero eso no hacía la situación más fácil de manejar ¿Acaso le dio mal los datos de su vuelo?

Lo más coherente sería llamarle por teléfono, seguramente aún estaría durmiendo. Renjun no lo culpaba, eran las 6 a.m. y él trabajaba por la tarde hasta altas horas de la noche. Sin embargo, cuando por fin se decidió a marcarle, su vista se enfocó en el único hombre sobre las sillas del aeropuerto en la sección de espera.

━Seoul boyfriend.Where stories live. Discover now